La distancia sigue ampliándose
Pese a merecer más, el Betis volvió a caer derrotado ante un Sevilla que, aun siendo totalmente dominado en la primera mitad y sin hacer un gran partido, ganó el encuentro gracias al balón parado. Los cambios de Sampaoli, determinantes en el encuentro. Víctor volvió a acertar en el planteamiento inicial pero no supo reaccionar a la segunda mitad.
Nueva oportunidad pérdida del Betis que volvió a fallar en una de las pocas opciones que le quedaban a los jugadores de dar una alegría a una afición que se olvidó de la vergüenza de la semana pasada por un día para estar con su equipo en uno de las grandes ocasiones. Los jugadores lo sabían y dejaron todo en una primera mitad casi perfecta del equipo dirigido por Víctor, que volvió a dejar un gran planteamiento de partido ganándole la partida a su rival.
La primera mitad el partido giro en torno al triángulo formado por Durmisi, Ceballos y Rubén Castro que generaron desde banda izquierda la mayoría de ocasiones del partido y crearon un dominio casi total del equipo de Víctor. La superioridad por esa banda hizo que el juego se volcase por allí, haciendo que los centrocampistas del Sevilla fueran a la ayuda de un Sarabia totalmente expuesto y vulnerable al ataque verdiblanco, permitiendo a los centrales del Betis abandonar su posición y así crear la superioridad en el centro del campo tras perdida. El Betis robaba rápido, Rubén Pardo lanzaba a Ceballos o Durmisi y el Betis creaba peligro muy rápidamente.
Así transcurrió la primera mitad, el Sevilla no inquietaba solo contemporizaba tras recuperar el balón manteniendo la posesión en zonas sin peligro del campo, intentando parar ese ímpetu del Betis que hacía que llegase muy rápido a portería contraria y encontrará fácilmente la ocasión. El Betis logró el gol que merecía y se veía optimista con el pitido al descanso pero todo cambiaría en la segunda mitad.
En la segunda mitad Sampaoli cambió el guion. El técnico del Sevilla viendo los vicios y errores de su equipo en la primera mitad y sabiendo como Víctor le había ganado el planteamiento al inicio del partido introdujo dos variables que marcarían el devenir del partido. Sacó del campo a Sarabia, seguramente el jugador más vulnerable del Sevilla en la primera mitad, para introducir más fuerza al centro del campo con Iborra lo cual provocó que el Sevilla ganase presencia en el medio en la segunda mitad. También salió Ben Yedder por la otra debilidad del Sevilla, Franco Vázquez, para acompañar a Jovetic y poder competir con la línea de tres defensas del Betis.
Estos dos movimientos provocaron un cambio de sistema, el cual neutralizó el triángulo del Betis en banda izquierda, Mercado pasó al lateral, un jugador bastante mejor defensivamente que Sarabia e Iborra iba en su ayuda, lo que hizo que Durmisi no entrase con tanta facilidad por banda izquierda. Esto unido al bajón general del Betis, en relación al bajón particular de Ceballos en la segunda mitad, provocó el cambió de guion y el cruel desenlace que se avecinaba.
Hablaba de distancia, en el titular y en la crónica del partido, y hoy se volvió a ver en el encuentro en el momento en que el partido cambia en la segunda mitad. La mayor distancia entre los dos equipos hoy ha sido el banquillo. Cuando Sampaoli mira al banquillo ve alternativas que pueden cambiar un partido, cuando Víctor mira el suyo solo le crea aún más dudas. No hay un jugador ofensivo en el banquillo del Betis que pueda cambiar el guion de un encuentro, no lo hay. Y no solo, no hay un jugador que sirva para revolucionar un partido sino que ningún jugador del banquillo del Betis puede mejorar al equipo, es más lo empeora. Todos los jugadores del banquillo del Betis, hoy por hoy, están lejísimos del once titular y algunos directamente no tienen nivel suficiente.
La dinámica de resultados, que no de juego salvo la debacle de la semana pasada, que está cogiendo el equipo no es muy optimista y como no se consigan dos buenos resultados ante Málaga y Real Sociedad, la visita al Bernabéu puede ser una gran desgracia.
El uno a uno:
Pese a merecer más, el Betis volvió a caer derrotado ante un Sevilla que, aun siendo totalmente dominado en la primera mitad y sin hacer un gran partido, ganó el encuentro gracias al balón parado. Los cambios de Sampaoli, determinantes en el encuentro. Víctor volvió a acertar en el planteamiento inicial pero no supo reaccionar a la segunda mitad.
Nueva oportunidad pérdida del Betis que volvió a fallar en una de las pocas opciones que le quedaban a los jugadores de dar una alegría a una afición que se olvidó de la vergüenza de la semana pasada por un día para estar con su equipo en uno de las grandes ocasiones. Los jugadores lo sabían y dejaron todo en una primera mitad casi perfecta del equipo dirigido por Víctor, que volvió a dejar un gran planteamiento de partido ganándole la partida a su rival.
La primera mitad el partido giro en torno al triángulo formado por Durmisi, Ceballos y Rubén Castro que generaron desde banda izquierda la mayoría de ocasiones del partido y crearon un dominio casi total del equipo de Víctor. La superioridad por esa banda hizo que el juego se volcase por allí, haciendo que los centrocampistas del Sevilla fueran a la ayuda de un Sarabia totalmente expuesto y vulnerable al ataque verdiblanco, permitiendo a los centrales del Betis abandonar su posición y así crear la superioridad en el centro del campo tras perdida. El Betis robaba rápido, Rubén Pardo lanzaba a Ceballos o Durmisi y el Betis creaba peligro muy rápidamente.
Así transcurrió la primera mitad, el Sevilla no inquietaba solo contemporizaba tras recuperar el balón manteniendo la posesión en zonas sin peligro del campo, intentando parar ese ímpetu del Betis que hacía que llegase muy rápido a portería contraria y encontrará fácilmente la ocasión. El Betis logró el gol que merecía y se veía optimista con el pitido al descanso pero todo cambiaría en la segunda mitad.
En la segunda mitad Sampaoli cambió el guion. El técnico del Sevilla viendo los vicios y errores de su equipo en la primera mitad y sabiendo como Víctor le había ganado el planteamiento al inicio del partido introdujo dos variables que marcarían el devenir del partido. Sacó del campo a Sarabia, seguramente el jugador más vulnerable del Sevilla en la primera mitad, para introducir más fuerza al centro del campo con Iborra lo cual provocó que el Sevilla ganase presencia en el medio en la segunda mitad. También salió Ben Yedder por la otra debilidad del Sevilla, Franco Vázquez, para acompañar a Jovetic y poder competir con la línea de tres defensas del Betis.
Estos dos movimientos provocaron un cambio de sistema, el cual neutralizó el triángulo del Betis en banda izquierda, Mercado pasó al lateral, un jugador bastante mejor defensivamente que Sarabia e Iborra iba en su ayuda, lo que hizo que Durmisi no entrase con tanta facilidad por banda izquierda. Esto unido al bajón general del Betis, en relación al bajón particular de Ceballos en la segunda mitad, provocó el cambió de guion y el cruel desenlace que se avecinaba.
Hablaba de distancia, en el titular y en la crónica del partido, y hoy se volvió a ver en el encuentro en el momento en que el partido cambia en la segunda mitad. La mayor distancia entre los dos equipos hoy ha sido el banquillo. Cuando Sampaoli mira al banquillo ve alternativas que pueden cambiar un partido, cuando Víctor mira el suyo solo le crea aún más dudas. No hay un jugador ofensivo en el banquillo del Betis que pueda cambiar el guion de un encuentro, no lo hay. Y no solo, no hay un jugador que sirva para revolucionar un partido sino que ningún jugador del banquillo del Betis puede mejorar al equipo, es más lo empeora. Todos los jugadores del banquillo del Betis, hoy por hoy, están lejísimos del once titular y algunos directamente no tienen nivel suficiente.
La dinámica de resultados, que no de juego salvo la debacle de la semana pasada, que está cogiendo el equipo no es muy optimista y como no se consigan dos buenos resultados ante Málaga y Real Sociedad, la visita al Bernabéu puede ser una gran desgracia.
El uno a uno: