Víctor Sánchez del Amo dio una lección táctica hoy a Luis Enrique, demostrando que, bien aprovechados, sus jugadores tienen un potencial mayor al que han venido ofreciendo hasta ahora. El técnico verdiblanco situó los laterales más altos que de costumbre, formando hoy en un 3-5-2.
El equipo verdiblanco sufrió en los primeros minutos por las rápidas transiciones azulgranas, por lo que empezó a contemporizar más sus posesiones para evitar un intercambio de golpes en el que seguro saldría perdiendo. Dani Ceballos encontró en Rubén Pardo a su perfecto escudero, liberándolo para ocupar más partes del campo y tapando las subidas de los carrileros.
Los marcajes hombre a hombre y las constantes ayudas en defensa provocaban que el Betis no sufriera atrás y viviera en la zona de tres cuartos, aunque con menos profundidad que en partidos anteriores.
En el segundo tiempo, se abonó al balón parado de la mano de Rubén Pardo, aunque con poca efectividad. La presión de balón aumentó considerablemente llegando hasta Ter Stegen, y reduciéndolo a la salida en largo, algo que no funciona en el equipo culé. El Betis consiguió abrir la lata en el clásico córner de Víctor al primer palo, que, aunque no salió con un remate directo, sí salió en el rebote.
A partir de ahí, se echó muy atrás para defender su renta, con muchas ayudas para crear superioridades y sin complicarse a la hora de sacar el balón. Fue precisamente en el único error en este aspecto donde el Barça pudo sacar renta para empatar el partido. Un fallo de concentración cuando el partido ya agonizaba fue lo único que salvó a los azulgranas, que necesitan muy poco para hacer daño arriba.
El uno a uno:
El equipo verdiblanco sufrió en los primeros minutos por las rápidas transiciones azulgranas, por lo que empezó a contemporizar más sus posesiones para evitar un intercambio de golpes en el que seguro saldría perdiendo. Dani Ceballos encontró en Rubén Pardo a su perfecto escudero, liberándolo para ocupar más partes del campo y tapando las subidas de los carrileros.
Los marcajes hombre a hombre y las constantes ayudas en defensa provocaban que el Betis no sufriera atrás y viviera en la zona de tres cuartos, aunque con menos profundidad que en partidos anteriores.
En el segundo tiempo, se abonó al balón parado de la mano de Rubén Pardo, aunque con poca efectividad. La presión de balón aumentó considerablemente llegando hasta Ter Stegen, y reduciéndolo a la salida en largo, algo que no funciona en el equipo culé. El Betis consiguió abrir la lata en el clásico córner de Víctor al primer palo, que, aunque no salió con un remate directo, sí salió en el rebote.
A partir de ahí, se echó muy atrás para defender su renta, con muchas ayudas para crear superioridades y sin complicarse a la hora de sacar el balón. Fue precisamente en el único error en este aspecto donde el Barça pudo sacar renta para empatar el partido. Un fallo de concentración cuando el partido ya agonizaba fue lo único que salvó a los azulgranas, que necesitan muy poco para hacer daño arriba.
El uno a uno:
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