No quiero ser pesado con estos temas, pero sí querría hacer un poquito de historia para intentar explicar de dónde venimos y adónde vamos (al menos, así lo veo yo)
Corría el año 1992 (y parece que fue ayer). El Betis, como muchos otros clubes, entran en lo que se llamó "plan de saneamiento". Aquello consistió, a grandes rasgos, en que el Estado asumía parte de la deuda de los clubes, que sería financiada posteriormente (fundamentalmente quitando parte de los derechos de las quinielas, semana a semana, hasta que la deuda quedara liquidada).
Es decir, que el Estado no puso un duro. Más que nada lo digo porque hay gente que todavía piensa que el Estado le hizo un regalo a los clubes. No, los clubes pagaron su deuda con el dinero de las quinielas, y todos contentos.
Pero el plan de saneamiento no cubría toda la deuda de los clubes. Se dividió la deuda entre exigible a corto y a largo plazo. El invento que se hizo consistió en que una parte de la deuda sería saldada de forma inmediata mediante la aportación de un capital social, convirtiéndose los clubes en SAD (sociedades anónimas deportivas)
Y ahí es donde estuvo el gran error, la gran mentira de este invento. Porque por un lado los clubes seguían siendo eso, clubes de fútbol. Pero se les obligaba a funcionar como sociedades anónimas. Aunque con un matiz, desaparecía la opción del reparto de beneficios vía dividendos.
Esto último es probablemente la única diferencia reseñable entre una SA y una SAD. Es decir, en su forma de gobierno y gestión pasaban a ser SA, pero en la práctica no dejaban de ser una especie de ONG.
¿Quién iba a ser tan tonto de invertir su dinero en una sociedad, comprando acciones, sabiendo que jamás podría recuperar su inversión, al menos vía dividendos, como en cualquier sociedad? En Bolsa, sería lo más parecido a tener un PER infinito (es decir, el número de años necesario para recuperar el valor invertido, vía dividendos)
Pues evidentemente los que se lanzaron a comprar acciones fueron los aficionados, de manera sentimental, a fondo perdido. Los Ayuntamientos, casi como una acción social, para ganarse el favor político de los aficionados. Algunos grupos de comunicación, que veían en ello una forma de intervenir en los derechos televisivos que ya por entonces empezaba a sonar.
Con independencia de lo anterior, la consecuencia perversa de todo ello fue que, de la noche a la mañana, hubo personas/entidades que comprando una parte ínfima de la deuda de los clubes, se hicieron con el pastel completo, con un patrimonio inmenso, difícil de valorar, aunque sin forma de poder llevárselo, salvo disolución/liquidación de la sociedad, que creo que no es el caso. Pero eso sí, se habían hecho con el poder.
Yo, a día de hoy, sigo sin saber exactamente cuál fue el motivo por el que Lopera compró sus acciones. Digo en aquel momento, ojo, en el año 1992, así que le dejaré un margen para la duda.
Ahora bien, sin posibilidad de recuperar su inversión vía dividendos, la única opción era formar un entramado de empresas que fueran sacando el dinero del Betis. Y ahí es cuando nacieron las Tegasa, Farusa, Frigimueble, Rulosa y compañía... Y vaya si le gustó el tema.
También nació por aquella época la panda de representantes que empezó a rodear a Lopera en todas sus operaciones, empresas de derechos de imagen sospechosas, comisiones multimillonarias, fichajes incomprensibles... Todavía recuerdo a Lopera definiendo al paraguayo Virgil. Ferreira como un ídolo de su país, lo que había supuesto un enorme esfuerzo económico para traerlo (entrevistaron al día siguiente a un periodista de su país que decía no conocerlo)
No hay que ser muy listo para saber que Lopera, con la ayuda y connivencia de estos representantes, ha sacado del Betis cantidades ingentes de dinero, con las famosas comisiones, que en ocasiones superaban incluso el coste del fichaje.
Y la pregunta que me hago es muy sencilla. ¿Cómo se puede explicar que un inversor, del tipo que sea, quiera invertir su dinero en acciones del Betis, que es una SAD, cuyo objeto social es la consecución de éxitos de tipo deportivo y no beneficios económicos? ¿Para qué puede querer invertir nadie en una SAD si no puede recuperar su inversión?
Cuesta creer que alguien quiera invertir su dinero si no puede recuperarlo. Es antieconómico. Por eso yo no me creo que pueda haber nadie interesado en comprar acciones, no del Betis, sino de ningún club.
No dudo de que en aquel momento hubo personas que lo hicieron más que nada como una forma de obtener reconocimiento público, de conseguir "poder", relaciones, salir en la tele, vamos. Así tenemos a los Gil (metido en política por entonces), a empresarios del momento que se hicieron más famosos todavía (Solans en Zaragoza con su Pikolín, los Roig y su Mercadona, Lara con Planeta...) En definitiva, empresarios que en su momento creyeeron rentable invertir en fútbol, en publicidad.
Por lo demás, el capital de los clubes fue asumido por aficionados, ayuntamientos, diputaciones...
Y en el Betis, Lopera. Pues es lo que tenemos. Y aquellos polvos han traído estos lodos. Y en éstas estamos...
Corría el año 1992 (y parece que fue ayer). El Betis, como muchos otros clubes, entran en lo que se llamó "plan de saneamiento". Aquello consistió, a grandes rasgos, en que el Estado asumía parte de la deuda de los clubes, que sería financiada posteriormente (fundamentalmente quitando parte de los derechos de las quinielas, semana a semana, hasta que la deuda quedara liquidada).
Es decir, que el Estado no puso un duro. Más que nada lo digo porque hay gente que todavía piensa que el Estado le hizo un regalo a los clubes. No, los clubes pagaron su deuda con el dinero de las quinielas, y todos contentos.
Pero el plan de saneamiento no cubría toda la deuda de los clubes. Se dividió la deuda entre exigible a corto y a largo plazo. El invento que se hizo consistió en que una parte de la deuda sería saldada de forma inmediata mediante la aportación de un capital social, convirtiéndose los clubes en SAD (sociedades anónimas deportivas)
Y ahí es donde estuvo el gran error, la gran mentira de este invento. Porque por un lado los clubes seguían siendo eso, clubes de fútbol. Pero se les obligaba a funcionar como sociedades anónimas. Aunque con un matiz, desaparecía la opción del reparto de beneficios vía dividendos.
Esto último es probablemente la única diferencia reseñable entre una SA y una SAD. Es decir, en su forma de gobierno y gestión pasaban a ser SA, pero en la práctica no dejaban de ser una especie de ONG.
¿Quién iba a ser tan tonto de invertir su dinero en una sociedad, comprando acciones, sabiendo que jamás podría recuperar su inversión, al menos vía dividendos, como en cualquier sociedad? En Bolsa, sería lo más parecido a tener un PER infinito (es decir, el número de años necesario para recuperar el valor invertido, vía dividendos)
Pues evidentemente los que se lanzaron a comprar acciones fueron los aficionados, de manera sentimental, a fondo perdido. Los Ayuntamientos, casi como una acción social, para ganarse el favor político de los aficionados. Algunos grupos de comunicación, que veían en ello una forma de intervenir en los derechos televisivos que ya por entonces empezaba a sonar.
Con independencia de lo anterior, la consecuencia perversa de todo ello fue que, de la noche a la mañana, hubo personas/entidades que comprando una parte ínfima de la deuda de los clubes, se hicieron con el pastel completo, con un patrimonio inmenso, difícil de valorar, aunque sin forma de poder llevárselo, salvo disolución/liquidación de la sociedad, que creo que no es el caso. Pero eso sí, se habían hecho con el poder.
Yo, a día de hoy, sigo sin saber exactamente cuál fue el motivo por el que Lopera compró sus acciones. Digo en aquel momento, ojo, en el año 1992, así que le dejaré un margen para la duda.
Ahora bien, sin posibilidad de recuperar su inversión vía dividendos, la única opción era formar un entramado de empresas que fueran sacando el dinero del Betis. Y ahí es cuando nacieron las Tegasa, Farusa, Frigimueble, Rulosa y compañía... Y vaya si le gustó el tema.
También nació por aquella época la panda de representantes que empezó a rodear a Lopera en todas sus operaciones, empresas de derechos de imagen sospechosas, comisiones multimillonarias, fichajes incomprensibles... Todavía recuerdo a Lopera definiendo al paraguayo Virgil. Ferreira como un ídolo de su país, lo que había supuesto un enorme esfuerzo económico para traerlo (entrevistaron al día siguiente a un periodista de su país que decía no conocerlo)
No hay que ser muy listo para saber que Lopera, con la ayuda y connivencia de estos representantes, ha sacado del Betis cantidades ingentes de dinero, con las famosas comisiones, que en ocasiones superaban incluso el coste del fichaje.
Y la pregunta que me hago es muy sencilla. ¿Cómo se puede explicar que un inversor, del tipo que sea, quiera invertir su dinero en acciones del Betis, que es una SAD, cuyo objeto social es la consecución de éxitos de tipo deportivo y no beneficios económicos? ¿Para qué puede querer invertir nadie en una SAD si no puede recuperar su inversión?
Cuesta creer que alguien quiera invertir su dinero si no puede recuperarlo. Es antieconómico. Por eso yo no me creo que pueda haber nadie interesado en comprar acciones, no del Betis, sino de ningún club.
No dudo de que en aquel momento hubo personas que lo hicieron más que nada como una forma de obtener reconocimiento público, de conseguir "poder", relaciones, salir en la tele, vamos. Así tenemos a los Gil (metido en política por entonces), a empresarios del momento que se hicieron más famosos todavía (Solans en Zaragoza con su Pikolín, los Roig y su Mercadona, Lara con Planeta...) En definitiva, empresarios que en su momento creyeeron rentable invertir en fútbol, en publicidad.
Por lo demás, el capital de los clubes fue asumido por aficionados, ayuntamientos, diputaciones...
Y en el Betis, Lopera. Pues es lo que tenemos. Y aquellos polvos han traído estos lodos. Y en éstas estamos...
Comentario