Llevo días con ganas de escribir un post de estos currados, bonitos y sentimentales, pero hasta ahora no me he atrevido, porque dudaba y dudo de mi capacidad de contar cosas. Pero aquí os lo dejo, para esta gran familia que es Betisweb.
Espero que os guste.
" Corría el año 1995. Partido Betis-Barcelona.
El niño tenía 7 años. Su padre le había prometido que esa tarde lo iba a llevar, por fin, a ver el Betis, su Betis, ese Betis que tanto le gustaba,ese Betis al que sentía en su corazón, pese a solo haberlo visto algunos partidos por la tele, y todos los demás por la radio.
Esa mañana, el niño estaba muy nervioso, más nervioso que nunca.
No paraba de preguntar:" Papi,¿queda mucho para el partido?", y su padre le decía: "No hijo, ya queda menos, tú tranquilo". Pero el niño no comió, no pudo comer, ante la trascendencia de lo que iba a vivir, el hecho más importante de su corta vida.
Pero todo llega, y al niño le llegó su momento.
Tras el viaje en coche, que se le hizo larguísimo, por fin el momento de ver el campo. Desde fuera,ver el campo de su Betis fue para el algo maravilloso, era ver cumplido un sueño, que el campo que siempre veía por la tele estaba ahí, delante suya, elevándose majestuoso ante su mirada de niño, ante su mirada inocente que solo ve las cosas buenas.
Al ver los puestos de bufandas, trompetas, al ver al ambiente de partido grande, el niño le dijo a su padre:" Papá, papá, esto me gusta mucho, hay mucha gente del Betis", y su padre sonrió y apretó con más fuerza su mano, sabiendo que uno de los sueños de su hijo estaba cumpliéndose.
Pero lo mejor estaba por llegar. Al entrar al campo, el niño sintió algo que nunca en su vida olvidará,y que aun hoy no sabe explicar.Sintió oleadas de sensaciones que desbordaban su mente, y al sentarse ya en su asiento, le dijo a su padre: "Papá, gracias por traerme a ver el Betis", a lo que su padre respondió:"De nada hijo, pero me tienes que prometer que no te harás del Sevilla ¿eh?", y el niño le dijo a su padre que no, que el Betis es el equipo más bueno del mundo, y que no iba a ser nunca del Sevilla.
Luego comenzó el partido, y el resultado no acompañó. Aquél Betis que 2 años antes ascendió en Burgos, ciudad que se volvió verdiblanca para la ocasión, le plantó cara al poderosísimo Barcelona,equipo que ganó al Betis sin jugar mejor que él, y fallando el Betis ocasiones increíbles delante del afortunado Busquets.
El niño estaba triste,"Para una vez que vengo a ver al Betis y perdemos", pensó. Estaba tan triste que no pronunció una palabra al salir del campo, mientras iba fijándose en los rostros de la gente que pasaba a su lado para ver si sentían la misma tristeza que él.
El camino hacia el coche se le hizo larguísimo, pensando una y otra vez en su mala suerte, hasta que ya en el coche, no aguantó mas y le dijo a su padre:"Papá, ya no vengo más al campo",y su padre le preguntó porqué.
El niño contestó:"Yo quiero que el Betis gane, y si yo vengo y pierde no quiero venir más". Su padre trató de consolarlo, y le dijo que él vería muchas derrotas del Betis a lo largo de su vida, porque los béticos tienen que estar con el Betis siempre,en buenos y malos momentos, y le recordó la frase estrella del beticismo, "Viva el Betis manque pierda". El niño lo entendió, y desde ese preciso momento, el corazón de un bético se abrió al mundo, jurando esa noche sobre su almohada que nunca abandonaría al Betis, ganara o perdiera...".
El niño bético era yo, y recuerdo como si fuera hoy aquél amargo día en el que entendí qué significa ser bético.
En estos malos tiempos, echo mano de aquellos recuerdos y me digo que nadie podrá con nosotros, que el Betis siempre vivirá, siempre, y que nunca jamás lo dejaré, igual que todos vosotros, amigos, que habéis llegado al final de mi post, lo que os agradezco infinito.
El verde es color esperanza,echemos mano de ella para creer en tiempos mejores, y demosle ejemplo a esos niños béticos que son el futuro de nuestro Betis.
¡¡VIVA EL BETIS MANQUE PIERDA!!
Espero que os guste.
" Corría el año 1995. Partido Betis-Barcelona.
El niño tenía 7 años. Su padre le había prometido que esa tarde lo iba a llevar, por fin, a ver el Betis, su Betis, ese Betis que tanto le gustaba,ese Betis al que sentía en su corazón, pese a solo haberlo visto algunos partidos por la tele, y todos los demás por la radio.
Esa mañana, el niño estaba muy nervioso, más nervioso que nunca.
No paraba de preguntar:" Papi,¿queda mucho para el partido?", y su padre le decía: "No hijo, ya queda menos, tú tranquilo". Pero el niño no comió, no pudo comer, ante la trascendencia de lo que iba a vivir, el hecho más importante de su corta vida.
Pero todo llega, y al niño le llegó su momento.
Tras el viaje en coche, que se le hizo larguísimo, por fin el momento de ver el campo. Desde fuera,ver el campo de su Betis fue para el algo maravilloso, era ver cumplido un sueño, que el campo que siempre veía por la tele estaba ahí, delante suya, elevándose majestuoso ante su mirada de niño, ante su mirada inocente que solo ve las cosas buenas.
Al ver los puestos de bufandas, trompetas, al ver al ambiente de partido grande, el niño le dijo a su padre:" Papá, papá, esto me gusta mucho, hay mucha gente del Betis", y su padre sonrió y apretó con más fuerza su mano, sabiendo que uno de los sueños de su hijo estaba cumpliéndose.
Pero lo mejor estaba por llegar. Al entrar al campo, el niño sintió algo que nunca en su vida olvidará,y que aun hoy no sabe explicar.Sintió oleadas de sensaciones que desbordaban su mente, y al sentarse ya en su asiento, le dijo a su padre: "Papá, gracias por traerme a ver el Betis", a lo que su padre respondió:"De nada hijo, pero me tienes que prometer que no te harás del Sevilla ¿eh?", y el niño le dijo a su padre que no, que el Betis es el equipo más bueno del mundo, y que no iba a ser nunca del Sevilla.
Luego comenzó el partido, y el resultado no acompañó. Aquél Betis que 2 años antes ascendió en Burgos, ciudad que se volvió verdiblanca para la ocasión, le plantó cara al poderosísimo Barcelona,equipo que ganó al Betis sin jugar mejor que él, y fallando el Betis ocasiones increíbles delante del afortunado Busquets.
El niño estaba triste,"Para una vez que vengo a ver al Betis y perdemos", pensó. Estaba tan triste que no pronunció una palabra al salir del campo, mientras iba fijándose en los rostros de la gente que pasaba a su lado para ver si sentían la misma tristeza que él.
El camino hacia el coche se le hizo larguísimo, pensando una y otra vez en su mala suerte, hasta que ya en el coche, no aguantó mas y le dijo a su padre:"Papá, ya no vengo más al campo",y su padre le preguntó porqué.
El niño contestó:"Yo quiero que el Betis gane, y si yo vengo y pierde no quiero venir más". Su padre trató de consolarlo, y le dijo que él vería muchas derrotas del Betis a lo largo de su vida, porque los béticos tienen que estar con el Betis siempre,en buenos y malos momentos, y le recordó la frase estrella del beticismo, "Viva el Betis manque pierda". El niño lo entendió, y desde ese preciso momento, el corazón de un bético se abrió al mundo, jurando esa noche sobre su almohada que nunca abandonaría al Betis, ganara o perdiera...".
El niño bético era yo, y recuerdo como si fuera hoy aquél amargo día en el que entendí qué significa ser bético.
En estos malos tiempos, echo mano de aquellos recuerdos y me digo que nadie podrá con nosotros, que el Betis siempre vivirá, siempre, y que nunca jamás lo dejaré, igual que todos vosotros, amigos, que habéis llegado al final de mi post, lo que os agradezco infinito.
El verde es color esperanza,echemos mano de ella para creer en tiempos mejores, y demosle ejemplo a esos niños béticos que son el futuro de nuestro Betis.
¡¡VIVA EL BETIS MANQUE PIERDA!!
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