TIENE razón, toda la razón del mundo, el Betis en clamar contra el trato que recibe de Madrid en general y de los comités disciplinarios en particular. No puede ser cierto que los abogados del club sean unos incompetentes incapaces de sacar adelante alegación o recurso alguno. Los abogados no tienen por qué ser todos Paco Baena Bocanegra o Perry Mason para sacar adelante una alegación ante Competición o un recurso de apelación en segunda instancia. Cualquier picapleitos está facultado para que se desdigan de una sentencia y de hecho cada semana hay vueltas atrás y perdones a todos, menos al Betis.
¿Y por qué al Betis no le hacen caso y a los demás sí? Bueno, tampoco a los demás les hacen caso siempre, pero sí en algunas ocasiones. Al Betis, nunca en jamás de los jamases le estiman alguna reclamación. Conozco algunos entresijos, no muchos, de nuestro fútbol, sé qué se cabildea por los pasillos antes de Alberto Bosch y ahora de Las Rozas y puedo llegar a la conclusión de que la forma en que se mueve el Betis en las alturas, también en las bajuras, no es la más adecuada para encontrar algo de cariño en las más altas instancias de nuestro fútbol. Cuando todos dan rosas, el Betis suele responder con espinas y, a veces, con las más puntiagudas del ramo.
Un dato electoral que se concatena con otros que lo hacen incomprensible. Cuando toda la Liga votó en contra de Ángel Villar, el Betis esquiroleó para que siguiese el presidente y se puso en contra a todo el colectivo. Luego instaló como representante en la Federación a Javier Tebas, el enemigo público del recién votado Villar, con lo que se puso en contra al amigo que le quedaba. Pero es que luego desautoriza a Tebas no dejando entrar a las cámaras de La Sexta en su estadio y cuando todos juegan a Mediapro, el Betis se queda solito con Sogecable. ¿Estrategia o majaretada? Una máquina de crearse enemigos es lo que es; como para esperar una manita de alguien...
Luis Carlos Peris. Diario de Sevilla.
¿Y por qué al Betis no le hacen caso y a los demás sí? Bueno, tampoco a los demás les hacen caso siempre, pero sí en algunas ocasiones. Al Betis, nunca en jamás de los jamases le estiman alguna reclamación. Conozco algunos entresijos, no muchos, de nuestro fútbol, sé qué se cabildea por los pasillos antes de Alberto Bosch y ahora de Las Rozas y puedo llegar a la conclusión de que la forma en que se mueve el Betis en las alturas, también en las bajuras, no es la más adecuada para encontrar algo de cariño en las más altas instancias de nuestro fútbol. Cuando todos dan rosas, el Betis suele responder con espinas y, a veces, con las más puntiagudas del ramo.
Un dato electoral que se concatena con otros que lo hacen incomprensible. Cuando toda la Liga votó en contra de Ángel Villar, el Betis esquiroleó para que siguiese el presidente y se puso en contra a todo el colectivo. Luego instaló como representante en la Federación a Javier Tebas, el enemigo público del recién votado Villar, con lo que se puso en contra al amigo que le quedaba. Pero es que luego desautoriza a Tebas no dejando entrar a las cámaras de La Sexta en su estadio y cuando todos juegan a Mediapro, el Betis se queda solito con Sogecable. ¿Estrategia o majaretada? Una máquina de crearse enemigos es lo que es; como para esperar una manita de alguien...
Luis Carlos Peris. Diario de Sevilla.
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