Yo he ido a verte ganar...
Mi Betis, he ido a que los once leones que visten tus trece barras te lleven a la victoria. He ido a verte ganar, mi Betis, he ido con ganas, como cada día que juegas en el campo que está al final de la Palmera, ese que nombran como Villamarín con razón y heliópolis con más razón todavía.
He ido a verte ganar y he visto como los leones parecían viejos y sin dentadura, corriendo a lo loco detrás de balas rojillas que se adelantaban a los pensamientos de estos felinos sin garra. He ido a verte ganar y quería que ganases mi Betis, incluso con el 0-3 en contra, con tres puñaladas en mi costado sufrido y traicionado, mi Betis.
He ido a verte ganar, he ido con la familia, con mi polo del centenario, que no es un disfraz, aunque hoy han querido que me lo crea. He ido a verte ganar, mi Betis.
He ido a verte ganar a pesar de que tengo la cumplida amenaza de quien espera a ganar igual que yo para echarme en cara mil cosas, para esconder debajo de la alfombra de los goles toda la porquería que tiene este Betis. Pero ni ellos ni yo te hemos visto ganar, ellos y yo hemos visto como el estadio parecía de segunda B nada más comenzar la segunda parte, con espacios tan fríos en tus gradas que helaban el sentimiento, mi Betis.
Hoy he ido a verte ganar y me ha dolido incluso los dos minutos de prolongación, mi Betis. Me ha dolido ver cómo los descabezados que empezaron pareciendo leones corrían sin sentido, sin ganas, sin sentir como sentía mi vecinito de silla la camiseta. Porque él también ha ido a ganar, pero se agarraba su pequeña camiseta con furia y me miraba, y yo no acertaba a acercarlo a ti, mi Betis, porque el quería y no podía, trataba de trasponerse con Pavone y empujarlo al gol, pero no pudo, mi Betis.
Y pitó el árbitro el final más amargo de la amarga temporada que estamos viviendo, y tú, mi Betis, que no te mereces esto, no serás más que una pobre peya de barro en las manos de quien quiso erigirse en gran artista y va camino de convertirse en torpe alfarero que busca la imagen perfecta y le sale un búcaro agrietado.
Mi Betis, hoy he ido a verte ganar.
Mi Betis, he ido a que los once leones que visten tus trece barras te lleven a la victoria. He ido a verte ganar, mi Betis, he ido con ganas, como cada día que juegas en el campo que está al final de la Palmera, ese que nombran como Villamarín con razón y heliópolis con más razón todavía.
He ido a verte ganar y he visto como los leones parecían viejos y sin dentadura, corriendo a lo loco detrás de balas rojillas que se adelantaban a los pensamientos de estos felinos sin garra. He ido a verte ganar y quería que ganases mi Betis, incluso con el 0-3 en contra, con tres puñaladas en mi costado sufrido y traicionado, mi Betis.
He ido a verte ganar, he ido con la familia, con mi polo del centenario, que no es un disfraz, aunque hoy han querido que me lo crea. He ido a verte ganar, mi Betis.
He ido a verte ganar a pesar de que tengo la cumplida amenaza de quien espera a ganar igual que yo para echarme en cara mil cosas, para esconder debajo de la alfombra de los goles toda la porquería que tiene este Betis. Pero ni ellos ni yo te hemos visto ganar, ellos y yo hemos visto como el estadio parecía de segunda B nada más comenzar la segunda parte, con espacios tan fríos en tus gradas que helaban el sentimiento, mi Betis.
Hoy he ido a verte ganar y me ha dolido incluso los dos minutos de prolongación, mi Betis. Me ha dolido ver cómo los descabezados que empezaron pareciendo leones corrían sin sentido, sin ganas, sin sentir como sentía mi vecinito de silla la camiseta. Porque él también ha ido a ganar, pero se agarraba su pequeña camiseta con furia y me miraba, y yo no acertaba a acercarlo a ti, mi Betis, porque el quería y no podía, trataba de trasponerse con Pavone y empujarlo al gol, pero no pudo, mi Betis.
Y pitó el árbitro el final más amargo de la amarga temporada que estamos viviendo, y tú, mi Betis, que no te mereces esto, no serás más que una pobre peya de barro en las manos de quien quiso erigirse en gran artista y va camino de convertirse en torpe alfarero que busca la imagen perfecta y le sale un búcaro agrietado.
Mi Betis, hoy he ido a verte ganar.
Comentario