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¿Quiere comerse los turrones?
jueves 25 Octubre 2007
J. J. Barquín
Héctor Cúper va camino, con sus acciones y declaraciones, de entrar en ese sucio túnel en el que han entrado tantos y tantos entrenadores en el Real Betis desde que Lopera es dueño y señor del cortijo verdiblanco. Empezó muy bien, alabando su plantilla, indicando que no necesitaba fichajes, que con lo que tiene es más que suficiente. Es decir, diciendo lo que quería oír su amo.
Pero la realidad, como todos sabemos, es otra. La realidad dice que poco a poco, partido a partido, la verdad sale a flote. La realidad dice que de todo lo fichado, juega uno. Los demás contemplan desde la grada. Veinticuatro millones casi tirados a la ******, ¡con la falta que a mí me hacen para pagar la hipoteca!
Ayer, el argentino hizo unas declaraciones a Radio Sevilla donde dejó dos perlas: “Tienen calidad, aunque a lo mejor es cierto que no hemos traído a jugadores intocables, que los pones y no los quitas y que te meten 35 goles”. Pues, no hace falta tener el carnet de entrenador para saber que Pavone no es Rincón, que Babic no es Joaquín, que Lima no es Biosca o que José Marí no es Oliveira. La otra perla dice así: “Sé por lo que vamos a pelear esta temporada, pero no lo voy a decir no vaya a ser que luego quedemos más arriba”. Blanco y en botella. Ya saben.
Esta es la realidad de nuestro Betis. Una realidad que habla de un consejero delegado indigno que tiene el club para agrandar la caja y hacer negocios; un equipo sin calidad, sin aspiraciones, sin compromiso y sin futuro, que tiene como punto de referencia a su vulgar amo y por último, una parte de la afición anestesiada por el 92, Palamós y el “lo que diga Don Manué” y, otra parte, frustrada y harta de seguir con esta dinámica perdedora y mediocre que envuelve a nuestro querido equipo. En definitiva, un desastre deportivo que está dividiendo el Betis.
¿Quiere comerse los turrones?
jueves 25 Octubre 2007
J. J. Barquín
Héctor Cúper va camino, con sus acciones y declaraciones, de entrar en ese sucio túnel en el que han entrado tantos y tantos entrenadores en el Real Betis desde que Lopera es dueño y señor del cortijo verdiblanco. Empezó muy bien, alabando su plantilla, indicando que no necesitaba fichajes, que con lo que tiene es más que suficiente. Es decir, diciendo lo que quería oír su amo.
Pero la realidad, como todos sabemos, es otra. La realidad dice que poco a poco, partido a partido, la verdad sale a flote. La realidad dice que de todo lo fichado, juega uno. Los demás contemplan desde la grada. Veinticuatro millones casi tirados a la ******, ¡con la falta que a mí me hacen para pagar la hipoteca!
Ayer, el argentino hizo unas declaraciones a Radio Sevilla donde dejó dos perlas: “Tienen calidad, aunque a lo mejor es cierto que no hemos traído a jugadores intocables, que los pones y no los quitas y que te meten 35 goles”. Pues, no hace falta tener el carnet de entrenador para saber que Pavone no es Rincón, que Babic no es Joaquín, que Lima no es Biosca o que José Marí no es Oliveira. La otra perla dice así: “Sé por lo que vamos a pelear esta temporada, pero no lo voy a decir no vaya a ser que luego quedemos más arriba”. Blanco y en botella. Ya saben.
Esta es la realidad de nuestro Betis. Una realidad que habla de un consejero delegado indigno que tiene el club para agrandar la caja y hacer negocios; un equipo sin calidad, sin aspiraciones, sin compromiso y sin futuro, que tiene como punto de referencia a su vulgar amo y por último, una parte de la afición anestesiada por el 92, Palamós y el “lo que diga Don Manué” y, otra parte, frustrada y harta de seguir con esta dinámica perdedora y mediocre que envuelve a nuestro querido equipo. En definitiva, un desastre deportivo que está dividiendo el Betis.
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