El Betis tiene poco para bandearse por la categoría. Lopera y su cohorte de técnicos e intermediarios afines podrían haber tirado el dinero un verano más. Algunos de los recién llegados ya ni entran en las convocatorias, otros apenas aportan un matiz positivo al juego del equipo e incluso su medio de cierre, Somoza, imbuye en el resto de sus compañeros una pasividad alarmante y en absoluto excusable con el calor vivido ayer sobre el césped. Con escasas gotas de calidad en sus filas y con la agresividad, una temporada más, haciendo rabona el día del partido, el orden que trata de insuflar Héctor Cúper se antoja insuficiente siquiera para empatar a un Valencia que actuó a medio gas.
DEFENSA
Sorprende de salida la ausencia de Melli -cientos de equipos juegan con dos centrales diestros-, que en Riazor demostró ser de largo el mejor defensa de la plantilla. Igualmente, resulta incomprensible la contumacia del entrenador al alinear a Somoza, un perdedor nato de balones que se mueve a ritmo de mudanza.
Curiosamente, sufrió más el Betis cuando se amorcilló con ocho atrás en el primer tiempo, por carecer de toda iniciativa en la presión salvo en la persona de Juande, que en la segunda mitad, cuando adelantó líneas y sometió al Valencia. Pero, una vez más, afloraron los fallos colectivos y de Somoza (primer gol) e individuales de Juanito y, luego, del resto de los zagueros (segundo tanto).
ATAQUE
Sin un centrocampista capaz de asumir la manija, todo se reduce al balón largo o a alguna entrada por las bandas, ya que las combinaciones sólo las posibilitó la esporádica lucidez de Fernando. Continúa sin existir cohesión entre las distintas líneas para facilitar la fluidez en el juego y así todo se circunscribe a acciones aisladas.
VIRTUDES
El mayor orden con Juande y las ganas de Sobis.
TALÓN DE AQUILES
Faltó actitud en la presión. Con el 0-1, el Betis, que acusó ese gol, miró al Valencia y no metió el pie.
JAVIER MÉRIDA diario de sevilla.com
DEFENSA
Sorprende de salida la ausencia de Melli -cientos de equipos juegan con dos centrales diestros-, que en Riazor demostró ser de largo el mejor defensa de la plantilla. Igualmente, resulta incomprensible la contumacia del entrenador al alinear a Somoza, un perdedor nato de balones que se mueve a ritmo de mudanza.
Curiosamente, sufrió más el Betis cuando se amorcilló con ocho atrás en el primer tiempo, por carecer de toda iniciativa en la presión salvo en la persona de Juande, que en la segunda mitad, cuando adelantó líneas y sometió al Valencia. Pero, una vez más, afloraron los fallos colectivos y de Somoza (primer gol) e individuales de Juanito y, luego, del resto de los zagueros (segundo tanto).
ATAQUE
Sin un centrocampista capaz de asumir la manija, todo se reduce al balón largo o a alguna entrada por las bandas, ya que las combinaciones sólo las posibilitó la esporádica lucidez de Fernando. Continúa sin existir cohesión entre las distintas líneas para facilitar la fluidez en el juego y así todo se circunscribe a acciones aisladas.
VIRTUDES
El mayor orden con Juande y las ganas de Sobis.
TALÓN DE AQUILES
Faltó actitud en la presión. Con el 0-1, el Betis, que acusó ese gol, miró al Valencia y no metió el pie.
JAVIER MÉRIDA diario de sevilla.com
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