No podía terminar esto de otra manera. Una inmolación en toda regla, una afición hastiada, un club muerto, ridículo, hilarante, capaz de lo peor y de lo pésimo.
Las sensaciones por las que el bético lleva pasando los últimos años pasan por el desánimo, el hastío, el cabreo, la indiferencia y terminan en el más absoluto asco.
Nos da asco ver esto. Da asco ver al Betis.
Los 22000 que hoy han ido a ver el enésimo -pero no último- esperpento ante los suplentes del Alavés, estoy seguro de que han sentido asco. Asco de un grupo de jugadores y entrenador para los que la palabra mediocre se queda corta. Asco de ver una plantilla que venía de ir de paseo en Bilbao desplegar la actuación que ha desplegado hoy.
Asco de ver en el palco a unos señores que nos tratan como *********. Asco -repugnancia- de ver a un Director Deportivo que ha acertado en 1 de 13 fichajes, y que ha fracasado en los dos entrenadores que ha propuesto, pero que a la vez nos habla de lo intangible de las sensaciones, de la base que se está montando, y nos prepara para un futuro en el que están tanto él como su muñeco, el entrenador becario.
Es muy triste que los béticos sintamos asco del equipo. Es inadmisible que esto ocurra.
La dimisión de VSDA debería producirse hoy mismo, si tuviese algo de dignidad -cosa que dudo-. La devolución de las nóminas de los futbolistas debería ser algo innegociable.
El exilio de Torrecilla no debería ser opcional.
También digo, hoy hemos salido en chanclas en casa contra un rival, igual que hace dos años lo hicimos ante Tenerife y Sporting y la gente rió la gracia. No todos, algunos no lo hicimos. Porque justificar la mediocridad, aunque hayas alcanzado el objetivo, no debería suceder jamás.
Y las lecciones son claras. Si queremos resultados diferentes, hay que llevar a cabo actitudes diferentes. No aplaudir y jalear al primero que venga. No abonarse si uno no quiere ver ridículos espantosos. No participar de esto. No hacer que el club sea un negocio que atraiga a cualquier empresarito repeinado en busca de la notoriedad.
Gritar, gritar, gritar, protestar. Que les estallen los tímpanos. Que sientan el mismo asco que nosotros.
Si me leeis, directivos, jugadores, entrenador o Torrecilla: me dais asco.
Las sensaciones por las que el bético lleva pasando los últimos años pasan por el desánimo, el hastío, el cabreo, la indiferencia y terminan en el más absoluto asco.
Nos da asco ver esto. Da asco ver al Betis.
Los 22000 que hoy han ido a ver el enésimo -pero no último- esperpento ante los suplentes del Alavés, estoy seguro de que han sentido asco. Asco de un grupo de jugadores y entrenador para los que la palabra mediocre se queda corta. Asco de ver una plantilla que venía de ir de paseo en Bilbao desplegar la actuación que ha desplegado hoy.
Asco de ver en el palco a unos señores que nos tratan como *********. Asco -repugnancia- de ver a un Director Deportivo que ha acertado en 1 de 13 fichajes, y que ha fracasado en los dos entrenadores que ha propuesto, pero que a la vez nos habla de lo intangible de las sensaciones, de la base que se está montando, y nos prepara para un futuro en el que están tanto él como su muñeco, el entrenador becario.
Es muy triste que los béticos sintamos asco del equipo. Es inadmisible que esto ocurra.
La dimisión de VSDA debería producirse hoy mismo, si tuviese algo de dignidad -cosa que dudo-. La devolución de las nóminas de los futbolistas debería ser algo innegociable.
El exilio de Torrecilla no debería ser opcional.
También digo, hoy hemos salido en chanclas en casa contra un rival, igual que hace dos años lo hicimos ante Tenerife y Sporting y la gente rió la gracia. No todos, algunos no lo hicimos. Porque justificar la mediocridad, aunque hayas alcanzado el objetivo, no debería suceder jamás.
Y las lecciones son claras. Si queremos resultados diferentes, hay que llevar a cabo actitudes diferentes. No aplaudir y jalear al primero que venga. No abonarse si uno no quiere ver ridículos espantosos. No participar de esto. No hacer que el club sea un negocio que atraiga a cualquier empresarito repeinado en busca de la notoriedad.
Gritar, gritar, gritar, protestar. Que les estallen los tímpanos. Que sientan el mismo asco que nosotros.
Si me leeis, directivos, jugadores, entrenador o Torrecilla: me dais asco.
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