Podemos ponernos como queramos. La marcha de Víctor y la contratación de un nuevo entrenador no va a solucionar nada, venga quien venga.
Sin entrar en el verdadero problema del Real Betis como institución y club deportivo, que es más complejo y de bastante más calado, la realidad deportiva del primer equipo no se va a solucionar con un cambio de entrenador y la marcha de unos cuantos jugadores en el próximo mercado.
El verdadero problema del primer equipo radica en el miedo que tienen los actuales dirigentes a perder la poltrona. Saben que una racha de malos resultados, una temporada mediocre y cero alegrías van totalmente en contra de su mensaje de "profesionalidad y saber hacer" de la era post lopera y post judicial.
La realidad es que el club ha cambiado de manos, pero no de aires ni de devenir deportivo.
El Betis, maniatado por el miedo de Haro y Catalán, no va a crecer por un simple motivo, la pandilla de niñatos del vestuario se sabe con el poder en las manos. Venga quien venga, ya sea Setién, Marcelino, Ferguson o el mismísimo Patrick O'Connell si resucitase, no cambiará nada mientras la directiva no deje de usar como primera línea de defensa el puesto del técnico.
Por lógica simple y llana, el vestuario sabe que una mala racha de resultados, un coqueteo con el descenso o directamente una derrota abultada puede dar al traste con un entrenador. Se saben poderosos, se saben con la sartén por el mango, así que mientras el entrenador les ría las gracias o les de coba a todos (cosa imposible) podremos ver algo de luz, en el momento que eso deje de pasar, tendrán en su mano el devenir de la temporada.
Lo hemos visto este año, tres entrenadores, tres, en un año mediocre, salvado por la mayor mediocridad de otros tres clubes, y no nos asustemos si finalmente acabamos en el puesto 17.
La realidad, la triste realidad, es que con esta nueva e insulsa destitución, a mi Víctor no me parece culpable de nada, se ha vuelto a decir al plantel que puede hacer lo que le dé la gana, que el perjudicado va a ser otro. La plantilla del Betis, como el Rey, es irresponsable, es decir, no tiene responsabilidad haga lo que haga.
Deberíamos hacer, no nosotros, si no los señores de más arriba, un momento de reflexión y pensar si no estaremos siendo ********* de darles manga ancha a un grupo de niñatos, SÍ, niñatos consentidos que la sociedad ensalza más de la cuenta por darle dos patadas a un balón. Y reitero lo de niñatos, que el más viejo tiene 35 años, la flor de la vida. Algunos dentro de esa plantilla aún les prepara el cola cao su madre por las mañanas o no saben hacerse la cama, y son los que deciden quien manda y quien no.
Cada palo que aguante su vela, pero este fin de semana debería caer una pitada brutal a todo lo que huela a profesional del club.
Señores Haro y Catalán, mientras ustedes no respalden al entrenador por encima de todos, seguiremos en el mismo mar de mediocridad y a la deriva. Lo que pasa que debe ser jodido perder un escudo tan gratuito como ese...
Sin entrar en el verdadero problema del Real Betis como institución y club deportivo, que es más complejo y de bastante más calado, la realidad deportiva del primer equipo no se va a solucionar con un cambio de entrenador y la marcha de unos cuantos jugadores en el próximo mercado.
El verdadero problema del primer equipo radica en el miedo que tienen los actuales dirigentes a perder la poltrona. Saben que una racha de malos resultados, una temporada mediocre y cero alegrías van totalmente en contra de su mensaje de "profesionalidad y saber hacer" de la era post lopera y post judicial.
La realidad es que el club ha cambiado de manos, pero no de aires ni de devenir deportivo.
El Betis, maniatado por el miedo de Haro y Catalán, no va a crecer por un simple motivo, la pandilla de niñatos del vestuario se sabe con el poder en las manos. Venga quien venga, ya sea Setién, Marcelino, Ferguson o el mismísimo Patrick O'Connell si resucitase, no cambiará nada mientras la directiva no deje de usar como primera línea de defensa el puesto del técnico.
Por lógica simple y llana, el vestuario sabe que una mala racha de resultados, un coqueteo con el descenso o directamente una derrota abultada puede dar al traste con un entrenador. Se saben poderosos, se saben con la sartén por el mango, así que mientras el entrenador les ría las gracias o les de coba a todos (cosa imposible) podremos ver algo de luz, en el momento que eso deje de pasar, tendrán en su mano el devenir de la temporada.
Lo hemos visto este año, tres entrenadores, tres, en un año mediocre, salvado por la mayor mediocridad de otros tres clubes, y no nos asustemos si finalmente acabamos en el puesto 17.
La realidad, la triste realidad, es que con esta nueva e insulsa destitución, a mi Víctor no me parece culpable de nada, se ha vuelto a decir al plantel que puede hacer lo que le dé la gana, que el perjudicado va a ser otro. La plantilla del Betis, como el Rey, es irresponsable, es decir, no tiene responsabilidad haga lo que haga.
Deberíamos hacer, no nosotros, si no los señores de más arriba, un momento de reflexión y pensar si no estaremos siendo ********* de darles manga ancha a un grupo de niñatos, SÍ, niñatos consentidos que la sociedad ensalza más de la cuenta por darle dos patadas a un balón. Y reitero lo de niñatos, que el más viejo tiene 35 años, la flor de la vida. Algunos dentro de esa plantilla aún les prepara el cola cao su madre por las mañanas o no saben hacerse la cama, y son los que deciden quien manda y quien no.
Cada palo que aguante su vela, pero este fin de semana debería caer una pitada brutal a todo lo que huela a profesional del club.
Señores Haro y Catalán, mientras ustedes no respalden al entrenador por encima de todos, seguiremos en el mismo mar de mediocridad y a la deriva. Lo que pasa que debe ser jodido perder un escudo tan gratuito como ese...
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