Otra interesantisima reflexón de Ivar Matusevich sobre el Betis, es la segunda vez que leo que pone algo sobre el equipo pero es que el tio lo clava.
Si te tiran 20 veces y tu portero parece Spiderman y las saca todas, el resultado final es fruto de la calidad individual y de la casualidad. Si vas ganando 3-0 y un penalti inventado te mueve la estantería emocional, es porque la confianza de la plantilla está por los suelos.
Sin embargo, haciendo un poco de memoria, nos damos cuenta que desde que Chaparro es el técnico del primer equipo, el Betis sacó 10 puntos de 15 posibles. Para un conjunto que viene peleando el descenso es un porcentaje de campeonato y, por tanto, la autoestima de los jugadores debería estar alta.
Pero no es así y, por el contrario, el temblor emocional de los del de Triana, tras el penalti marcado por De la Red, fue llamativo. El ambiente está caldeado y la gente, la que se traga la lluvia y el frío, no quiere más a Lopera, quien debería tomarse una licencia y vender –o viceversa- para ayudar al club, si tanto lo quiere.
Ni con el 3-0, la gente del Betis dejó de acordarse mal del máximo accionista verdiblanco, con lo que al primer traspié, la olla a presión explotará y derramará el descenso como consecuencia inmediata del vertido. No sé si Lopera no ve esto, o no quiere entenderlo, pero el Betis necesita su alejamiento para empezar a calmar los vientos de tormenta.
Y ese malestar constante repercute negativamente en los futbolistas que regalan el balón porque les quema, se distraen y les rematan y lo que podría haber sido fiesta, casi se convierte en funeral, y hubiera sido justo por lo hecho en el terreno de juego por el Getafe que mereció mucho más.
No quiero redundar ni molestar a nadie, pero el otro elemento que disminuye las reservas emocionales de los jugadores, ha sido el 3-0 endosado por un Sevilla que, repito, puede y pierde con cualquiera –el Athletic no fue una excepción.- y sigue octavo, pero a 10 puntos de Champions y con el “de segunda” a 5 puntos. Nada.
Pero Paco Chaparro, sin necesidad creo yo, los achicó desmedidamente de cara al derbi y eso seguirá repercutiendo ante el mínimo revés. Imagínese, si a duras penas sostiene un 3-0 a favor, qué pasará cuando tenga que remontar. Pues que no podrá.
E insisto con lo del Sevilla, aún habiendo dicho que se podía perder y no pasaba nada, pero nunca acepté que Chaparro dijera que los suyos eran inferiores y que el Sevilla era mucha más que ellos. Las formas, en lo psicológico, importan y mucho.
A pesar de las dos razones esbozadas desde la opinión, si el equipo es capaz de ganarle al Recre y en cuatro o cinco partidos, cosechar la media inglesa, habrá recuperado gran parte de la seguridad en sí mismo.
Y el descenso se habrá convertido en una pesadilla que ya dura tres años, es verdad, pero que, con la entereza de sus profesionales deportivos –que la tienen-, se habrá superado. Lo del palco es otra cosa y nada puede superar tanta necedad.
http://www.goal.com/es/articolo.aspx?contenutoid=546435
Si te tiran 20 veces y tu portero parece Spiderman y las saca todas, el resultado final es fruto de la calidad individual y de la casualidad. Si vas ganando 3-0 y un penalti inventado te mueve la estantería emocional, es porque la confianza de la plantilla está por los suelos.
Sin embargo, haciendo un poco de memoria, nos damos cuenta que desde que Chaparro es el técnico del primer equipo, el Betis sacó 10 puntos de 15 posibles. Para un conjunto que viene peleando el descenso es un porcentaje de campeonato y, por tanto, la autoestima de los jugadores debería estar alta.
Pero no es así y, por el contrario, el temblor emocional de los del de Triana, tras el penalti marcado por De la Red, fue llamativo. El ambiente está caldeado y la gente, la que se traga la lluvia y el frío, no quiere más a Lopera, quien debería tomarse una licencia y vender –o viceversa- para ayudar al club, si tanto lo quiere.
Ni con el 3-0, la gente del Betis dejó de acordarse mal del máximo accionista verdiblanco, con lo que al primer traspié, la olla a presión explotará y derramará el descenso como consecuencia inmediata del vertido. No sé si Lopera no ve esto, o no quiere entenderlo, pero el Betis necesita su alejamiento para empezar a calmar los vientos de tormenta.
Y ese malestar constante repercute negativamente en los futbolistas que regalan el balón porque les quema, se distraen y les rematan y lo que podría haber sido fiesta, casi se convierte en funeral, y hubiera sido justo por lo hecho en el terreno de juego por el Getafe que mereció mucho más.
No quiero redundar ni molestar a nadie, pero el otro elemento que disminuye las reservas emocionales de los jugadores, ha sido el 3-0 endosado por un Sevilla que, repito, puede y pierde con cualquiera –el Athletic no fue una excepción.- y sigue octavo, pero a 10 puntos de Champions y con el “de segunda” a 5 puntos. Nada.
Pero Paco Chaparro, sin necesidad creo yo, los achicó desmedidamente de cara al derbi y eso seguirá repercutiendo ante el mínimo revés. Imagínese, si a duras penas sostiene un 3-0 a favor, qué pasará cuando tenga que remontar. Pues que no podrá.
E insisto con lo del Sevilla, aún habiendo dicho que se podía perder y no pasaba nada, pero nunca acepté que Chaparro dijera que los suyos eran inferiores y que el Sevilla era mucha más que ellos. Las formas, en lo psicológico, importan y mucho.
A pesar de las dos razones esbozadas desde la opinión, si el equipo es capaz de ganarle al Recre y en cuatro o cinco partidos, cosechar la media inglesa, habrá recuperado gran parte de la seguridad en sí mismo.
Y el descenso se habrá convertido en una pesadilla que ya dura tres años, es verdad, pero que, con la entereza de sus profesionales deportivos –que la tienen-, se habrá superado. Lo del palco es otra cosa y nada puede superar tanta necedad.
http://www.goal.com/es/articolo.aspx?contenutoid=546435
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