os dejo copia de mis inquietudes en estos tiempos tan difíciles, me sirve para desahogarme.. La envié a Muchodeporte por si la quieren publicar.
RECUERDOS
Estimado Sr. Ruiz Ávalos:
Yo, al igual que mi gran familia, nací en Heliópolis a la sombra del Benito Villamarín como aquel que dice. De niño nos reuníamos todos los primos los domingos en casa de mi abuela y cuando quedaban 15 minutos para el final del partido de turno, corríamos al estadio para ver esos minutos finales que, por lo general, solían ser un cúmulo de sufrimientos, angustias y alegrías repartidas por igual debida a la incomparable idiosincrasia de nuestro amado club. Hasta los 8 años no vi un partido completo del Betis, y no fue de la primera plantilla sino un partido homenaje entre veteranos del Betis y del Athletic. ¿ qué pintan ahora en el club los veteranos?. Recuerdo que aquello fue antes del 92.
Entre semana a veces nos saltábamos a la ciudad deportiva con un balón a dar tres patadas y tirarnos en el césped hasta que Alberto Tenorio nos daba tres gritos y corríamos como alma que lleva el diablo. Es cierto que la ciudad deportiva no era la mejor pero ya en aquellos tiempos era la que más cerca del estadio estaba en España. Aquello también fue antes del 92.
Después de los entrenos, los jugadores iban a la calle Tajo o al Avelino a tomarse algo y recuerdo que siempre los veíamos cómo ídolos inalcanzables y nos peleábamos por un autógrafo. Siempre iban, ganasen o perdiesen y siempre los admirábamos, ganasen o perdiesen. Porque desde muy chicos siempre tuvimos el manquepierda metido en lo más hondo de nosotros. No enténdiamos de superávits, ni de platillos volantes, ni de contratos de imagen, ni de acciones ni nada por el estilo.
Mi primer carnet nos lo sacó mi tío Manolo a mi primo y a mi. Jamás lo olvidaré. Infantil de preferencia. Fue el año 87 y recuerdo que las semanas eran meses hasta que llegaba el domingo para volver al estadio, era un ritual: desde calle Chile al kiosko de Miguel a por pipas, desde el kiosko a la escalera de preferencia a esperar a Antonio, el chico de la oficina de mi tío que nos llevaba, y luego a buscarnos un hueco porque los infantiles no teníamos asiento. Mi tío subió al Cuarto Anillo muy joven, demasiado. Fue el año 91.
Como ve, el Betis ha sido una parte importantísima de mi vida, inseparable de mi infancia, al igual que de otros muchos béticos, incluído usted. Recuerdo aquellos años con una felicidad extrema, éramos queridos por todos lados, la afición no paraba de animar jamás, el equipo era mejor o peor pero era un equipo, la rivalidad con el Sevilla era eso, rivalidad. Y llegó el 92…
“Lopera salva el Betis”, eso es lo que corría de boca en boca. Incluso hoy sigue sonando de su propia voz incansablemente. Yo me pregunto, ¿ lo salva o lo secuestra? ¿por qué ya no somos el segundo equipo de toda España como éramos antes del 92? ¿por qué los bienes del Betis no están a nombre del Betis? ¿ por qué hay béticos malos? ¿ por qué los que le chillamos somos unos borrachos? ¿por qué me insultan diciendo que vendo mi conciencia a “los notables”? ¿sólo compró ud. Acciones o lo hicieron miles de béticos de base? ¿ por qué no está terminado el estadio? ¿ dónde está el centro de mayores que prometió? ¿ por qué ha tardado 15 años en darle luz a la ciudad deportiva? ¿ qué se vende en las “galerías comerciales” que dice que tiene el semiestadio? ¿ cómo tiene la desfachatez de llamarnos “criaturitas”? así podría enumerarle miles de mentiras e insultos a la afición. Y todo ello después del 92…
Como ve soy un bético de a pie, de carnet de gol norte que paga por un asiento que en teoría es cubierto mis 260 € al año y que me pago mis viajes como puedo. Que crecí con el Betis a mi lado y dentro de mí, y que llevo unos años con una gran pena y desilusión por su culpa. Porque a mí me duele el bolsillo tanto a más que a usted a mi pequeña escala, dentro de mis posibilidades, pero lo que más me duele, y eso es algo que parece que a ud. no, es algo que llevo en lo más profundo de mí, lo que más me duele es el Betis.
Manuel García Laffitte
Socio 13.163
Sevilla 29 de noviembre de 2007
RECUERDOS
Estimado Sr. Ruiz Ávalos:
Yo, al igual que mi gran familia, nací en Heliópolis a la sombra del Benito Villamarín como aquel que dice. De niño nos reuníamos todos los primos los domingos en casa de mi abuela y cuando quedaban 15 minutos para el final del partido de turno, corríamos al estadio para ver esos minutos finales que, por lo general, solían ser un cúmulo de sufrimientos, angustias y alegrías repartidas por igual debida a la incomparable idiosincrasia de nuestro amado club. Hasta los 8 años no vi un partido completo del Betis, y no fue de la primera plantilla sino un partido homenaje entre veteranos del Betis y del Athletic. ¿ qué pintan ahora en el club los veteranos?. Recuerdo que aquello fue antes del 92.
Entre semana a veces nos saltábamos a la ciudad deportiva con un balón a dar tres patadas y tirarnos en el césped hasta que Alberto Tenorio nos daba tres gritos y corríamos como alma que lleva el diablo. Es cierto que la ciudad deportiva no era la mejor pero ya en aquellos tiempos era la que más cerca del estadio estaba en España. Aquello también fue antes del 92.
Después de los entrenos, los jugadores iban a la calle Tajo o al Avelino a tomarse algo y recuerdo que siempre los veíamos cómo ídolos inalcanzables y nos peleábamos por un autógrafo. Siempre iban, ganasen o perdiesen y siempre los admirábamos, ganasen o perdiesen. Porque desde muy chicos siempre tuvimos el manquepierda metido en lo más hondo de nosotros. No enténdiamos de superávits, ni de platillos volantes, ni de contratos de imagen, ni de acciones ni nada por el estilo.
Mi primer carnet nos lo sacó mi tío Manolo a mi primo y a mi. Jamás lo olvidaré. Infantil de preferencia. Fue el año 87 y recuerdo que las semanas eran meses hasta que llegaba el domingo para volver al estadio, era un ritual: desde calle Chile al kiosko de Miguel a por pipas, desde el kiosko a la escalera de preferencia a esperar a Antonio, el chico de la oficina de mi tío que nos llevaba, y luego a buscarnos un hueco porque los infantiles no teníamos asiento. Mi tío subió al Cuarto Anillo muy joven, demasiado. Fue el año 91.
Como ve, el Betis ha sido una parte importantísima de mi vida, inseparable de mi infancia, al igual que de otros muchos béticos, incluído usted. Recuerdo aquellos años con una felicidad extrema, éramos queridos por todos lados, la afición no paraba de animar jamás, el equipo era mejor o peor pero era un equipo, la rivalidad con el Sevilla era eso, rivalidad. Y llegó el 92…
“Lopera salva el Betis”, eso es lo que corría de boca en boca. Incluso hoy sigue sonando de su propia voz incansablemente. Yo me pregunto, ¿ lo salva o lo secuestra? ¿por qué ya no somos el segundo equipo de toda España como éramos antes del 92? ¿por qué los bienes del Betis no están a nombre del Betis? ¿ por qué hay béticos malos? ¿ por qué los que le chillamos somos unos borrachos? ¿por qué me insultan diciendo que vendo mi conciencia a “los notables”? ¿sólo compró ud. Acciones o lo hicieron miles de béticos de base? ¿ por qué no está terminado el estadio? ¿ dónde está el centro de mayores que prometió? ¿ por qué ha tardado 15 años en darle luz a la ciudad deportiva? ¿ qué se vende en las “galerías comerciales” que dice que tiene el semiestadio? ¿ cómo tiene la desfachatez de llamarnos “criaturitas”? así podría enumerarle miles de mentiras e insultos a la afición. Y todo ello después del 92…
Como ve soy un bético de a pie, de carnet de gol norte que paga por un asiento que en teoría es cubierto mis 260 € al año y que me pago mis viajes como puedo. Que crecí con el Betis a mi lado y dentro de mí, y que llevo unos años con una gran pena y desilusión por su culpa. Porque a mí me duele el bolsillo tanto a más que a usted a mi pequeña escala, dentro de mis posibilidades, pero lo que más me duele, y eso es algo que parece que a ud. no, es algo que llevo en lo más profundo de mí, lo que más me duele es el Betis.
Manuel García Laffitte
Socio 13.163
Sevilla 29 de noviembre de 2007
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