Desde la llegada de Lorenzo Serra Ferrer como vicepresidente deportivo y la marcha posterior de Miguel Torrecilla como director deportivo, la hoja de ruta del Consejo del Real Betis era clara: reducir el riesgo al mínimo posible. La planificación pasaba por contratar técnico y jugadores que necesiten el menor tiempo de aclimatamiento a la liga y al equipo para evitar sorpresas.
El entrenador fue lo primero en llegar. Quique Setién venía avalado por una trayectoria ascendente y con un estilo atractivo y asociativo. Con esta propuesta, la renovación de la plantilla se hacía obligatoria, si no lo era ya por el fracaso obtenido en la temporada anterior. Posteriormente, llegó Sergio León, una oportunidad de mercado que encajaba por varios motivos: por precio, por su pasado bético, y por encajar tanto en el nuevo estilo de juego como en las características de jugador objetivo.
Víctor Camarasa es (al menos hasta el momento) la gran apuesta del Betis de cara a la nueva temporada, al menos por su coste. 7 millones por el 80% de su pase convierten al valenciano en uno de los fichajes más caros de la historia del club, lo que supone una cierta presión sobre él. Un precio alto, pero fichar a un jugador con 23 años y 108 partidos en la élite es lo que tiene. Centrocampista todoterreno, Camarasa puede ocupar varias posiciones en el centro del campo, pero se supone que Setién lo utilizará de mediocentro-interior, con mucha presencia en la presión y con llegada desde atrás en el área contraria.
El centrocampista se convierte en una inversión con presente, un JASP (Joven Aunque Sobradamente Preparado) que debe revalorizarse en el club verdiblanco. A pesar de no ser un playmaker, tiene buen toque de balón y mucho sentido a la hora de distribuir el juego, además de que su fuerza y envergadura asegure presencia tanto en juego aéreo como sin balón. En el Alavés encontró su mejor versión al forzar su salida de un Levante que se le quedó pequeño y buscaba un reto mayor. En Heliópolis, desde luego, lo ha encontrado.
El último en llegar al Villamarín ha sido Cristian Tello, una de las gestiones más complicadas llevadas a cabo en los últimos años en el Betis. El jugador oriundo de Sabadell contaba con numerosas ofertas en el panorama nacional e internacional con capacidad muy superior tanto a nivel económico como competitivo. Sin embargo, la brillante gestión llevada a cabo por Lorenzo Serra Ferrer y la predisposición del jugador para arribar en Sevilla han terminado en buen puerto, con una inversión de 4M€ (más uno en variables si el Betis consigue entrar en Europa) por el 50% de su pase.
Tello es un extremo diestro que se crió en la cantera del Espanyol pero que maduró en la del Barcelona. Su explosividad y regate llamó la atención de Pep Guardiola, que lo hizo debutar con 20 años en el primer equipo y que se asentó en el club culé siendo uno de los jugadores más utilizados durante tres campañas. Luis Enrique no contó con él, por eso se tuvo que buscar las habichuelas en Porto y Florencia, donde dejó muy buen sabor de boca.
El Betis, inexplicablemente, llevaba varios sin contar con referencias en los extremos, ya que Joaquín ha actuado sobre todo por dentro, y con Tello llena en cierta manera este hueco. Setién reclamaba jugadores en esta posición para abrir el campo, ya que la profundidad la suele buscar a través de los laterales. En los últimos años, Tello ha mejorado en el disparo y en la toma de decisiones y tendrá que seguir mejorando en el juego combinativo de la mano del míster cántabro.
Con estas dos nuevas incorporaciones, el Betis sube de manera ostensible (y segura) el nivel de su plantilla y dos perfiles que encajan de pie en el estilo de Setién. Junto al más que posible fichaje de Barragán para el lateral diestro, el conjunto verdiblanco ya cuenta con una buena base para iniciar la pretemporada la próxima semana, a falta de otras incorporaciones con las que seguir adecuando la plantilla a la nueva propuesta (central, lateral zurdo, pivote, mediocentro y extremo). Con junio recién comenzado y después de un gran desencanto por parte de los béticos con la gestión de las últimas temporadas, estos dos fichajes con el sello de Serra devuelve la ilusión a la afición de cara al próximo curso, donde se espera que se dé ese pasito adelante que todos esperan.
El entrenador fue lo primero en llegar. Quique Setién venía avalado por una trayectoria ascendente y con un estilo atractivo y asociativo. Con esta propuesta, la renovación de la plantilla se hacía obligatoria, si no lo era ya por el fracaso obtenido en la temporada anterior. Posteriormente, llegó Sergio León, una oportunidad de mercado que encajaba por varios motivos: por precio, por su pasado bético, y por encajar tanto en el nuevo estilo de juego como en las características de jugador objetivo.
Víctor Camarasa es (al menos hasta el momento) la gran apuesta del Betis de cara a la nueva temporada, al menos por su coste. 7 millones por el 80% de su pase convierten al valenciano en uno de los fichajes más caros de la historia del club, lo que supone una cierta presión sobre él. Un precio alto, pero fichar a un jugador con 23 años y 108 partidos en la élite es lo que tiene. Centrocampista todoterreno, Camarasa puede ocupar varias posiciones en el centro del campo, pero se supone que Setién lo utilizará de mediocentro-interior, con mucha presencia en la presión y con llegada desde atrás en el área contraria.
El centrocampista se convierte en una inversión con presente, un JASP (Joven Aunque Sobradamente Preparado) que debe revalorizarse en el club verdiblanco. A pesar de no ser un playmaker, tiene buen toque de balón y mucho sentido a la hora de distribuir el juego, además de que su fuerza y envergadura asegure presencia tanto en juego aéreo como sin balón. En el Alavés encontró su mejor versión al forzar su salida de un Levante que se le quedó pequeño y buscaba un reto mayor. En Heliópolis, desde luego, lo ha encontrado.
El último en llegar al Villamarín ha sido Cristian Tello, una de las gestiones más complicadas llevadas a cabo en los últimos años en el Betis. El jugador oriundo de Sabadell contaba con numerosas ofertas en el panorama nacional e internacional con capacidad muy superior tanto a nivel económico como competitivo. Sin embargo, la brillante gestión llevada a cabo por Lorenzo Serra Ferrer y la predisposición del jugador para arribar en Sevilla han terminado en buen puerto, con una inversión de 4M€ (más uno en variables si el Betis consigue entrar en Europa) por el 50% de su pase.
Tello es un extremo diestro que se crió en la cantera del Espanyol pero que maduró en la del Barcelona. Su explosividad y regate llamó la atención de Pep Guardiola, que lo hizo debutar con 20 años en el primer equipo y que se asentó en el club culé siendo uno de los jugadores más utilizados durante tres campañas. Luis Enrique no contó con él, por eso se tuvo que buscar las habichuelas en Porto y Florencia, donde dejó muy buen sabor de boca.
El Betis, inexplicablemente, llevaba varios sin contar con referencias en los extremos, ya que Joaquín ha actuado sobre todo por dentro, y con Tello llena en cierta manera este hueco. Setién reclamaba jugadores en esta posición para abrir el campo, ya que la profundidad la suele buscar a través de los laterales. En los últimos años, Tello ha mejorado en el disparo y en la toma de decisiones y tendrá que seguir mejorando en el juego combinativo de la mano del míster cántabro.
Con estas dos nuevas incorporaciones, el Betis sube de manera ostensible (y segura) el nivel de su plantilla y dos perfiles que encajan de pie en el estilo de Setién. Junto al más que posible fichaje de Barragán para el lateral diestro, el conjunto verdiblanco ya cuenta con una buena base para iniciar la pretemporada la próxima semana, a falta de otras incorporaciones con las que seguir adecuando la plantilla a la nueva propuesta (central, lateral zurdo, pivote, mediocentro y extremo). Con junio recién comenzado y después de un gran desencanto por parte de los béticos con la gestión de las últimas temporadas, estos dos fichajes con el sello de Serra devuelve la ilusión a la afición de cara al próximo curso, donde se espera que se dé ese pasito adelante que todos esperan.
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