En pleno desconcierto e ignorancia, el beticismo asiste a una realidad de lo más oscura y triste. Cada día, cada domingo, cada temporada de competición la ilusión torna en quebradero de cabeza más que una forma de tratar de desconectar de la rutina diaria del aficionado, por lo que ese entretenimiento que se persigue con el fútbol, no existe directamente.
Resulta indiferente presidente y junta directiva que lidere los designios verdiblancos, resulta indiferente la plantilla de jugadores que vistan los colores del Betis, resulta indiferente el entrenador de turno que se adueñe del banquillo local del Villamarín, resulta indiferente… La entidad de Heliópolis parece destinada a la desazón continuada, al sufrimiento persistente.
El descalabro del pasado sábado es un episodio adicional de rivalidad máxima en el que se hinca la rodilla, en esta ocasión practicando un juego brillante durante parte del duelo y viendo como el Sevilla remonta un resultado adverso con simplicidad. Por consiguiente, al bético le brotan innumerables preguntas a las que no encuentran respuesta, esa hinchada que nunca se cansa, que colapsa el feudo de la Palmera es ninguneada y dañada, como sucede de manera periódica.
Entre el adormecimiento y la resignación de todo lo que impregna el sentimiento bético, llega este martes 28 de febrero, festividad del Día de Andalucía, donde el verde y el blanco impera, y el estadio malacitano de La Rosaleda serás escenario de un partido de competencia regional en el cual librarán batalla dos conjuntos de la parte baja de la clasificación.
Víctor Sánchez, quien para recordar su última victoria hay que remontarse casi dos meses atrás, se juega gran parte de su futuro profesional en este choque andaluz, para el que habrá tenido que desempeñarse, en mayor medida, como psicólogo que de entrenador de fútbol ya que el golpe anímico que entraña la derrota en el derbi debió de ser difícil de encajar.
En clave puramente futbolística, la cercanía de partidos y la horrible dinámica de algunos de los jugadores, invitan a pensar en que el preparador madrileño realizará una serie de cambios en su esquema de juego, teniendo en la defensa uno de sus principales focos. Piccini, lesionado, y Mandi, señalado por los últimos despropósitos, serán sustiuidos por Bruno, que volvería al once, y Cejudo o Rafa Navarro. En el resto de las líneas, escasas variaciones se prevén.
Por el bando local, los pupilos del 'Gato' Romero anhelan una victoria que espolee los ánimos de los malacitanos, que acumulan una racha no tan negativa en juego como en resultados, que acumulan una sola victoria en los últimos tres meses. Por los blanquiazules, no hay bajas reseñables, a expensas de la decisión del comité por la sanción de Rosales.
Sin atisbo de motivación por ver otro despropósito de los suyos, el beticismo ya merece disfrutar de una alegría con mayúsculas. En juego, el honor verdiblanco centenario en el día de Andalucía.
Alineaciones probables:
Málaga: Kameni; Torres, Luis Hdez; Juankar; José Rdguez; Fornals; Keko, Chory Castro y Charles.
Betis: Adán; Bruno; Pezzella, Tosca, Durmisi; Petros, Rubén Pardo, Ceballos, Cejudo; Sanabria y Alex Alegría.
Resulta indiferente presidente y junta directiva que lidere los designios verdiblancos, resulta indiferente la plantilla de jugadores que vistan los colores del Betis, resulta indiferente el entrenador de turno que se adueñe del banquillo local del Villamarín, resulta indiferente… La entidad de Heliópolis parece destinada a la desazón continuada, al sufrimiento persistente.
El descalabro del pasado sábado es un episodio adicional de rivalidad máxima en el que se hinca la rodilla, en esta ocasión practicando un juego brillante durante parte del duelo y viendo como el Sevilla remonta un resultado adverso con simplicidad. Por consiguiente, al bético le brotan innumerables preguntas a las que no encuentran respuesta, esa hinchada que nunca se cansa, que colapsa el feudo de la Palmera es ninguneada y dañada, como sucede de manera periódica.
Entre el adormecimiento y la resignación de todo lo que impregna el sentimiento bético, llega este martes 28 de febrero, festividad del Día de Andalucía, donde el verde y el blanco impera, y el estadio malacitano de La Rosaleda serás escenario de un partido de competencia regional en el cual librarán batalla dos conjuntos de la parte baja de la clasificación.
Víctor Sánchez, quien para recordar su última victoria hay que remontarse casi dos meses atrás, se juega gran parte de su futuro profesional en este choque andaluz, para el que habrá tenido que desempeñarse, en mayor medida, como psicólogo que de entrenador de fútbol ya que el golpe anímico que entraña la derrota en el derbi debió de ser difícil de encajar.
En clave puramente futbolística, la cercanía de partidos y la horrible dinámica de algunos de los jugadores, invitan a pensar en que el preparador madrileño realizará una serie de cambios en su esquema de juego, teniendo en la defensa uno de sus principales focos. Piccini, lesionado, y Mandi, señalado por los últimos despropósitos, serán sustiuidos por Bruno, que volvería al once, y Cejudo o Rafa Navarro. En el resto de las líneas, escasas variaciones se prevén.
Por el bando local, los pupilos del 'Gato' Romero anhelan una victoria que espolee los ánimos de los malacitanos, que acumulan una racha no tan negativa en juego como en resultados, que acumulan una sola victoria en los últimos tres meses. Por los blanquiazules, no hay bajas reseñables, a expensas de la decisión del comité por la sanción de Rosales.
Sin atisbo de motivación por ver otro despropósito de los suyos, el beticismo ya merece disfrutar de una alegría con mayúsculas. En juego, el honor verdiblanco centenario en el día de Andalucía.
Alineaciones probables:
Málaga: Kameni; Torres, Luis Hdez; Juankar; José Rdguez; Fornals; Keko, Chory Castro y Charles.
Betis: Adán; Bruno; Pezzella, Tosca, Durmisi; Petros, Rubén Pardo, Ceballos, Cejudo; Sanabria y Alex Alegría.