Gran encuentro de los verdiblancos que fueron mejores, dominaron durante la mayor parte del partido y fueron justos merecedores del triunfo ante un Celta plagado de suplentes que solo en los minutos finales de las dos partes puso en peligro la portería de Adán. Enorme partido en conjunto del equipo de Víctor en todos los aspectos.
Dos victorias seguidas. Por fin. Sí, el Betis tenía enfrente a un Celta suplente y aún con la resaca de la clasificación en la Europa League. Sí, seguramente estas victorias lleguen ya demasiado tarde y los puntos no sirvan más que para arañar alguna posición más. Y sí, el Betis ha tenido muchísimos altibajos esta temporada. Pero es digno de elogiar que tras otra de las muchas caídas se hayan levantado y liberado para jugar así. Recordad al Betis de comienzo de temporada, que no sabía, ni podía, dar dos pases seguidos y mantener la posesión y mirad el Betis de hoy que ha llegado a rozar el 70% de posesión por momentos.
Seguramente hoy el equipo ha completado los mejores veinte minutos de la temporada junto con el comienzo ante el Barcelona. Intenso, dinámico y vertical. Controló el balón, tuvo la posesión y generó futbol y ocasiones comandados por Joaquín y Ceballos. El Betis jugó a placer y el celta no apareció en campo contrario. Pudo marcar y tuvo ocasiones para ello pero perdonó a un Celta que, obviamente, tenía e iba a reaccionar.
La reacción de Berizzo fue tan clara como el dominio de los de Víctor. Vio que era imposible dominar el partido y ajustó a su equipo al Betis. Es decir, planteó a su equipo y a su sistema para frenar las virtudes de este Betis. Algo que ha pasado poco esta temporada. Y para frenar al Betis, simplemente, hace falta ver cinco minutos de algunos de sus partidos, la llave de todo la tiene un hombre, el que acelera y vuelve vertical el juego plano del equipo: Ceballos.
Y como decía en la previa del encuentro le tenía que sujetar, pero seguramente nadie esperaba ese marcaje hombre a hombre que le puso tras el minuto 20. Y le fue bien. A partir de ese marcaje al Betis le costó mucho más generar ocasiones de gol. La posesión y el dominio lo tenía pero no llegaba a enlazar con los jugadores de arriba. Sin Ceballos, Joaquín perdió protagonismo y el Betis no sufrió pero empezó a tener más problemas de lo habitual a la hora de salir. El Celta mejoró y acabó la primera parte generando suficiente peligro, sobre todo en ese error en la entrega, para llevarse un gol que hubiera sido injusto pero no hubiera sido extraño.
En la segunda parte el Celta se estiró y comenzó mejor que el Betis. Generó más dominio y se posicionó mejor. Algo que no le iba a venir mal al Betis porque con ese dominio Cheik pareció olvidarse por momentos de la marca de Ceballos y este volvió a encontrar el balón. Y Ceballos con balón y espacio es una bendición. En una de esas volvió el balón a Ceballos, vio ese pase a Durmisi en la otra banda y el danés dejó un centro precioso para el remate de Brasanac. Gran gol de un equipo que parece siempre marcar en los momentos donde pierde el dominio.
A partir de ahí, el Celta, obviamente, debía ir arriba pero el marcador no se movería más por una gran gestión de los minutos del equipo y, hoy, sí de Víctor con los cambios parando el partido al final para que se jugase lo menos posible.
Mimbres ahí, lo que faltaba, parece ser era confianza y sumar de tres en tres. Ahora entra el debate de la continuidad. Seguramente Víctor pierde cualquier crédito por los resultados y por esas debacles en Granada y Las Palmas, pero cogió a un Betis desahuciado, le dotó de muchas virtudes y rescató jugadores que no estaban dando el nivel o ni jugaban. El Betis necesita estabilidad y no creo que volver a empezar un proyecto sea la mejor idea. Víctor tiene la confianza de los jugadores y se debe ganar la de la afición, tiene aún cinco partidos para ello. Pero el camino, lo ha encontrado en Vigo.
Dos victorias seguidas. Por fin. Sí, el Betis tenía enfrente a un Celta suplente y aún con la resaca de la clasificación en la Europa League. Sí, seguramente estas victorias lleguen ya demasiado tarde y los puntos no sirvan más que para arañar alguna posición más. Y sí, el Betis ha tenido muchísimos altibajos esta temporada. Pero es digno de elogiar que tras otra de las muchas caídas se hayan levantado y liberado para jugar así. Recordad al Betis de comienzo de temporada, que no sabía, ni podía, dar dos pases seguidos y mantener la posesión y mirad el Betis de hoy que ha llegado a rozar el 70% de posesión por momentos.
Seguramente hoy el equipo ha completado los mejores veinte minutos de la temporada junto con el comienzo ante el Barcelona. Intenso, dinámico y vertical. Controló el balón, tuvo la posesión y generó futbol y ocasiones comandados por Joaquín y Ceballos. El Betis jugó a placer y el celta no apareció en campo contrario. Pudo marcar y tuvo ocasiones para ello pero perdonó a un Celta que, obviamente, tenía e iba a reaccionar.
La reacción de Berizzo fue tan clara como el dominio de los de Víctor. Vio que era imposible dominar el partido y ajustó a su equipo al Betis. Es decir, planteó a su equipo y a su sistema para frenar las virtudes de este Betis. Algo que ha pasado poco esta temporada. Y para frenar al Betis, simplemente, hace falta ver cinco minutos de algunos de sus partidos, la llave de todo la tiene un hombre, el que acelera y vuelve vertical el juego plano del equipo: Ceballos.
Y como decía en la previa del encuentro le tenía que sujetar, pero seguramente nadie esperaba ese marcaje hombre a hombre que le puso tras el minuto 20. Y le fue bien. A partir de ese marcaje al Betis le costó mucho más generar ocasiones de gol. La posesión y el dominio lo tenía pero no llegaba a enlazar con los jugadores de arriba. Sin Ceballos, Joaquín perdió protagonismo y el Betis no sufrió pero empezó a tener más problemas de lo habitual a la hora de salir. El Celta mejoró y acabó la primera parte generando suficiente peligro, sobre todo en ese error en la entrega, para llevarse un gol que hubiera sido injusto pero no hubiera sido extraño.
En la segunda parte el Celta se estiró y comenzó mejor que el Betis. Generó más dominio y se posicionó mejor. Algo que no le iba a venir mal al Betis porque con ese dominio Cheik pareció olvidarse por momentos de la marca de Ceballos y este volvió a encontrar el balón. Y Ceballos con balón y espacio es una bendición. En una de esas volvió el balón a Ceballos, vio ese pase a Durmisi en la otra banda y el danés dejó un centro precioso para el remate de Brasanac. Gran gol de un equipo que parece siempre marcar en los momentos donde pierde el dominio.
A partir de ahí, el Celta, obviamente, debía ir arriba pero el marcador no se movería más por una gran gestión de los minutos del equipo y, hoy, sí de Víctor con los cambios parando el partido al final para que se jugase lo menos posible.
Mimbres ahí, lo que faltaba, parece ser era confianza y sumar de tres en tres. Ahora entra el debate de la continuidad. Seguramente Víctor pierde cualquier crédito por los resultados y por esas debacles en Granada y Las Palmas, pero cogió a un Betis desahuciado, le dotó de muchas virtudes y rescató jugadores que no estaban dando el nivel o ni jugaban. El Betis necesita estabilidad y no creo que volver a empezar un proyecto sea la mejor idea. Víctor tiene la confianza de los jugadores y se debe ganar la de la afición, tiene aún cinco partidos para ello. Pero el camino, lo ha encontrado en Vigo.
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