Texto íntegro del discurso del ex-Presidente de la Junta de Andalucía, D. José Rodriguez de la Borbolla, en el Acto "Siempre Verdiblancos" celebrado el pasado día 27 de Junio.
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"HOY ES UN DÍA DE ALEGRÍA… HOY ES UN DÍA DE ESPERANZA…
NUNCA HASTA HOY HABÍA HABIDO TANTOS BÉTICOS UNIDOS AUTÓNOMAMENTE PARA RECONOCER A LOS SUYOS Y PARA PLANTEAR UN MENSAJE DE FUTURO PARA EL BETIS…
NUNCA HASTA HOY HABÍA HABIDO TANTA CAPACIDAD, TANTA RESOLUCIÓN Y TANTO CORAJE AL PLANTEAR UNA ACCIÓN AUTÓNOMA COMÚN POR EL BETIS…
En primer lugar, quiero agradecer a todos su presencia y a los organizadores que me hayan invitado a hablar, siendo esa invitación inmerecida como quiera que otros béticos hay con más méritos de los que yo pueda tener, que a ningún grupo represento y que nada a nivel personal ambiciono.
Es difícil, por ello, decir en mi parlamente algo que a todos pueda representar, al tiempo que decir lo justo para incrementar la unidad de todos…
Estamos aquí para homenajear a los nuestros y a lo nuestro, para reconocernos en ellos, para reforzar nuestro sentimiento de comunidad…
Los mitos del beticismo…La vida, al final, es una suma de recuerdos, de los que nos quedamos, fundamentalmente, con los buenos. La vida de los béticos es la suma de los momentos buenos –no muchos, como en la mayoría de las vidas-; de los momentos malos –tampoco tantos, la verdad-; y de los momentos normales –la mayoría, al fin y al cabo.
Ellos nos han dado los mejores momentos de nuestra vida bética. ¡Ellos nos han dado los mejores momentos de nuestra vida! Y de la vida de los nuestros: abuelos, padres, tíos, hijos, nietos…Porque la vida de todo bético que se precie de serlo está marcada por la vida de nuestro Betis
Los mitos del beticismo… Nos reconocemos en ellos, somos ellos, somos lo que somos y hemos sido lo que hemos sido gracias a ellos. Somos una comunidad de corazón y de alma gracias a ellos…
Por eso, y no es poco, le damos un homenaje en este año del Centenario. Porque se lo merecen, y porque nosotros, la afición y el alma bética, nos lo merecemos con ellos…
Aquí estamos una representación, sólo una representación, de los béticos de toda condición. Peñistas, béticos de base asociados en distintos foros, béticos de carnet de toda la vida, béticos accionistas…
Aquí estamos béticos de comunión bética diaria, de práctica bética cotidiana, muchos de nosotros de sangre bética desde generaciones (Juan Moya, Pepe Alarcón, Adolfo Cuellar, Ramón Bordas), algunos sin carnet, muchos sin acciones, pero todos con el alma y las entrañas más béticas que el escudo…
Aquí estamos una representación, sólo una representación, de todos los que vivimos el Betis en nuestra vida diaria, de todas las edades, de todas las profesiones, pero todos viviendo el Betis en nuestro trabajo, en el estudio, en la actividad empresarial -de pequeña, mediana o gran dimensión-, en el ejercicio de una profesión de economistas, abogados, periodistas, médicos, ingenieros, padres de familia, amas de casa, jubilados… Aquí está una buena representación de la gente digna y respetable que quiere otro Betis…
Estamos aquí porque somos el Betis, porque no nos gusta la situación actual del Betis, porque no estamos de acuerdo con la gestión y los gestores del Betis, y porque pensamos que otro Betis es posible.
Somos nosotros, y tantos y tantos béticos que querrían estar aquí hoy con nosotros… ¡Nosotros somos el Betis! Y no somos de nadie: ¡somos del Betis!
Porque el Betis es un club de fútbol, sí. El Betis es una Sociedad Anónima Deportiva, sí.
Pero el Betis es mucho más que eso…
El Real Betis Balompié ha sido y es la creación de los béticos, y de nadie más que de los béticos. El Real Betis Balompié es el resultado de la capacidad creativa, de la voluntad de vivir una ilusión en común y de vivir un proyecto en común de los béticos de Sevilla, de los béticos de Andalucía y de los béticos del mundo. Por ello, porque es nuestro, los béticos tenemos todo el derecho a decidir y a orientar la vida del Betis.
Por eso, porque el Betis es una creación continuada y centenaria de los béticos, el Real Betis Balompié es mucho más que una Sociedad Anónima Deportiva. Todo propietario de acciones del Betis ha de saber, porque es verdad, que la propiedad del Betis no es un fin en sí mismo ni un instrumento para el enriquecimiento personal.
La propiedad del Betis tiene que cumplir un fin social, que es el de procurar la felicidad de los béticos. Porque los accionistas, todos los accionistas, mayoritarios y minoritarios, pasarán, más pronto que tarde, pero los béticos seguiremos, a través de nosotros y a través de nuestras generaciones.
¡Nosotros proclamamos que el fin social de la propiedad del Betis es la procura de la felicidad de los béticos! Ser propietario del Betis no es una patente de corso, sino una obligación moral, social y jurídica con ese cuerpo místico del beticismo que formamos los béticos.
Pero, además de todo eso, el Betis es una institución respetable y que debe ser respetada… El Betis es una agrupación humana reconocida y representativa, por su antigüedad, por su estilo y por sus logros, en Sevilla, en España y en el mundo. El Betis se merece todos los respetos, desde dentro y desde fuera. Todo el que sea bético ha de comportarse para reforzar ese respeto, no para conseguir sus propios afanes personales inmediatos.
Es lamentable, y no es culpa de los béticos, pero al Betis, hoy por hoy, se le falta al respeto con mucha facilidad, desde dentro y desde fuera.
Pues bien, los béticos no estamos felices. ¡Los béticos estamos hartos!. Estamos hartos, y eso que somos realistas. ¡Somos los más realistas del mundo! ¡El Manque pierda está ahí por algo! Somos realistas, sí, pero somos béticos y sabemos cuál es el Betis que queremos, y podemos exigir el Betis que queremos
No queremos un Betis miserable, lastimero y lacrimógeno en lo deportivo. Hace sólo dos años, en junio de 2005, tocamos el cielo con las manos. La Copa del Rey y el acceso a la Champions League nos dieron la posibilidad de asentarnos durablemente en el concierto de los primeros clubes de Europa. Pues bien, se desaprovechó conscientemente y deliberadamente.
Hace sólo dos años, sólo dos años, se tiró por la borda una oportunidad irrepetible. Se optó por la continuidad irresponsable de un modelo absolutista, prepotente, pagado de sí mismo y rácano, todo ello junto, para la dirección del club. Un modelo basado, entre otras cosas, en la idea de que los entrenadores tienen que ser lacayos y que los jugadores tienen que ser siervos. Así nos ha ido en los dos últimos años: penando por esos campos, arrastrándonos en busca de la salvación y teniéndonos que conformar con no perder un sitio entre los veinte primeros equipos de España, cuando podríamos estar luchando por estar entre los cinco o seis primeros de Europa.
No queremos un Betis despótico, oscuro y ventajista en la gestión de la sociedad. El Betis es una sociedad anónima deportiva, sí. ¡Pero la propiedad en una sociedad anónima está sometida a reglas!
Toda sociedad anónima tiene que actuar al servicio de los accionistas, ¡de todos los accionistas, incluidos los minoritarios! , y en esta sociedad se menosprecia a los minoritarios. Toda sociedad tiene que ser gestionada para la obtención del máximo beneficio para la propia sociedad, y en nuestro caso no sabemos si quienes han obtenido beneficios de verdad han sido otras sociedades y empresas vinculadas a la propiedad de acciones del Betis.
No queremos un Betis marginal y marginado en la realidad deportiva española y europea. Hemos sido, durante toda nuestra historia, un club modesto, pero digno; un club de los históricos de España, pero un club querido y admirado por todos; un club capaz de lo grande y susceptible de caer en lo más hondo, pero un club amable, en cualquier circunstancia, y un club entrañable para todos los españoles.
Hemos sido un club que ha recorrido la historia orgulloso de su identidad y sin tener que bajar la cabeza ante nadie. Esos valores se han perdido en los últimos años, en grandísima medida. Y tienen que ser recuperados con urgencia. Ahora mismo, el Betis es una entidad marginal en la sociedad deportiva española. Y no hay derecho a que eso sea así.
No queremos un beticismo retroalimentado en la desesperación y en el agravio comparativo. No queremos un beticismo encerrado en sí mismo y teniendo que mirar sólo al pasado para sentirse gratificado con su identidad. Siempre ha habido presuntos líderes que han basado su poder en la permanente convocatoria de la catástrofe: “o yo o el caos”, es el mensaje preferido por algunos. Pues bien, no hay peor caos que la sujeción a una dictadura, ni mayor desesperanza que la conciencia de que todo tiene que seguir igual.
No queremos un Betis que se dedique a buscar chivos expiatorios. Es costumbre de los malos dirigentes buscar culpables externos –el enemigo exterior, la maldad de los otros, “la pelotita que no entra”- para justificar los fracasos de su actuación. Pues bien, no hay peor consuelo que la búsqueda de culpas ajenas, porque de esa actitud no puede salir ninguna solución.
Los que aquí estamos queremos un Betis basado en la programación y en la ambición deportiva, en el cuidado de la cantera y en la mejor proyección de sus jugadores, en la transparencia económica y en el rigor de la gestión. Queremos un Betis con esperanza en el futuro y servicial para con sus accionistas y socios.
¡Queremos un Betis que represente con dignidad y con estilo, con nuestro estilo digno de siempre, a la ciudad y a la afición! No queremos un Betis que haga más nunca el ridículo y que sufra la mofa y el escarnio generalizado por causa de nadie que lo represente. ¡No queremos sufrir más vergüenza propia… !
Queremos vivir la normalidad de nuestro beticismo, con sus días buenos y malos, pero no con la poquedad, la desesperación y los sobresaltos derivados de una dirección sin rumbo y ombliguista. Una dirección que se mira más a sí misma que a la inmensidad del mundo bético.
¡OTRO BETIS ES POSIBLE! Por eso nos hemos reunido…
Lo que hagamos, lo que consigamos, a partir de ahora depende de todos nosotros. Sobre el futuro, sólo algunas ideas…
En primer lugar, es necesaria la unidad de todos los béticos de espíritu… Unidad en torno a la idea de un Betis grande, competitivo, bien llevado y con capacidad para ocupar el lugar que le corresponde entre los grandes de España y de Europa. Se lo merece el Betis y se lo merece Sevilla. Sevilla, la ciudad del Betis, puede y debe ocupar establemente, en el fútbol europeo, un lugar como el que ocupan Milán, Roma, Londres, Liverpool, Munich, Ámsterdam, Madrid, Valencia o Barcelona. Y el Betis tiene que estar ahí, el Betis tiene que ayudar a que eso sea así. ¡Sevilla nos necesita!
Para trabajar por un Betis grande, para hacer oir con fuerza la voz del beticismo, dentro y fuera, tenemos que promover una renovación masiva de carnets… ¡El Betis nos necesita!
En segundo lugar, organización y continuidad en el trabajo del beticismo solvente. Sabemos lo que queremos y sabemos lo que no queremos. Pero la consecución de los objetivos no será tarea fácil. Para avanzar será necesaria la organización y la vigi·lia. La organización estable de quienes están aquí, con la incorporación de todos los que quieran y puedan aportar cosas positivas. Organización, constancia, perseverancia, persistencia, empeño, visión a medio plazo, fijación de objetivos inmediatos…ésos son los mimbres con los que habrá que empezar a diseñar el nuevo Betis, el Real Betis Balompié de siempre, el del futuro, el de nosotros, el de nuestros hijos, el de nuestros nietos. ¡Nuestras estirpes nos necesitan!
El futuro es vuestro. Y, con vosotros, el futuro es del REAL BETIS BALOMPIÉ
¡¡VIVA EL REAL BETIS BALOMPIÉ!!
¡¡VIVA EL BETIS MANQUE PIERDA!!"
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"HOY ES UN DÍA DE ALEGRÍA… HOY ES UN DÍA DE ESPERANZA…
NUNCA HASTA HOY HABÍA HABIDO TANTOS BÉTICOS UNIDOS AUTÓNOMAMENTE PARA RECONOCER A LOS SUYOS Y PARA PLANTEAR UN MENSAJE DE FUTURO PARA EL BETIS…
NUNCA HASTA HOY HABÍA HABIDO TANTA CAPACIDAD, TANTA RESOLUCIÓN Y TANTO CORAJE AL PLANTEAR UNA ACCIÓN AUTÓNOMA COMÚN POR EL BETIS…
En primer lugar, quiero agradecer a todos su presencia y a los organizadores que me hayan invitado a hablar, siendo esa invitación inmerecida como quiera que otros béticos hay con más méritos de los que yo pueda tener, que a ningún grupo represento y que nada a nivel personal ambiciono.
Es difícil, por ello, decir en mi parlamente algo que a todos pueda representar, al tiempo que decir lo justo para incrementar la unidad de todos…
Estamos aquí para homenajear a los nuestros y a lo nuestro, para reconocernos en ellos, para reforzar nuestro sentimiento de comunidad…
Los mitos del beticismo…La vida, al final, es una suma de recuerdos, de los que nos quedamos, fundamentalmente, con los buenos. La vida de los béticos es la suma de los momentos buenos –no muchos, como en la mayoría de las vidas-; de los momentos malos –tampoco tantos, la verdad-; y de los momentos normales –la mayoría, al fin y al cabo.
Ellos nos han dado los mejores momentos de nuestra vida bética. ¡Ellos nos han dado los mejores momentos de nuestra vida! Y de la vida de los nuestros: abuelos, padres, tíos, hijos, nietos…Porque la vida de todo bético que se precie de serlo está marcada por la vida de nuestro Betis
Los mitos del beticismo… Nos reconocemos en ellos, somos ellos, somos lo que somos y hemos sido lo que hemos sido gracias a ellos. Somos una comunidad de corazón y de alma gracias a ellos…
Por eso, y no es poco, le damos un homenaje en este año del Centenario. Porque se lo merecen, y porque nosotros, la afición y el alma bética, nos lo merecemos con ellos…
Aquí estamos una representación, sólo una representación, de los béticos de toda condición. Peñistas, béticos de base asociados en distintos foros, béticos de carnet de toda la vida, béticos accionistas…
Aquí estamos béticos de comunión bética diaria, de práctica bética cotidiana, muchos de nosotros de sangre bética desde generaciones (Juan Moya, Pepe Alarcón, Adolfo Cuellar, Ramón Bordas), algunos sin carnet, muchos sin acciones, pero todos con el alma y las entrañas más béticas que el escudo…
Aquí estamos una representación, sólo una representación, de todos los que vivimos el Betis en nuestra vida diaria, de todas las edades, de todas las profesiones, pero todos viviendo el Betis en nuestro trabajo, en el estudio, en la actividad empresarial -de pequeña, mediana o gran dimensión-, en el ejercicio de una profesión de economistas, abogados, periodistas, médicos, ingenieros, padres de familia, amas de casa, jubilados… Aquí está una buena representación de la gente digna y respetable que quiere otro Betis…
Estamos aquí porque somos el Betis, porque no nos gusta la situación actual del Betis, porque no estamos de acuerdo con la gestión y los gestores del Betis, y porque pensamos que otro Betis es posible.
Somos nosotros, y tantos y tantos béticos que querrían estar aquí hoy con nosotros… ¡Nosotros somos el Betis! Y no somos de nadie: ¡somos del Betis!
Porque el Betis es un club de fútbol, sí. El Betis es una Sociedad Anónima Deportiva, sí.
Pero el Betis es mucho más que eso…
El Real Betis Balompié ha sido y es la creación de los béticos, y de nadie más que de los béticos. El Real Betis Balompié es el resultado de la capacidad creativa, de la voluntad de vivir una ilusión en común y de vivir un proyecto en común de los béticos de Sevilla, de los béticos de Andalucía y de los béticos del mundo. Por ello, porque es nuestro, los béticos tenemos todo el derecho a decidir y a orientar la vida del Betis.
Por eso, porque el Betis es una creación continuada y centenaria de los béticos, el Real Betis Balompié es mucho más que una Sociedad Anónima Deportiva. Todo propietario de acciones del Betis ha de saber, porque es verdad, que la propiedad del Betis no es un fin en sí mismo ni un instrumento para el enriquecimiento personal.
La propiedad del Betis tiene que cumplir un fin social, que es el de procurar la felicidad de los béticos. Porque los accionistas, todos los accionistas, mayoritarios y minoritarios, pasarán, más pronto que tarde, pero los béticos seguiremos, a través de nosotros y a través de nuestras generaciones.
¡Nosotros proclamamos que el fin social de la propiedad del Betis es la procura de la felicidad de los béticos! Ser propietario del Betis no es una patente de corso, sino una obligación moral, social y jurídica con ese cuerpo místico del beticismo que formamos los béticos.
Pero, además de todo eso, el Betis es una institución respetable y que debe ser respetada… El Betis es una agrupación humana reconocida y representativa, por su antigüedad, por su estilo y por sus logros, en Sevilla, en España y en el mundo. El Betis se merece todos los respetos, desde dentro y desde fuera. Todo el que sea bético ha de comportarse para reforzar ese respeto, no para conseguir sus propios afanes personales inmediatos.
Es lamentable, y no es culpa de los béticos, pero al Betis, hoy por hoy, se le falta al respeto con mucha facilidad, desde dentro y desde fuera.
Pues bien, los béticos no estamos felices. ¡Los béticos estamos hartos!. Estamos hartos, y eso que somos realistas. ¡Somos los más realistas del mundo! ¡El Manque pierda está ahí por algo! Somos realistas, sí, pero somos béticos y sabemos cuál es el Betis que queremos, y podemos exigir el Betis que queremos
No queremos un Betis miserable, lastimero y lacrimógeno en lo deportivo. Hace sólo dos años, en junio de 2005, tocamos el cielo con las manos. La Copa del Rey y el acceso a la Champions League nos dieron la posibilidad de asentarnos durablemente en el concierto de los primeros clubes de Europa. Pues bien, se desaprovechó conscientemente y deliberadamente.
Hace sólo dos años, sólo dos años, se tiró por la borda una oportunidad irrepetible. Se optó por la continuidad irresponsable de un modelo absolutista, prepotente, pagado de sí mismo y rácano, todo ello junto, para la dirección del club. Un modelo basado, entre otras cosas, en la idea de que los entrenadores tienen que ser lacayos y que los jugadores tienen que ser siervos. Así nos ha ido en los dos últimos años: penando por esos campos, arrastrándonos en busca de la salvación y teniéndonos que conformar con no perder un sitio entre los veinte primeros equipos de España, cuando podríamos estar luchando por estar entre los cinco o seis primeros de Europa.
No queremos un Betis despótico, oscuro y ventajista en la gestión de la sociedad. El Betis es una sociedad anónima deportiva, sí. ¡Pero la propiedad en una sociedad anónima está sometida a reglas!
Toda sociedad anónima tiene que actuar al servicio de los accionistas, ¡de todos los accionistas, incluidos los minoritarios! , y en esta sociedad se menosprecia a los minoritarios. Toda sociedad tiene que ser gestionada para la obtención del máximo beneficio para la propia sociedad, y en nuestro caso no sabemos si quienes han obtenido beneficios de verdad han sido otras sociedades y empresas vinculadas a la propiedad de acciones del Betis.
No queremos un Betis marginal y marginado en la realidad deportiva española y europea. Hemos sido, durante toda nuestra historia, un club modesto, pero digno; un club de los históricos de España, pero un club querido y admirado por todos; un club capaz de lo grande y susceptible de caer en lo más hondo, pero un club amable, en cualquier circunstancia, y un club entrañable para todos los españoles.
Hemos sido un club que ha recorrido la historia orgulloso de su identidad y sin tener que bajar la cabeza ante nadie. Esos valores se han perdido en los últimos años, en grandísima medida. Y tienen que ser recuperados con urgencia. Ahora mismo, el Betis es una entidad marginal en la sociedad deportiva española. Y no hay derecho a que eso sea así.
No queremos un beticismo retroalimentado en la desesperación y en el agravio comparativo. No queremos un beticismo encerrado en sí mismo y teniendo que mirar sólo al pasado para sentirse gratificado con su identidad. Siempre ha habido presuntos líderes que han basado su poder en la permanente convocatoria de la catástrofe: “o yo o el caos”, es el mensaje preferido por algunos. Pues bien, no hay peor caos que la sujeción a una dictadura, ni mayor desesperanza que la conciencia de que todo tiene que seguir igual.
No queremos un Betis que se dedique a buscar chivos expiatorios. Es costumbre de los malos dirigentes buscar culpables externos –el enemigo exterior, la maldad de los otros, “la pelotita que no entra”- para justificar los fracasos de su actuación. Pues bien, no hay peor consuelo que la búsqueda de culpas ajenas, porque de esa actitud no puede salir ninguna solución.
Los que aquí estamos queremos un Betis basado en la programación y en la ambición deportiva, en el cuidado de la cantera y en la mejor proyección de sus jugadores, en la transparencia económica y en el rigor de la gestión. Queremos un Betis con esperanza en el futuro y servicial para con sus accionistas y socios.
¡Queremos un Betis que represente con dignidad y con estilo, con nuestro estilo digno de siempre, a la ciudad y a la afición! No queremos un Betis que haga más nunca el ridículo y que sufra la mofa y el escarnio generalizado por causa de nadie que lo represente. ¡No queremos sufrir más vergüenza propia… !
Queremos vivir la normalidad de nuestro beticismo, con sus días buenos y malos, pero no con la poquedad, la desesperación y los sobresaltos derivados de una dirección sin rumbo y ombliguista. Una dirección que se mira más a sí misma que a la inmensidad del mundo bético.
¡OTRO BETIS ES POSIBLE! Por eso nos hemos reunido…
Lo que hagamos, lo que consigamos, a partir de ahora depende de todos nosotros. Sobre el futuro, sólo algunas ideas…
En primer lugar, es necesaria la unidad de todos los béticos de espíritu… Unidad en torno a la idea de un Betis grande, competitivo, bien llevado y con capacidad para ocupar el lugar que le corresponde entre los grandes de España y de Europa. Se lo merece el Betis y se lo merece Sevilla. Sevilla, la ciudad del Betis, puede y debe ocupar establemente, en el fútbol europeo, un lugar como el que ocupan Milán, Roma, Londres, Liverpool, Munich, Ámsterdam, Madrid, Valencia o Barcelona. Y el Betis tiene que estar ahí, el Betis tiene que ayudar a que eso sea así. ¡Sevilla nos necesita!
Para trabajar por un Betis grande, para hacer oir con fuerza la voz del beticismo, dentro y fuera, tenemos que promover una renovación masiva de carnets… ¡El Betis nos necesita!
En segundo lugar, organización y continuidad en el trabajo del beticismo solvente. Sabemos lo que queremos y sabemos lo que no queremos. Pero la consecución de los objetivos no será tarea fácil. Para avanzar será necesaria la organización y la vigi·lia. La organización estable de quienes están aquí, con la incorporación de todos los que quieran y puedan aportar cosas positivas. Organización, constancia, perseverancia, persistencia, empeño, visión a medio plazo, fijación de objetivos inmediatos…ésos son los mimbres con los que habrá que empezar a diseñar el nuevo Betis, el Real Betis Balompié de siempre, el del futuro, el de nosotros, el de nuestros hijos, el de nuestros nietos. ¡Nuestras estirpes nos necesitan!
El futuro es vuestro. Y, con vosotros, el futuro es del REAL BETIS BALOMPIÉ
¡¡VIVA EL REAL BETIS BALOMPIÉ!!
¡¡VIVA EL BETIS MANQUE PIERDA!!"
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