Re: Anécdotas en el Benito Villamarín

Para punto mi hermano.

Hace ya unos añitos, él tiene un compadre que es minusválido, y en los partidos solía colocarse a pie de cesped con las sillas de ruedas, pues eso, un día le propone a mi hermano ir al Betis, pero mi hermano ni corto ni perezoso, le pide la otra silla de ruedas de repuesto para que pudieran estar juntos a pie de cesped.

No veas mi hermano, intentando moverse con la silla, vamos un descojone, además mi hermano está un poco... digamos "fuertote", pues para entrar tenía que subir un escalón justo antes de entrar al campo de fútbol, pues imaginarse a la pobre chica de Securitas (que a la pobre le faltaba un puchero con todos los avíos) llevando a mi hermano con mucho esfuerzo y él diciendo que era novato.

El punto fué que cuando estaba en el campo le decían: "Quillo como marque un gol el Betis ni se te ocurra levantarte que la gente va a gritar MILAGRO MILAGRO...

Re: Anécdotas en el Benito Villamarín

JAJAJAJAJ, muy buena ésa...qué crack!

Re: Anécdotas en el Benito Villamarín

[QUOTE=erebo;545287]en mi epoca de vigilante de puerta me pasaron cosas raras; un partido de pretemporada contra la Roma creo,llegó un tío vestido de indio con una bicicleta diciendo que era el primo de Lopera y que su parking de la bicicleta estaba en la puerta 24 de fondo jajaja estaba un poco colgado.
QUOTE]

Ése sería el indio de las 3mil... muy conocido en Sevilla, en paz descanse. Éste personaje salió en la película "polígono sur, el arte de las tresmil"...

Re: Anécdotas en el Benito Villamarín

el derbi que ibamos ganando 3-1 y nos empataron, Una falta de Jarni al final que entreo y el arbitro no dio gol... empece hasta llorar.

Re: Anécdotas en el Benito Villamarín

Bueno, aunque no fue en el Villamarin, un dia que nunca voy a olvidar y en el que vi que no hay aficion como la de mi Betis, el 28 de junio del 97 en el estadio Santiago Bernabeu de Madrid. Muchos beticos habran experimentado lo mismo que yo. Despues de un partido larguisimo con prorroga incluida en el que nuestro betis no tuvo la victoria de milagro, se impuso al fin el barcelona de Bobby Robson. Aun asi y despues de la entrega de trofeos, aquella marea verdiblanca desalojaba el estadio cantando el "mucho betis mucho betis eh!! eh!!". Cuando uno ve esas cosas el corazon se le queda chiquitito. Creo que nunca he llorado mas en mi vida que ese dia, pues aunque perdimos pero la aficion se fue cantando sabiendo que nuestro equipo dio en el terreno de juego todo lo que tenia. Este Betis es grande!!!!

Re: Anécdotas en el Benito Villamarín

Béticos hasta en el más allá (Extraido de tuyossiempre.com)

Manuel Ruiz de Lopera posee un sentido del humor muy peculiar, de lo que da prueba continuamente. No existen entrevistas o ruedas de prensa donde no despierte sonrisas o sonoras carcajadas entre sus interlocutores. No es un técnico en el lenguaje y reconoce que habla el español y mal, pero su forma de expresarse, su retentiva, su chispa, su ingenio popular, las singulares descripciones, ejemplos y comparaciones que realiza suelen despertar la risa en los que lo escuchan. Como ejemplo, no me resisto a relatar una anécdota tan macabra como divertida, que relató a Carlos Herrera en un programa televisivo que obtuvo enorme repercusión.
La historia despierta repelucos cuando se la escucha, pero conociendo cómo somos los sevillanos en general y los béticos en particular, es más que suficiente para comprender la reacción de los protagonistas de la misma. De ese tipo de historias de humor negro, relatadas a modo de chiste escenificado, tenemos un ejemplo gráfico en las páginas del libro de viñetas ”Historia del Real Betis Balompié” (1958), original del genial humorista y dibujante Andrés Martínez de León. Coriano de nacimiento y bético de corazón, en su libro, del que es principal personaje “Oselito”, se escenifica un chiste que se hizo tan popular que, aún después de medio siglo, no ha perdido vigencia ni según su trasfondo la perderá nunca. Sucede que un bético próximo a traspasar el umbral de la otra vida, pide a su compadre, que se encuentra al borde del lecho esperando el fatal desenlace, que vaya a inscribirlo como socio del Sevilla. El otro, creyendo que tan increíble petición es fruto del desvarío propio de una persona al borde de la muerte, le responde que cómo puede pedirle algo así sabiendo lo bético que eran ambos. A eso, el moribundo le aclara que lo hacía para no se muriese un bético sino un sevillista.
El relato que vamos a narrar a continuación es mucho más propio de una parodia macabra que de un chiste. Pero a los béticos nos cuesta muy poco trabajo ponernos en lugar de los protagonistas porque entendemos perfectamente su forma de actuar. Se trata de una demostración del sentido satírico de la existencia que poseemos los andaluces y que se puede ver expresado en numerosos relatos, dibujos, chistes, cuentos, historietas, novelas y libros. El relato, por otra parte, viene a confirmar la idea de que el bético no lo es hasta la muerte, sino que conserva ese sentimiento al llegar a la eternidad porque el alma no muere y la de un bético menos todavía. El bético piensa que, de seguir viviendo en la eternidad, su amor por el Betis no le perderá jamás por su carácter incombustible.
Piensa, además, que, por ser bético, cuando llegue a las puertas del cielo, San Pedro —que seguro que será también bético— le permitirá la entrada en aquel idílico y maravilloso lugar sin tantos requisitos y formulismos como exigirá a los demás. Formas de ver las cosas, que diría un andaluz senequista y enjundioso.

Bético hasta después de la muerte

Al campo del Betis acudían cada domingo de partido un padre acompañado de su hijo desde que éste contaba pocos años de edad. Ambos se sentían tan béticos que les resultaba imposible pasar sin su ración de Betis cada dos semanas. Producto de tan profundo sentimiento, en más de una ocasión, el padre había manifestado a su hijo sentado en las gradas del Benito Villamarín cual era su última voluntad como bético: “Una vez que la muerte me impida venir al campo del Betis —decía a su hijo— te mando que sigas sacando mi carné de socio cada temporada y traigas mis cenizas al Benito Villamarín para que pueda seguir viniendo a ver a nuestro Betis después de la muerte.
Pasados unos años falleció el padre y su hijo cumplió al pie de la letra su voluntad. Mandó sus restos a incinerar e introdujo sus cenizas en un bote de cristal —de los que se utilizaban para envasar melocotones en almíbar— y acudió al Benito Villamarín con la satisfacción de estar cumpliendo la santa voluntad de su padre. Sin embargo, al llegar al estadio se encontró con la desagradable sorpresa de que, aplicando la normativa vigente, no le permitieron entrar con aquel envase de cristal. Deseando solucionar el problema, el buen hijo se fue a la puerta de cristales del estadio, donde abordó a Manuel Ruiz de Lopera. Sin pérdida de tiempo explicó al estupefacto presidente lo que le ocurría y le pidió que le ayudara a introducir en el estadio el tarro que contenía las cenizas de su padre. El mandatario verdiblanco, que no daba crédito a lo que escuchaba, miraba asombrado a aquel joven envuelto en su bandera del Betis lloraba con mucho sentimiento mientras le decía:
—Mire, usted… don Manuel… que se ha muerto mi padre…
—Hombre, lo siento mucho, —le respondió cortésmente el mandatario del club.
—No, verá usted. Lo que pasa es que yo, como lo quería tanto y todo se lo debo a él, le prometí seguir sacando su carné del Betis después de muerto y quiero que usted me ayude.
—Bueno, en eso no creo que haya ningún problema. Venga usted a verme la próxima semana a la secretaría y lo arreglamos.
—Sí, pero mire usted, es que quiere que lo lleve al fútbol.
El presidente dio un respingo y lo miró sorprendido, sin comprender que es lo que quería decirle aquel joven. ¿Cómo podía llevar a su padre al fútbol si estaba muerto? Miró fijamente a su interlocutor, como intentando averiguar si quería tomarle el pelo o se trataba de alguien que se había escapado del manicomio.
—¿Traerlo al fútbol, dice usted? ¿Y cómo, si está muerto? —respondió Manuel Ruiz de Lopera sin saber a qué atenerse
—Sí, mire usted, es que lo traigo aquí —respondió el joven mostrando el tarro de cristal que contenía las cenizas de su progenitor.
Manuel Ruiz de Lopera, enfrentado a la situación más inverosímil que se le había planteado en su vida, no sabía si echarse a llorar, a reír o salir corriendo antes de que se le fundieran los cables del cerebro. Tan sólo atinó a decir:
—Pero, hombre, para algo así no tiene usted que contar conmigo.
—No, don Manuel, si el motivo de venir a verle es que no me dejan entrar en el estadio con el bote de cristal. Por eso, lo que quiero es que usted autorice a que lo metan dentro para recogerlo cada día de partido y evitar lo que me ha ocurrido hoy.
El presidente le pidió el frasco y lo entregó al gerente del club diciéndole que encargara a un empleado que cada domingo de partido, se lo facilitara al joven dentro del estadio. Pero ocurrió que, días después, el empleado que guardaba el bote funerario en su despacho fue a ver al presidente bético y le dijo con acento compungido:
—Don Manuel, que yo no puedo trabajar con “esto” metido en el armario.
El presidente llamó al joven y le puso en antecedentes de lo que ocurría.
—¿Qué podemos hacer, entonces? —preguntó el muchacho en tono preocupado.
—Mire —le sugirió Ruiz de Lopera— vamos a coger un envase de “Puleva”, que son de Tetra Brik, en el que pondremos las cenizas de su padre. Así no podrán impedirle la entrada en el estadio, porque envases de ese material no está prohibido entrarlos en los campos de fútbol.
—Me parece bien, —asintió el joven que, con la solución aportada por el presidente, veía resuelto su problema.
—Desde entonces —apostilló Manuel Ruiz de Lopera— aquel muchacho me miraba todos los domingos cuando el Betis marcaba un gol, mientras que “abrazaba a su padre”; o sea, al envase de Tetra Brik. Pero es que lo vi también en Burgos, en Madrid y en otros desplazamientos. Y siempre, cuando el Betis marcaba un gol, actuaba igual: “abrazaba” amorosamente el envase de “Puleva”, totalmente convencido de que su progenitor podía “sentir” la misma alegría que experimentaba en vida, cuando ambos celebraban los goles béticos en el Benito Villamarín
El mensaje que encierra esta, según Manuel Ruiz de Lopera, verídica y sorprendente historia, no exenta de rasgos humorísticos pese a tratarse de un tema tan serio, es muy fácil de entender para un bético de los que quiere a su equipo de un modo tan inverosímil como el relatado. Por eso, los que la escuchan y, más aún contada con el arte que para ello tiene Manuel Ruiz de Lopera, ríen a mandíbula batiente sin que piensen que están cometiendo una irreverencia o una falta de respeto. Ahora bien, por lo que pueda pasar, siempre hay quien, al escuchar la parte más macabra de la narración, suele tocar madera.

Re: Anécdotas en el Benito Villamarín

Bueno, lo mio no se si se puede considerar como anecdota, pero alla va.

En un partido de liga, del año pasado (creo recordar que era, sino del anterior), un hombre que se sentaba detras mia en el campo, le dio por empezar a gritar todo lo habido y por haber hacia Edu...Se acordo de toda su familia...Pues bien, yo voy al campo con mi camiseta de EDU 24...como era evidente tenia que saltarle vamos...

Y mi hermano, que nada mas sabia decirme: Ro Ro, mira lo que esta diciendo...Ro Ro, tu lo estas escuchando... Hasta que ya no pude mas, me volvi hacia atras, con toda una cara de asco, lo mire de arriba abajo un rato, y volvi a mirar para delante...Bueno, creo que eso valio, porque desde entonces todo fueron alagos para Edu jejejejeje, y ya me saludaba todos los partidos jejeje.

En fin...quizas esa persona esta por aki jeje, quien sabe...Si esta, y lo lee, que conste que esas miraditas mias no iban con mala intencion ;P

Re: Anécdotas en el Benito Villamarín

En el "BENITO VILLAMARÍN":

--Saque de Honor a cargo de Juanita Reina.-
Yo la ví varias veces en el "palquito" de la Familia Picchi con "Caracolillo", el anterior era de la TERTULIA CULTURAL BÉTICA sita en calle Velázquez nº 3: Gil Gómez Bajuelo, José María Domenech Romero, Pascual Aparicio García, Daniel Mezquita Moreno, Enrique Añino Ilzarbe-Andueza y Palmira-secretaria del Sr. Domenech, "Verde que te quiero verde" en uñas, labios, pendientes, etcª.

en la "otra mitad":

el espectáculo tercermundista y chavacano del corte de la energía eléctrica ¿abonó la fra.?
idem del busto "ensuciando" a la Bandera del Centenario de la gran Afición Verdiblanca Centenaria.

Re: Anécdotas en el Benito Villamarín

Un partido en el primer año de Serra de primera, tipico partido de cero a cero, llegando mucho pero no marcabamos, no se si el Logroñes o el Compostela o alguno asi malote,pues al lao mia un viejo con su pedazo de puro,diciendo saca a Sabas ya mister, al otro lado otro mas viejo todavia con un puro mas chico, diciendo saca al Polaco a Kowaski,kowaski es un crack, y el otro saca a Sabas el polaco no vale pana.

El desenlace fue que marco el Polaco quedando 10 minutos y quedamos 1 a 0 y el viejo de 90 años paso por delante mia y de mi colega y se tiro en lo alto del otro viejo gritando, Has visto , Has visto , te lo habia dicho yo Kowaski es el que vale,un espectaculo digno de ver y que arranco el descojone de porlomenos 30 personas que estabamos a su alrededor, el viejo tenia las venas del cuello como tuberias, no veas como se altero con el gol del polaco

Re: Anécdotas en el Benito Villamarín


Recuerdo ese partido, a mí me cogió en Madrid, viendo el partido con un montón de madridistas...jajajajjajaja, qué risa. Fue penoso, pero nos reímos comentando eso mismo, que si el Lopera habría pagado a sevillana...

Gracias por recordarlo!!!

Re: Anécdotas en el Benito Villamarín

Aquí te pongo un tema que yo abrí que es más o menos igual, pero que casi nadie habló. No sé porque, ya que anécdotas tenemos todos que contar.

http://www.betisweb.com/foro/showthread.php?t=18818

Re: Anécdotas en el Benito Villamarín

Sí, es parecida, la tuya quizás es más general, y las anécdotas que se exponen aquí (la mayoría) son relacionadas con partidos en el campo o alrededores...también te puedo decir que cada día yo intento renovarlo para que más y más gente cuente sus historias, ya sean divertidas o nostálgicas...

Aquí como no sea para criticar o decir chorras la peña no escribe...

Salu2 verdiblancos!!!

Re: Anécdotas en el Benito Villamarín

En ese derbi, me cole yo con mi amiga, no vea la que liamos para colarnos ... menos mal que en el que iba a ser el ultimo intento, me encontre en los tornos a un compañero de mi clase de cuando yo era enana y el nota se acordaba de mi, me yamo y nos colo, aun le estoy dando vuelta quien era por que no me acuerdo de el ... jajaja que bien me lo pase !!!!

Re: Anécdotas en el Benito Villamarín

Curiosísimo, el mandamal vendiendo su "loperaloto" con tupé y ¿carné del Glorioso? por la tribuna de preferencia del Estadio BENITO VILLAMARÍN, hace ya unos 30 años., es menester ver cuanto anacronismo se dió desde entonces.

¡¡¡eso si que era "beticismo" con muchísimo ánimo de lucro personal "a la mesma vez" que cuando torpedeó a la línea de flotación del Balompié años más tarde y continúa "la plaga farusiana and company" ¡¡¡¡.

Re: Anécdotas en el Benito Villamarín

el dia que de pequeño me llevaron ami primer partido del betis que entre en gol norte con unos 9 años... y el betis marco y iseron la avalancha y me arrastraron... y me cai.. y todos los del gol sur me cojieron y me sentaron al final del todo bajo el marcador