Se está hablando mucho durante estos días de las semejanzas existentes entre el Betis que entrena Paco Chaparro y el que entrenaba Luis Fernández. Nada más lejos de la realidad.
Hay cuatro puntos básicos que demuestran objetivamente no sólo el hecho de que Chaparro lo está haciendo bastante mejor que Luis Fernández, sino que el equipo, a diferencia de con el "Mashote", no tiene pinta de caérsele de las manos al entrenador a corto-medio plazo. Esto último es lo verdaderamente importante y lo que hay que tener en cuenta.
- Chaparro lleva más puntos que Luis Fernández, concretamente uno más. Tal vez no sea una cifra exagerada pero, al menos, denota que estadísticamente, el Betis de Chaparro es mejor que el de Luis Fernández.
- Si bien el hecho de que el equipo, en un parcial de los ocho primeros partidos disputados con cada entrenador, lleve prácticamente los mismos puntos, el Betis de Chaparro muestra una regularidad importante, de la cual el Betis de Luis Fernández carecía. Para apreciar este dato hay que analizar la relación de partidos ganados, empatados, y perdidos. En este sentido, el Betis del "Mashote", después de ocho partidos de liga, acumulaba tres partidos ganados, cuatro empatados y uno perdido; son números inestables, puesto que si bien de ocho partidos había perdido uno tan sólo (uno menos que el de este año), la linea entre la victoria y el empate era muy fina. Para que nos entendamos, que era un equipo el del francés con una importante tendencia al empate, hecho éste que acabó demostrándose con el devenir de las jornadas, no en vano al finalizar la temporada el Betis era el equipo que más partidos había empatado.
Vayamos al Betis de Chaparro. Después de sus ocho primeras jornadas al frente de la primera plantilla, el trianero acumula cuatro victorias (la mitad de los partidos disputados), dos empates y dos derrotas. Puede apreciarse a la perfección que estos números son más regulares, ya que los números de empates y derrotas están divididos, dejando un amplio margen para las victorias. Son números que, en caso de adquirir continuidad, aseguran una estabilidad y una seguridad de que el equipo va a ganar más que empatar, clave para ir hacia arriba en la clasificación.
- Y otra diferencia importante, si no principal para observar la disimilitud entre el Betis de uno y otro entrenador, es la que puede apreciarse en los onces dispuestos a lo largo de los partidos. Me explico. Luis Fernández era el ejemplo perfecto de un entrenador que no tenía las ideas claras: numerosísimos cambios de futbolistas de una semana a otra, algo exagerado teniendo en cuenta que el Betis no es un equipo que dispute competición europea; continuas permutas de futbolistas de un puesto a otro (Miguel Ángel pasaba del lateral diestro al mediocampo en un abrir y cerrar de ojos, a Caffa lo ponía un domingo de mediapunta y a otro de extremo, Rivera lo mismo jugaba de centrocampista que por detrás del delantero, a Sobis lo volvía loco colocándolo un partido de interior diestro y otro de delantero, y un amplio y rocambolesco etcétera que todos recordarán), variaciones constantes de sistema (que si un 4-3-3, que si un 4-4-2, que si saltar a la Cartuja a jugar contra el Getafe desde el inicio con cinco defensas y cuatro centrocampistas...), etc.
Chaparro, por el contrario, está aplicando bastante coherencia en sus onces. Y no sólo coherencia sino lo que es más importante: continuidad. Confiere, además, bastante confianza a los futbolistas a los que pone. Para apreciar esta continuidad, basta con apreciar este dato: en los últimos cuatro partidos, han sido sólo dos los futbolistas que no han repetido de un domingo a otro, y ambos por sanciones: Juanito, que después de jugar contra el Getafe tuvo que quedarse sin hacerlo ante el Recreativo por ver la quinta amarilla, y Xisco, que tuvo que hacer lo propio por idéntico motivo. Resumiendo: Chaparro ha encontrando un once tipo, una alineación a la que aportar continuidad y a la que aplicar sus conceptos y métodos.
- Chaparro es bético, y lleva el sentimiento del manquepierda incrustado en el alma.
Hay una frase, pronunciada por Chaparro en rueda de prensa, que resume a la perfección el hecho de que a este Betis no le va a ocurrir lo mismo que al de la temporada anterior:
"El Betis no se va a caer, yo no voy a dejar que se caiga".
Hay que confiar en Chaparro, dejar de buscar similitudes con la temporada anterior que no hacen más que tentar a un nerviosismo nada aconsejable para el momento un tanto estable que vive el club en lo deportivo desde que Chaparro se hiciese cargo de la primera plantilla. Más que nada porque si se entran a valorar las circunstancias de un equipo y otro, se puede apreciar perfectamente que nada tiene que ver una temporada con la otra, no con respecto a la clasificación en general sino con la situación del equipo desde que Chaparro empezó a entrenarlo.
El Beticismo confía en usted, Paco.
RESISTA.
Hay cuatro puntos básicos que demuestran objetivamente no sólo el hecho de que Chaparro lo está haciendo bastante mejor que Luis Fernández, sino que el equipo, a diferencia de con el "Mashote", no tiene pinta de caérsele de las manos al entrenador a corto-medio plazo. Esto último es lo verdaderamente importante y lo que hay que tener en cuenta.
- Chaparro lleva más puntos que Luis Fernández, concretamente uno más. Tal vez no sea una cifra exagerada pero, al menos, denota que estadísticamente, el Betis de Chaparro es mejor que el de Luis Fernández.
- Si bien el hecho de que el equipo, en un parcial de los ocho primeros partidos disputados con cada entrenador, lleve prácticamente los mismos puntos, el Betis de Chaparro muestra una regularidad importante, de la cual el Betis de Luis Fernández carecía. Para apreciar este dato hay que analizar la relación de partidos ganados, empatados, y perdidos. En este sentido, el Betis del "Mashote", después de ocho partidos de liga, acumulaba tres partidos ganados, cuatro empatados y uno perdido; son números inestables, puesto que si bien de ocho partidos había perdido uno tan sólo (uno menos que el de este año), la linea entre la victoria y el empate era muy fina. Para que nos entendamos, que era un equipo el del francés con una importante tendencia al empate, hecho éste que acabó demostrándose con el devenir de las jornadas, no en vano al finalizar la temporada el Betis era el equipo que más partidos había empatado.
Vayamos al Betis de Chaparro. Después de sus ocho primeras jornadas al frente de la primera plantilla, el trianero acumula cuatro victorias (la mitad de los partidos disputados), dos empates y dos derrotas. Puede apreciarse a la perfección que estos números son más regulares, ya que los números de empates y derrotas están divididos, dejando un amplio margen para las victorias. Son números que, en caso de adquirir continuidad, aseguran una estabilidad y una seguridad de que el equipo va a ganar más que empatar, clave para ir hacia arriba en la clasificación.
- Y otra diferencia importante, si no principal para observar la disimilitud entre el Betis de uno y otro entrenador, es la que puede apreciarse en los onces dispuestos a lo largo de los partidos. Me explico. Luis Fernández era el ejemplo perfecto de un entrenador que no tenía las ideas claras: numerosísimos cambios de futbolistas de una semana a otra, algo exagerado teniendo en cuenta que el Betis no es un equipo que dispute competición europea; continuas permutas de futbolistas de un puesto a otro (Miguel Ángel pasaba del lateral diestro al mediocampo en un abrir y cerrar de ojos, a Caffa lo ponía un domingo de mediapunta y a otro de extremo, Rivera lo mismo jugaba de centrocampista que por detrás del delantero, a Sobis lo volvía loco colocándolo un partido de interior diestro y otro de delantero, y un amplio y rocambolesco etcétera que todos recordarán), variaciones constantes de sistema (que si un 4-3-3, que si un 4-4-2, que si saltar a la Cartuja a jugar contra el Getafe desde el inicio con cinco defensas y cuatro centrocampistas...), etc.
Chaparro, por el contrario, está aplicando bastante coherencia en sus onces. Y no sólo coherencia sino lo que es más importante: continuidad. Confiere, además, bastante confianza a los futbolistas a los que pone. Para apreciar esta continuidad, basta con apreciar este dato: en los últimos cuatro partidos, han sido sólo dos los futbolistas que no han repetido de un domingo a otro, y ambos por sanciones: Juanito, que después de jugar contra el Getafe tuvo que quedarse sin hacerlo ante el Recreativo por ver la quinta amarilla, y Xisco, que tuvo que hacer lo propio por idéntico motivo. Resumiendo: Chaparro ha encontrando un once tipo, una alineación a la que aportar continuidad y a la que aplicar sus conceptos y métodos.
- Chaparro es bético, y lleva el sentimiento del manquepierda incrustado en el alma.
Hay una frase, pronunciada por Chaparro en rueda de prensa, que resume a la perfección el hecho de que a este Betis no le va a ocurrir lo mismo que al de la temporada anterior:
"El Betis no se va a caer, yo no voy a dejar que se caiga".
Hay que confiar en Chaparro, dejar de buscar similitudes con la temporada anterior que no hacen más que tentar a un nerviosismo nada aconsejable para el momento un tanto estable que vive el club en lo deportivo desde que Chaparro se hiciese cargo de la primera plantilla. Más que nada porque si se entran a valorar las circunstancias de un equipo y otro, se puede apreciar perfectamente que nada tiene que ver una temporada con la otra, no con respecto a la clasificación en general sino con la situación del equipo desde que Chaparro empezó a entrenarlo.
El Beticismo confía en usted, Paco.
RESISTA.
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