Fracaso, única calificación posible
Esta semana debe ponerse Torrecilla ante los medios y todo lo que no sea calificar la temporada como suspenso sería engañar a los béticos
Por Ramón Román, 6 de marzo de 2017 10:03 h.
Cumple el Betis este miércoles dos tercios de LaLiga, fecha marcada por el director deportivo, Miguel Torrecilla, para hacer un nuevo balance. Y éste, desgraciadamente para los intereses de los verdiblancos, no puede ser calificado de otro modo que como un fracaso. No sólo por este tramo, que también, sino por el global, ya que el cuadro bético, aunque parezca duro, no ha estado dentro del objetivo marcado en verano en ni una sola jornada de todo lo que va de la temporada. Suena fuerte, sí, pero es una realidad. Los gestores del Betis dijeron abiertamente, y de hecho hasta deben devolverle dinero a los socios si no lo logran, que el equipo debía mejorar lo hecho en la campaña pasada, es decir, quedar como mínimo en la novena posición. Y, aunque todavía es posible de forma matemática, son pocos ya, por no decir ninguno, los que piensan que el Betis podrá llegar a dicha meta. Lo bueno, por sacarle algo positivo a un nuevo fracaso, es que parece que la permanencia en la categoría no va a peligrar, pero resulta bastante frustrante que un club como el heliopolitano, con la masa social que arrastra, no sea capaz de cumplir con un objetivo tan mediocre y poco ambicioso como quedar en la mitad de la tabla.
Así que Miguel Torrecilla deberá dejar a un lado el discurso pobre del primer tramo y reconocer abiertamente que las cosas no están saliendo como él esperaba. Primero, por números, porque el equipo está más lejos del objetivo que del descenso. Segundo, por las sensaciones, ya que el conjunto bético no termina de enlazar dos partidos buenos. Tercero, porque se equivocó con el primer entrenador y los resultados demuestran que también lo ha hecho con el sustituto. Y cuarto, porque los fichajes que realizó tampoco es que estén marcando las diferencias.
El Betis se ha caracterizado en los últimos años por lanzar un mensaje pobre, de poca exigencia, pero es cierto que el presidente, Ángel Haro, aprovechó la victoria ante el Málaga para salir en los medios oficiales y mostrarse autocrítico. Ésa debe ser la línea del director deportivo cuando esta semana se ponga enfrente de los periodistas. Todo lo que no sea reconocer que la temporada lleva el suspenso como nota será engañar a los béticos y, lo que es peor, lastrará al club por la poca ambición de los que mandan.
Esta semana debe ponerse Torrecilla ante los medios y todo lo que no sea calificar la temporada como suspenso sería engañar a los béticos
Por Ramón Román, 6 de marzo de 2017 10:03 h.
Cumple el Betis este miércoles dos tercios de LaLiga, fecha marcada por el director deportivo, Miguel Torrecilla, para hacer un nuevo balance. Y éste, desgraciadamente para los intereses de los verdiblancos, no puede ser calificado de otro modo que como un fracaso. No sólo por este tramo, que también, sino por el global, ya que el cuadro bético, aunque parezca duro, no ha estado dentro del objetivo marcado en verano en ni una sola jornada de todo lo que va de la temporada. Suena fuerte, sí, pero es una realidad. Los gestores del Betis dijeron abiertamente, y de hecho hasta deben devolverle dinero a los socios si no lo logran, que el equipo debía mejorar lo hecho en la campaña pasada, es decir, quedar como mínimo en la novena posición. Y, aunque todavía es posible de forma matemática, son pocos ya, por no decir ninguno, los que piensan que el Betis podrá llegar a dicha meta. Lo bueno, por sacarle algo positivo a un nuevo fracaso, es que parece que la permanencia en la categoría no va a peligrar, pero resulta bastante frustrante que un club como el heliopolitano, con la masa social que arrastra, no sea capaz de cumplir con un objetivo tan mediocre y poco ambicioso como quedar en la mitad de la tabla.
Así que Miguel Torrecilla deberá dejar a un lado el discurso pobre del primer tramo y reconocer abiertamente que las cosas no están saliendo como él esperaba. Primero, por números, porque el equipo está más lejos del objetivo que del descenso. Segundo, por las sensaciones, ya que el conjunto bético no termina de enlazar dos partidos buenos. Tercero, porque se equivocó con el primer entrenador y los resultados demuestran que también lo ha hecho con el sustituto. Y cuarto, porque los fichajes que realizó tampoco es que estén marcando las diferencias.
El Betis se ha caracterizado en los últimos años por lanzar un mensaje pobre, de poca exigencia, pero es cierto que el presidente, Ángel Haro, aprovechó la victoria ante el Málaga para salir en los medios oficiales y mostrarse autocrítico. Ésa debe ser la línea del director deportivo cuando esta semana se ponga enfrente de los periodistas. Todo lo que no sea reconocer que la temporada lleva el suspenso como nota será engañar a los béticos y, lo que es peor, lastrará al club por la poca ambición de los que mandan.
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