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Los límites de la felicidad

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  • Los límites de la felicidad


    Tras marcar los madridistas el segundo gol y haber visto los tres balones al palo, me apresuré a sacar el calendario para anotar el “cero” en la casilla verdiblanca.

    Casualmente, hallé un viejo cromo en el cajón del escritorio, en el que figuraba escrito: “ Rincón 84-85, Ediciones…”. Y empecé, de una forma casi mecánica, a recordar una y otra vez la de partidos de aquellos tiempos de ilusión, de seguridad; momentos de alternativas peores o mejores. Y dentro de todo esto, recuerdo a miles de chavales que iban con sus banderas, recorriendo Eritaña, Villa Luisa, Palmera… Otros, o bien esperando en el Bar Parada, o bien ya dentro del transporte, hénchidos de felicidad. Se comentaban los pases y faltas de Cardeñosa, el cambio de juego de Parra o el pundonor de Ortega; las carreras de Gordillo o la seguridad de Biosca.

    Era un Betis de y para todos: la renovación natural comenzaba en el sillón presidencial cuando las circunstancias mandaban.Y de nuevo, todo volvía a empezar. Por aquel entonces, año tras año, se confiaba en personas como el incansable Jose María de la Concha (+) o en el Pedro Buenaventura “más bético que el escudo”; ambos también grandes profesionales, patrones de pesca que jamás comulgarían con el “yutuf”, pues su única herramienta de trabajo era tragar millas bajo una gran independencia. De nuevo, se recuperaba parte de la ilusión y el balón volvía a rodar. De esta manera, con mayor o menor fortuna posterior, se buscaba lo mejor.

    Y duele, duele en primera, segunda y tercera persona (singular y plural incluidos) que los corazones de Pedro, de Jaramillo, quienes tanto se movieron por nuestro Club (ahí están las trayectorias incuestionables), con la pretensión de hacer felices a miles de béticos más, se entristezcan una y otra vez; tristeza esta, provocada desde una poltrona, donde los axiomas personales de la racanería y la intervención directa (entre otros) marcan los límites al crecimiento de la felicidad e ilusión de muchísimos béticos.

    Finalmente, mirando de nuevo el calendario, me fijé en la clasificación y empecé a hacerme una pregunta, basada en la reflexión anterior: ¿ qué argumentos razonados pueden esgrimir los creyentes-defensores del principal dirigente del Club, para obviar-defender, esta realidad unipersonal que tan nefastos resultados da ?


  • #2
    Re: Los límites de la felicidad

    buen post, amigo.

    lamentablemente las respuestas que te darán los adeptos serán noventaidosazos y beticómetros. no esperes mucho más.

    seguridad. qué bonita esa palabra, cómo me gustaría volver a donde todo tiene sentido, como decía Red en cadena perpétua.

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    • #3
      Re: Los límites de la felicidad

      Originalmente publicado por beticista Ver Mensaje
      Tras marcar los madridistas el segundo gol y haber visto los tres balones al palo, me apresuré a sacar el calendario para anotar el “cero” en la casilla verdiblanca.

      Casualmente, hallé un viejo cromo en el cajón del escritorio, en el que figuraba escrito: “ Rincón 84-85, Ediciones…”. Y empecé, de una forma casi mecánica, a recordar una y otra vez la de partidos de aquellos tiempos de ilusión, de seguridad; momentos de alternativas peores o mejores. Y dentro de todo esto, recuerdo a miles de chavales que iban con sus banderas, recorriendo Eritaña, Villa Luisa, Palmera… Otros, o bien esperando en el Bar Parada, o bien ya dentro del transporte, hénchidos de felicidad. Se comentaban los pases y faltas de Cardeñosa, el cambio de juego de Parra o el pundonor de Ortega; las carreras de Gordillo o la seguridad de Biosca.

      Era un Betis de y para todos: la renovación natural comenzaba en el sillón presidencial cuando las circunstancias mandaban.Y de nuevo, todo volvía a empezar. Por aquel entonces, año tras año, se confiaba en personas como el incansable Jose María de la Concha (+) o en el Pedro Buenaventura “más bético que el escudo”; ambos también grandes profesionales, patrones de pesca que jamás comulgarían con el “yutuf”, pues su única herramienta de trabajo era tragar millas bajo una gran independencia. De nuevo, se recuperaba parte de la ilusión y el balón volvía a rodar. De esta manera, con mayor o menor fortuna posterior, se buscaba lo mejor.

      Y duele, duele en primera, segunda y tercera persona (singular y plural incluidos) que los corazones de Pedro, de Jaramillo, quienes tanto se movieron por nuestro Club (ahí están las trayectorias incuestionables), con la pretensión de hacer felices a miles de béticos más, se entristezcan una y otra vez; tristeza esta, provocada desde una poltrona, donde los axiomas personales de la racanería y la intervención directa (entre otros) marcan los límites al crecimiento de la felicidad e ilusión de muchísimos béticos.

      Finalmente, mirando de nuevo el calendario, me fijé en la clasificación y empecé a hacerme una pregunta, basada en la reflexión anterior: ¿ qué argumentos razonados pueden esgrimir los creyentes-defensores del principal dirigente del Club, para obviar-defender, esta realidad unipersonal que tan nefastos resultados da ?
      Me quito el sombrero ante tus palabras

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      • #4
        Re: Los límites de la felicidad

        Gran texto,recuerdos de un Betis del pueblo,del Beticismo,que hay que recuperar.

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        • #5
          Re: Los límites de la felicidad

          la ilusion nunca se pierde con este betis,por que cada dia que amaneze el verde esperanza de nuestros corazones nos hacen ver las cosas de manera optimistas a pesar de los problemas que nos acecha dia tras dia la rutina institucional ala que estamos asumidos y sometidos,somos sumisos de nuestros sentimientos que es lo mas puro de una persona racional y por eso este betis siempre tendra en las gradas 40.000 corazones a un millon de pulsaciones cada uno y pase lo que pase y apesar de los disgusto nos sentiremos orgullosos de ser ante todo BETICOS!

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          • #6
            Re: Los límites de la felicidad

            muy bien manifestado el contraste de antes con ahora, es lamentable como nos han matado la ilusión y la esperanza en este equipo.Saludos

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            • #7
              Re: Los límites de la felicidad

              muy buen post,saludos.

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              • #8
                Re: Los límites de la felicidad

                Buen post compañero.

                Empiezo a pensar que cualquier tiempo anterior fue mejor, por el simple hecho de que el Betis, nuestro Betis hiciera suya la leyenda del ave fénix, gracias al trabajo de gente que trabajaban por intentar mejorar lo que había, con los mimbres que la sitiación en ese momento permitía.

                Ya lo comenté en otro post, la ilusión, poco a poco, va dejando de pasearse por la Palmera, hasta el punto de que vamos al campo del Betis como autómatas, dejando a un lado ese espectacular ambiente que siempre a caracacterizado las tardes de futbol por Heliópolis. Tardes de futbol que convertían la Palmera en un rio verdiblanco de banderas y bufandas que fluian alegres hacia el reencuentro con nuestro equipo en el templo de las alegrías y los sinsabores.

                Una autentica lástima. Tener la posibilidad de hacer felices, aunque sea por una tarde, a miles de personas y no saber, o no querer, realizarlo.

                Pero me niego a pensar que esto es algo definitivo. La ilusión tiene su morada al final de la Palmera y aunque parezca que nos a dado de lado o que prefiere mirar a otros lugares, volverá, no me cabe la menor duda. Y entonces volveremos a ser lo que fuimos y pondremos las medidas necesarias para que no se vaya nunca mas.

                Te quiero Betis.

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