Un buen Betis no dio ni una sola oportunidad al Leganés y se aleja de la zona baja de la tabla. Ceballos y Rubén lideraron una vez más al equipo de Víctor, donde también brillaron con luz propia Durmisi y Alex Alegría.
El equipo verdiblanco, por fin, se hace fuerte jugando en casa.
No existe mejor respuesta que este partido para silenciar a los que se fueron y aún siguen criticando. El nerviosismo de una afición cansada se solventa con actuaciones como estás, no criticando en salas de prensa y menos criticando a miles de kilómetros del Villamarín. El Betis volvió a mostrar su cara más sería, la que viene siendo ya habitual a la ordenes de Víctor jugando en casa, para solventar un partido más y unirse a la cola de equipos con más de 20 puntos.
Es el camino correcto y si el Betis consigue encontrar esta dinámica fuera de Sevilla habrá muchas más alegrías que decepciones.
El Betis cerró el año de la peor manera con dos derrotas claras en sendas visitas a Vitoria y Coruña. Sin capacidad de reacción y sin sensación de peligro. Eliminados de copa y mirando al precipicio de la tabla. Una cara que poco se corresponde a su versión como local donde el Betis parece soltarse más, dudar mucho menos y sumar de tres en tres.
El partido de hoy dejó la noticia más importante, por lo menos para mi, en lo que va de temporada y es que, por fin, el Betis fue superior a su rival con y sin balón. En las últimas victorias en casa ante Athletic y Las Palmas o en el empate ante el Celta fueron los rivales quienes tuvieron el balón y la posesión.
En esos partidos, el Betis no pasó del 40% de posesión y supo aprovechar las ocasiones para ganar o empatar en el caso del partido ante el Celta. Sumó rachas donde si dominó con otras donde tuvo que recular y encerrase atrás. Hoy no, salvo los primeros diez minutos del partido, el Betis fue amo y señor del encuentro. Y tras el primer gol, continuó buscando el segundo.
Sí, era un equipo humilde y recién ascendido el que tenía enfrente. Pero era un equipo que si ganaba en el Villamarín se ponía por delante en la tabla. Y no hay nada mejor para la confianza de los jugadores que ganar y ganar así.
Una confianza que no debe enfriarse, sobre todo por lo que viene, visita al Calderón y sin Petros, Bruno y presumiblemente sin Sanabria, aunque si Alex Alegría muestra la misma versión que hoy, no se le echará de menos. Sumar será realmente complicado pero el Betis debe ya prolongar esta dinámica más allá del Villamarín y no imagino mejor escenario que hacerlo en el Calderón.
Fuera mediocridad, este sí es el Betis que queríamos ver.
Uno a uno:
El equipo verdiblanco, por fin, se hace fuerte jugando en casa.
No existe mejor respuesta que este partido para silenciar a los que se fueron y aún siguen criticando. El nerviosismo de una afición cansada se solventa con actuaciones como estás, no criticando en salas de prensa y menos criticando a miles de kilómetros del Villamarín. El Betis volvió a mostrar su cara más sería, la que viene siendo ya habitual a la ordenes de Víctor jugando en casa, para solventar un partido más y unirse a la cola de equipos con más de 20 puntos.
Es el camino correcto y si el Betis consigue encontrar esta dinámica fuera de Sevilla habrá muchas más alegrías que decepciones.
El Betis cerró el año de la peor manera con dos derrotas claras en sendas visitas a Vitoria y Coruña. Sin capacidad de reacción y sin sensación de peligro. Eliminados de copa y mirando al precipicio de la tabla. Una cara que poco se corresponde a su versión como local donde el Betis parece soltarse más, dudar mucho menos y sumar de tres en tres.
El partido de hoy dejó la noticia más importante, por lo menos para mi, en lo que va de temporada y es que, por fin, el Betis fue superior a su rival con y sin balón. En las últimas victorias en casa ante Athletic y Las Palmas o en el empate ante el Celta fueron los rivales quienes tuvieron el balón y la posesión.
En esos partidos, el Betis no pasó del 40% de posesión y supo aprovechar las ocasiones para ganar o empatar en el caso del partido ante el Celta. Sumó rachas donde si dominó con otras donde tuvo que recular y encerrase atrás. Hoy no, salvo los primeros diez minutos del partido, el Betis fue amo y señor del encuentro. Y tras el primer gol, continuó buscando el segundo.
Sí, era un equipo humilde y recién ascendido el que tenía enfrente. Pero era un equipo que si ganaba en el Villamarín se ponía por delante en la tabla. Y no hay nada mejor para la confianza de los jugadores que ganar y ganar así.
Una confianza que no debe enfriarse, sobre todo por lo que viene, visita al Calderón y sin Petros, Bruno y presumiblemente sin Sanabria, aunque si Alex Alegría muestra la misma versión que hoy, no se le echará de menos. Sumar será realmente complicado pero el Betis debe ya prolongar esta dinámica más allá del Villamarín y no imagino mejor escenario que hacerlo en el Calderón.
Fuera mediocridad, este sí es el Betis que queríamos ver.
Uno a uno:
Comentario