La historia de Sevilla está íntimamente ligada a la del río Guadalquivir, pues desde sus orígenes desempeñó el papel de puerto fluvial y puente entre el Océano Atlántico y el interior de la región andaluza. La Sevilla primitiva nació allí donde el cauce del río dejaba de ser navegable para las grandes embarcaciones. Las excavaciones arqueológicas permiten afirmar que el asentamiento humano se hizo estable hacia el siglo IX a.C. Durante siglos, analistas y eruditos reclamaron para Hércules, el más popular de los héroes mitológicos, el honor de haber marcado con seis pilares de piedra el lugar donde Julio César fundaría la ciudad de Sevilla, a la que llamó Lulia Rómula Híspalis.
En el año 206 a.C. Escipión el Africano estableció un contingente de soldados veteranos en Itálica, a pocos kilómetros de Sevilla. Sin duda se trata de un lugar de visita obligado para todos aquellos que quieran comprender el alto grado de desarrollo que alcanzó la provincia Bética durante la época imperial. La cuna de Trajano y Adriano vivió días de esplendor durante los siglos II, III y IV d.C. A finales del Imperio se había convertido en la urbe más importante de Hispania y en la undécima del mundo.
En el año 411, los vándalos silingos se apoderaron de la provincia Bética. La toma de Híspalis se produjo en el 426 por parte del vándalo Gunderico.
En el año 206 a.C. Escipión el Africano estableció un contingente de soldados veteranos en Itálica, a pocos kilómetros de Sevilla. Sin duda se trata de un lugar de visita obligado para todos aquellos que quieran comprender el alto grado de desarrollo que alcanzó la provincia Bética durante la época imperial. La cuna de Trajano y Adriano vivió días de esplendor durante los siglos II, III y IV d.C. A finales del Imperio se había convertido en la urbe más importante de Hispania y en la undécima del mundo.
En el año 411, los vándalos silingos se apoderaron de la provincia Bética. La toma de Híspalis se produjo en el 426 por parte del vándalo Gunderico.
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