IF…
“Si puedes mantener la cabeza cuando todo a tú alrededor pierde la suya…”.
Así empieza el inmortal poema de Rudyard Kipling, al que he vuelto en no pocas ocasiones, la mayoría de ellas sin siquiera buscarlo, encontrando siempre alguna clave para la búsqueda de respuestas. Ni siquiera su “jartible” popularización en ciertas épocas en las que incluso colgaba como marco a la entrada de algunas casas, o el hecho de que fuese citado como referente por personajes de lo más variopinto, me ha hecho rechazarlo o ignorarlo.
Dicho lo cual… ¿Puede servir el poema de Kipling para un análisis y reflexión de cómo debe uno caminar en estos tiempos en verdiblanco? ¿Puede ayudarnos a afrontar la realidad institucional, deportiva y social del Real Betis Balompié? ¿Puede servir como lazarillo ante la deriva y degeneración, en unos momentos en los que la fractura social crece? Y, sobre todo, ¿puede servir como elemento de reflexión para aquellos que, pensando que están defendiendo sus posiciones en el fondo están resultando contraproducentes para las mismas por su incapacidad para respetar la opinión contraria? ¿Puede servir para aparcar referencias personales, sean del sentido que sean, se dirijan a quien se dirijan? ¿Puede servir para que el insulto, la mofa, el escarnio, la mentira y la generalización pasen al olvido, los practiquen quienes lo practiquen? ¿Puede servir para que cualesquiera opiniones se guíen por el respeto al prójimo y la valentía, entendiendo como tal la de no ampararse en el anonimato ni en la masa para atacar a aquel que va con su nombre y apellidos, sea quien sea, opine lo que opine? ¿Puede servir para que todos nos miremos un poco el ombligo y analicemos en qué podemos contribuir a un debate racional? ¿Puede servir para que no se ponga en el punto de mira a otras personas por el hecho de expresar su opinión, y menos con dianas fotográficas o datos personales? ¿Puede servir para que cualquiera que se suba a una atalaya, por modesta y precaria que sea, no se sienta en la obligación de ejercer de Iman?...
Juzguen ustedes…
“Si puedes mantener la cabeza
cuando todo a tú alrededor pierde la suya
si puedes confiar en ti cuando todos dudan...
pero admitir también sus dudas
Si puedes esperar sin cansarte de la espera
y aún gozar de ella
y si eres engañado no pagar con mentiras
o, si odiado, no odiar tú a tu vez,
sin creerte por ello, ni demasiado bueno, ni demasiado sabio.
Si puedes soñar sin hacer que los sueños te adormezcan
y pensar sin hacerte esclavo de tus ideas,
si puedes enfrentarte al triunfo y al desastre
y tratar del mismo modo a ambos farsantes,
si puedes escuchar la verdad que acabas de decir
manipulada por los canallas a los que siguen los necios,
si puedes mirar las cosas que en la vida has roto
y recogiendolas, reconstruirlas con paciencia.
Si puedes amontonar todos tus triunfos
y arriesgarlos a un sólo golpe de suerte,
y después de perder
comenzar de nuevo sin añorar lo perdido,
si puedes forzar tus nervios y tus tendones
para jugar tu turno cuando y parezcas derrotado,
y resisitir cuando no te quede nada
excepto la voluntad de resistir.
Si puedes hablar a las multitudes
sin perder tu capacidad de escuchar,
si puedes tratar con los poderosos
sin contagiarte de su soberbia,
si, ni amigos ni enemigos pueden herirte
si cuentas con todos, pero con ninguno demasiado,
si puedes percibir ese minuto exquisito
en que cada uno de los sesenta segundos cuentan
tuya será la tierra y todo lo que en ella habita
pero lo que es más importante:
serás HOMBRE, hijo mío."
“Si puedes mantener la cabeza cuando todo a tú alrededor pierde la suya…”.
Así empieza el inmortal poema de Rudyard Kipling, al que he vuelto en no pocas ocasiones, la mayoría de ellas sin siquiera buscarlo, encontrando siempre alguna clave para la búsqueda de respuestas. Ni siquiera su “jartible” popularización en ciertas épocas en las que incluso colgaba como marco a la entrada de algunas casas, o el hecho de que fuese citado como referente por personajes de lo más variopinto, me ha hecho rechazarlo o ignorarlo.
Dicho lo cual… ¿Puede servir el poema de Kipling para un análisis y reflexión de cómo debe uno caminar en estos tiempos en verdiblanco? ¿Puede ayudarnos a afrontar la realidad institucional, deportiva y social del Real Betis Balompié? ¿Puede servir como lazarillo ante la deriva y degeneración, en unos momentos en los que la fractura social crece? Y, sobre todo, ¿puede servir como elemento de reflexión para aquellos que, pensando que están defendiendo sus posiciones en el fondo están resultando contraproducentes para las mismas por su incapacidad para respetar la opinión contraria? ¿Puede servir para aparcar referencias personales, sean del sentido que sean, se dirijan a quien se dirijan? ¿Puede servir para que el insulto, la mofa, el escarnio, la mentira y la generalización pasen al olvido, los practiquen quienes lo practiquen? ¿Puede servir para que cualesquiera opiniones se guíen por el respeto al prójimo y la valentía, entendiendo como tal la de no ampararse en el anonimato ni en la masa para atacar a aquel que va con su nombre y apellidos, sea quien sea, opine lo que opine? ¿Puede servir para que todos nos miremos un poco el ombligo y analicemos en qué podemos contribuir a un debate racional? ¿Puede servir para que no se ponga en el punto de mira a otras personas por el hecho de expresar su opinión, y menos con dianas fotográficas o datos personales? ¿Puede servir para que cualquiera que se suba a una atalaya, por modesta y precaria que sea, no se sienta en la obligación de ejercer de Iman?...
Juzguen ustedes…
“Si puedes mantener la cabeza
cuando todo a tú alrededor pierde la suya
si puedes confiar en ti cuando todos dudan...
pero admitir también sus dudas
Si puedes esperar sin cansarte de la espera
y aún gozar de ella
y si eres engañado no pagar con mentiras
o, si odiado, no odiar tú a tu vez,
sin creerte por ello, ni demasiado bueno, ni demasiado sabio.
Si puedes soñar sin hacer que los sueños te adormezcan
y pensar sin hacerte esclavo de tus ideas,
si puedes enfrentarte al triunfo y al desastre
y tratar del mismo modo a ambos farsantes,
si puedes escuchar la verdad que acabas de decir
manipulada por los canallas a los que siguen los necios,
si puedes mirar las cosas que en la vida has roto
y recogiendolas, reconstruirlas con paciencia.
Si puedes amontonar todos tus triunfos
y arriesgarlos a un sólo golpe de suerte,
y después de perder
comenzar de nuevo sin añorar lo perdido,
si puedes forzar tus nervios y tus tendones
para jugar tu turno cuando y parezcas derrotado,
y resisitir cuando no te quede nada
excepto la voluntad de resistir.
Si puedes hablar a las multitudes
sin perder tu capacidad de escuchar,
si puedes tratar con los poderosos
sin contagiarte de su soberbia,
si, ni amigos ni enemigos pueden herirte
si cuentas con todos, pero con ninguno demasiado,
si puedes percibir ese minuto exquisito
en que cada uno de los sesenta segundos cuentan
tuya será la tierra y todo lo que en ella habita
pero lo que es más importante:
serás HOMBRE, hijo mío."
Comentario