A los administradores, añadir donde veais conveniente, este artículo. Viene en el periodico El mundo de hoy (prensa escrita).
Un futuro tenebroso
SEVILLA.- Un feo panorama. Los tribunales siguen colocando a Manuel Ruiz de Lopera en una si*tuación muy delicada. Tras sal*varse, a última hora, de la conde*na de prisión por la comisión de un delito fiscal, ahora podría vér*selas con una posible querella por un delito societario. Y, esta vez, no podrá negociar la pena.
En las últimas semanas, las asociaciones opositoras a la ges*tión de Lopera, Béticos por el Vi*llamarín y Por nuestro Betis, ya anunciaron la presentación de querellas por lo que considera*ban un fraudulento uso de la «au*tocontratación» en el club, que podría lesionar los intereses de los accionistas.
Los datos revelados hoy por ELMUNDO probablemente les re*fuercen en sus sospechas. Y, si fi*nalmente, se deciden a ir a los tri*bunales, Ruiz de Lopera podría quedar en una situación límite.
El delito societario está am*pliamente regulado por el código penal (artículos 290 a 297), donde se expresan las penas de prisión y monetarias a las que quedan so*metidos los infractores.
El artículo 291, por ejemplo, señala: «Los que, prevaliéndose de su situación mayoritaria en la Junta de accionistas o el órgano de administración de cualquier sociedad constituida o en forma*ción, impusieren acuerdos abusi*vos, con ánimo de lucro propio o ajeno, en perjuicio de los demás socios, y sin que reporten beneficios a la misma, serán castigados con la pena de prisión de seis me*ses a tres años o multa del tanto al triplo del beneficio obtenido».
La sentencia de la Audiencia Nacional es el último golpe, e in*discutiblemente uno de los más contundentes, a un Lopera que, últimamente, no cesa de recibir malas noticias de los tribunales.
Las turbias gestiones del Real Betis, a través de sociedades in*terpuestas que controlaba Lope*ra, ya derivaron en la condena por dos delitos fiscales que se vio obligado a asumir el directivo verdiblanco (abonando 2,5 millo*nes de euros) para evitar a última hora la prisión.
La juez estimó entonces que los contratos de arrendamiento entre el Betis y Tegasa «no tenían materialización en la práctica». Y añadió: «Tampoco Tegasa realizó actividad alguna en las sedes mencionadas (estadio y ciudad deportiva)».
El tribunal concluía que «con los contratos anteriores se conse*guían modificar (irregularmente) las relaciones tributarias del Betis y Tegasa con Hacienda». Y daba por hecho que existía una rela*ción fraudulenta entre ambas so*ciedades.
Otra sentencia, en este caso de la Audiencia de Baleares, dejó sentado en 2003 un hecho clave: «Tegasa y Encadesa forman parte del entramado jurídico-económi*co que controla el presidente del Real Betis, Ruiz de Lopera».
Un futuro tenebroso
SEVILLA.- Un feo panorama. Los tribunales siguen colocando a Manuel Ruiz de Lopera en una si*tuación muy delicada. Tras sal*varse, a última hora, de la conde*na de prisión por la comisión de un delito fiscal, ahora podría vér*selas con una posible querella por un delito societario. Y, esta vez, no podrá negociar la pena.
En las últimas semanas, las asociaciones opositoras a la ges*tión de Lopera, Béticos por el Vi*llamarín y Por nuestro Betis, ya anunciaron la presentación de querellas por lo que considera*ban un fraudulento uso de la «au*tocontratación» en el club, que podría lesionar los intereses de los accionistas.
Los datos revelados hoy por ELMUNDO probablemente les re*fuercen en sus sospechas. Y, si fi*nalmente, se deciden a ir a los tri*bunales, Ruiz de Lopera podría quedar en una situación límite.
El delito societario está am*pliamente regulado por el código penal (artículos 290 a 297), donde se expresan las penas de prisión y monetarias a las que quedan so*metidos los infractores.
El artículo 291, por ejemplo, señala: «Los que, prevaliéndose de su situación mayoritaria en la Junta de accionistas o el órgano de administración de cualquier sociedad constituida o en forma*ción, impusieren acuerdos abusi*vos, con ánimo de lucro propio o ajeno, en perjuicio de los demás socios, y sin que reporten beneficios a la misma, serán castigados con la pena de prisión de seis me*ses a tres años o multa del tanto al triplo del beneficio obtenido».
La sentencia de la Audiencia Nacional es el último golpe, e in*discutiblemente uno de los más contundentes, a un Lopera que, últimamente, no cesa de recibir malas noticias de los tribunales.
Las turbias gestiones del Real Betis, a través de sociedades in*terpuestas que controlaba Lope*ra, ya derivaron en la condena por dos delitos fiscales que se vio obligado a asumir el directivo verdiblanco (abonando 2,5 millo*nes de euros) para evitar a última hora la prisión.
La juez estimó entonces que los contratos de arrendamiento entre el Betis y Tegasa «no tenían materialización en la práctica». Y añadió: «Tampoco Tegasa realizó actividad alguna en las sedes mencionadas (estadio y ciudad deportiva)».
El tribunal concluía que «con los contratos anteriores se conse*guían modificar (irregularmente) las relaciones tributarias del Betis y Tegasa con Hacienda». Y daba por hecho que existía una rela*ción fraudulenta entre ambas so*ciedades.
Otra sentencia, en este caso de la Audiencia de Baleares, dejó sentado en 2003 un hecho clave: «Tegasa y Encadesa forman parte del entramado jurídico-económi*co que controla el presidente del Real Betis, Ruiz de Lopera».
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