El viernes pasado recuperé las ganas de ver a mi equipo. No en sentido literal, pues cada día que no juega el Real Betis Balompié parece un día de cuarenta horas, pero sí en lo que al fútbol se refiere. El bético en muchos casos estaba tan hastiado que iba al campo sin saber que se iba a encontrar, solo porque esas trece barras verdiblancas tiran de tí como si te arrastrasen a animar al equipo. Pero recuperé esas ganas por ver como sale el equipo al campo, como piensa competir, por saber como va a jugar. En el debut de Víctor Sánchez del Amo no esperábamos grandes milagros, pero el bajo la vitola de técnico moderno, bajo el manto del trabajo y el colectivo y tras ver su trabajo en el RC Deportivo de la Coruña, sí que esperaba un fuerte estudio del rival y un planteamiento del partido de un buen entrenador y a mí, Víctor no me defraudó.
En frente, un equipo que ha enamorado y ha recopilado elogios de todos sus rivales. Un equipo que busca el balón, que quiere el protagonismo, la posesión y que a base de movilidad y talento te martillea hasta verte caer. No es que estuvieran intratables, pero nadie discutiría que es un equipo muy ofensivo que hasta el viernes había hecho gol en diez de las once jornadas disputadas. Y el Betis no se plantó en el partido a pecho descubierto, ni proponiendo un intercambio de golpes. Tampoco salió a jugar y esperar a ver que salía. Mi impresión y creo que la de todos es que el equipo tenía un plan, un objetivo, una idea, y una vez que tienes eso, puedes fallar y no ejecutarla bien o puede ser una idea errónea, pero ese es el punto de partida para que todo el equipo vaya a una, para que cada uno tenga claro su rol sobre el campo, para que todos sepan que remando en la misma dirección tienen muchas posibilidades de llegar a su destino o en este caso, ganar el partido.
Y ese plan, esa idea, quedó clara desde el primer momento. Para empezar, con un cambio de sistema que no es solo colocar las piezas como en una partida de ajedrez sino darles las directrices suficientes para rendir. Se vio desde la colocación de los futbolistas con ese 5-3-2 que se convertía en un 3-4-1-2 a la hora de presionar. Se vio en las carreras para hacer coberturas a los compañeros, en los desplazamientos largos de Adán, por ejemplo, que dejaron de ser balones rifados sin más para convertirse en pases largos a los carrileros, en el trabajo de Donk, Petros y Ceballos que en esta ocasión se centraron en evitar que Las Palmas gozara de la posesión convirtiéndola en improductiva. Porque curiosamente como concedieron Quique Setién o Vicente Gómez al terminar el partido, el Betis los maniató. Porque además, el partido pareció controlado en su totalidad. Y eso, también es jugar bien al fútbol. No solo los partidos en los que ganas con un 70% de posesión o metes siete goles. Tener una idea y ejecutarla bien en respuesta al trabajo. Y por eso, en mi opinión, el partido lo gana el planteamiento del entrenador. Con un fuerte trabajo de un colectivo que ejecutando la idea aumentaron con creces su rendimiento. Como un equipo. Algo que hemos echado mucho tiempo de menos.
Solo me gustaría añadir por último, que no debemos lanzar campanas al vuelo. Es solo un partido. Prometedor, eso sí, pero un partido. Lo que si tengo claro es que si la progresión que se ha visto en el equipo tras cuatro días continúa, igual si que podemos disfrutar de la temporada porque sigo creyendo que hay equipo para más de lo que estamos viendo. El Betis del próximo fin de semana en Ipurúa, será probablemente distinto al que vimos el viernes. Probablemente el sistema también. Pero lo que tengo claro es que se gane o se pierda responderá a una idea, a un estudio del rival y a un plan específico. Eso llevamos mucho sin verlo y ahí es donde realmente creo que el Betis ha ganado esta semana. Más allá de los tres puntos. Ni ahora se va a ganar todo ni el plan tiene por qué salir siempre, por muy trabajado que esté, pero bajo estas premisas es más fácil creer, tanto para el aficionado como para el jugador y eso hacía falta. Creer. Yo al menos, el viernes recuperé las ganas de ver a mi equipo.
Adán: Tuvo que intervenir, especialmente en un uno contra uno, porque Las Palmas es un equipo con mucho talento arriba que te va a generar peligro, pero desde luego no fue uno de esos partidos en los que tuvo que salvar al Betis. Ni siquiera le llegaron en tromba como otras veces. Lo que tuvo que hacer, lo hizo a la perfección. Incluso su juego con los pies cobró sentido.
Piccini: El italiano jugó mucho más cómodo como carrilero, con tres centrales que le cubrían la posición, en este caso Pezzella. En alguna ocasión le faltó más rapidez jugando el balón, pero subió, lo intentó, puso alguna buena asistencia, buscó algún pase en profundidad e incluso se atrevió con el disparo. No es que fuese un gran partido suyo pero creo que estuvo al nivel del equipo y no estuvo mal.
Pezzella: Sufrió algo más que el resto por tener que cubrir las subidas del italiano pero en general creo que estuvo a buen nivel. Ha perdido esos nervios que lo acosaban la temporada pasada en la salida de balón y está mejor en esa faceta aunque este partido no fuera el mejor ejemplo de ello. Estuvo bien.
Mandi: En mi opinión hizo un muy buen partido. Tuvo el nivel de acierto en el pase más alto del equipo, muy bien colocado. Fue la misma posición que ocupaba el año pasado en el Stade Reims y se le vio bastante cómodo. Además anotó su primer gol como verdiblanco.
Bruno: Necesitaba algo así Bruno. Un central que el año pasado fue de lo más potable del equipo y que tenía ganas de participar y ser útil. Creo que su partido en general fue bastante bueno, bien en la colocación además de abrir el marcador.
Alex Martínez: Subió con ganas apoyando el juego exterior del equipo e intentó asistir en más de una ocasión. Le faltó algo de confianza para finalizar alguna oportunidad en lugar de buscar el pase pero en general creo que hizo un partido bastante decente.
Petros: A su nivel. Personalmente yo me equivoqué con Petros. Tras verlo en el Corinthians no sabía muy bien como encajaría en el equipo, ni por posición ni por sus cualidades técnicas, pero con trabajo y humildad se ganó el viernes la ovación del público. Te puede gustar más o menos, pero es incontestable que se deja todo en el campo. Se sintió cómodo con Donk cubriendo su espalda y no tener que multiplicarse él siempre. Fue el jugador que más duelos individuales ganó sobre el campo pero esto no sorprende ya. Buen trabajo.
Ryan Donk: Aunque es un jugador al que gusta bastante descolgarse en ataque, durante el partido lo hizo poco. Sabía bien que su función era tapar el centro y respaldar el trabajo y el despliegue de Petros y Ceballos y eso hizo. Cada vez que un jugador de Las Palmas a base de talento superaba a sus compañeros con un regate o un cambio de ritmo, aparecía su presión para ralentizar su jugada y que de nuevo se reubicaran. Un trabajo gris pero que obsequió al equipo con tiempo y recuperación del orden.
Dani Ceballos: Uno de los grandes olvidados por Gustavo Poyet. Teniendo en cuenta que pienso que se sentiría más cómodo en un contexto en el que el Betis debiera crear y tener el balón, su trabajo fue enorme. Recuperó, peleó, luchó y buscó a sus compañeros con criterio dejando multitud de gestos técnicos y demostrando que sí está para jugar. Junto a Petros, el que más corrió y más recuperó, creo que eso dice mucho de su trabajo aunque estuviera algo lejos del área.
Joaquín: Que más habría que decir de Joaquín. Una vez más demostró su compromiso y que se trata del jugador con más rendimiento en la plantilla actualmente. Casi todo lo que hizo lo hizo bien, desde su juego entre líneas a la asistencia que le dio a Rubén o Sanabria o los saques de esquina que dieron lugar a los dos goles.
Rubén Castro: Se le vio con algo de ansiedad por marcar y a veces no decidió bien a causa de ello. Debe cambiar el chip porque volverá a marcar pronto.
Musonda: Salió para hacer el trabajo de Joaquín pero apenas tocó el balón. El Betis con el marcador a favor se limitó a seguir ejecutando el plan en defensa y no buscó demasiado la portería contraria en los aproximadamente quince minutos que estuvo sobre el césped.
Sanabria: Salió por Rubén para fajarse los últimos veinte minutos pero solo pudo cruzar un disparo demasiado. Un gol le haría recuperar esa confianza que ahora parece faltarle.
Brasanac: Salió por un Ceballos muy cansado e intentó continuar con ese trabajo y el despliegue físico. No tuvo tiempo para contribuir demasiado en el partido.
Víctor Sánchez del Amo: Debut soñado para él. Llegar, trabajar unos días y ver un camio tan palpable en el equipo es sin duda mérito suyo. Me da la sensación de tenerlo todo trabajado, desde la táctica a la estrategia, el trato psicológico con los propios jugadores e incluso a la afición con la ya famosa referencia a la manada de lobos. Convenció con trabajo, ahora hay que mantenerlo y demostrar que hay un buen entrenador sentado ahí. A mí me lo pareció. Pronto podremos valorarlo más.
En frente, un equipo que ha enamorado y ha recopilado elogios de todos sus rivales. Un equipo que busca el balón, que quiere el protagonismo, la posesión y que a base de movilidad y talento te martillea hasta verte caer. No es que estuvieran intratables, pero nadie discutiría que es un equipo muy ofensivo que hasta el viernes había hecho gol en diez de las once jornadas disputadas. Y el Betis no se plantó en el partido a pecho descubierto, ni proponiendo un intercambio de golpes. Tampoco salió a jugar y esperar a ver que salía. Mi impresión y creo que la de todos es que el equipo tenía un plan, un objetivo, una idea, y una vez que tienes eso, puedes fallar y no ejecutarla bien o puede ser una idea errónea, pero ese es el punto de partida para que todo el equipo vaya a una, para que cada uno tenga claro su rol sobre el campo, para que todos sepan que remando en la misma dirección tienen muchas posibilidades de llegar a su destino o en este caso, ganar el partido.
Y ese plan, esa idea, quedó clara desde el primer momento. Para empezar, con un cambio de sistema que no es solo colocar las piezas como en una partida de ajedrez sino darles las directrices suficientes para rendir. Se vio desde la colocación de los futbolistas con ese 5-3-2 que se convertía en un 3-4-1-2 a la hora de presionar. Se vio en las carreras para hacer coberturas a los compañeros, en los desplazamientos largos de Adán, por ejemplo, que dejaron de ser balones rifados sin más para convertirse en pases largos a los carrileros, en el trabajo de Donk, Petros y Ceballos que en esta ocasión se centraron en evitar que Las Palmas gozara de la posesión convirtiéndola en improductiva. Porque curiosamente como concedieron Quique Setién o Vicente Gómez al terminar el partido, el Betis los maniató. Porque además, el partido pareció controlado en su totalidad. Y eso, también es jugar bien al fútbol. No solo los partidos en los que ganas con un 70% de posesión o metes siete goles. Tener una idea y ejecutarla bien en respuesta al trabajo. Y por eso, en mi opinión, el partido lo gana el planteamiento del entrenador. Con un fuerte trabajo de un colectivo que ejecutando la idea aumentaron con creces su rendimiento. Como un equipo. Algo que hemos echado mucho tiempo de menos.
Solo me gustaría añadir por último, que no debemos lanzar campanas al vuelo. Es solo un partido. Prometedor, eso sí, pero un partido. Lo que si tengo claro es que si la progresión que se ha visto en el equipo tras cuatro días continúa, igual si que podemos disfrutar de la temporada porque sigo creyendo que hay equipo para más de lo que estamos viendo. El Betis del próximo fin de semana en Ipurúa, será probablemente distinto al que vimos el viernes. Probablemente el sistema también. Pero lo que tengo claro es que se gane o se pierda responderá a una idea, a un estudio del rival y a un plan específico. Eso llevamos mucho sin verlo y ahí es donde realmente creo que el Betis ha ganado esta semana. Más allá de los tres puntos. Ni ahora se va a ganar todo ni el plan tiene por qué salir siempre, por muy trabajado que esté, pero bajo estas premisas es más fácil creer, tanto para el aficionado como para el jugador y eso hacía falta. Creer. Yo al menos, el viernes recuperé las ganas de ver a mi equipo.
Adán: Tuvo que intervenir, especialmente en un uno contra uno, porque Las Palmas es un equipo con mucho talento arriba que te va a generar peligro, pero desde luego no fue uno de esos partidos en los que tuvo que salvar al Betis. Ni siquiera le llegaron en tromba como otras veces. Lo que tuvo que hacer, lo hizo a la perfección. Incluso su juego con los pies cobró sentido.
Piccini: El italiano jugó mucho más cómodo como carrilero, con tres centrales que le cubrían la posición, en este caso Pezzella. En alguna ocasión le faltó más rapidez jugando el balón, pero subió, lo intentó, puso alguna buena asistencia, buscó algún pase en profundidad e incluso se atrevió con el disparo. No es que fuese un gran partido suyo pero creo que estuvo al nivel del equipo y no estuvo mal.
Pezzella: Sufrió algo más que el resto por tener que cubrir las subidas del italiano pero en general creo que estuvo a buen nivel. Ha perdido esos nervios que lo acosaban la temporada pasada en la salida de balón y está mejor en esa faceta aunque este partido no fuera el mejor ejemplo de ello. Estuvo bien.
Mandi: En mi opinión hizo un muy buen partido. Tuvo el nivel de acierto en el pase más alto del equipo, muy bien colocado. Fue la misma posición que ocupaba el año pasado en el Stade Reims y se le vio bastante cómodo. Además anotó su primer gol como verdiblanco.
Bruno: Necesitaba algo así Bruno. Un central que el año pasado fue de lo más potable del equipo y que tenía ganas de participar y ser útil. Creo que su partido en general fue bastante bueno, bien en la colocación además de abrir el marcador.
Alex Martínez: Subió con ganas apoyando el juego exterior del equipo e intentó asistir en más de una ocasión. Le faltó algo de confianza para finalizar alguna oportunidad en lugar de buscar el pase pero en general creo que hizo un partido bastante decente.
Petros: A su nivel. Personalmente yo me equivoqué con Petros. Tras verlo en el Corinthians no sabía muy bien como encajaría en el equipo, ni por posición ni por sus cualidades técnicas, pero con trabajo y humildad se ganó el viernes la ovación del público. Te puede gustar más o menos, pero es incontestable que se deja todo en el campo. Se sintió cómodo con Donk cubriendo su espalda y no tener que multiplicarse él siempre. Fue el jugador que más duelos individuales ganó sobre el campo pero esto no sorprende ya. Buen trabajo.
Ryan Donk: Aunque es un jugador al que gusta bastante descolgarse en ataque, durante el partido lo hizo poco. Sabía bien que su función era tapar el centro y respaldar el trabajo y el despliegue de Petros y Ceballos y eso hizo. Cada vez que un jugador de Las Palmas a base de talento superaba a sus compañeros con un regate o un cambio de ritmo, aparecía su presión para ralentizar su jugada y que de nuevo se reubicaran. Un trabajo gris pero que obsequió al equipo con tiempo y recuperación del orden.
Dani Ceballos: Uno de los grandes olvidados por Gustavo Poyet. Teniendo en cuenta que pienso que se sentiría más cómodo en un contexto en el que el Betis debiera crear y tener el balón, su trabajo fue enorme. Recuperó, peleó, luchó y buscó a sus compañeros con criterio dejando multitud de gestos técnicos y demostrando que sí está para jugar. Junto a Petros, el que más corrió y más recuperó, creo que eso dice mucho de su trabajo aunque estuviera algo lejos del área.
Joaquín: Que más habría que decir de Joaquín. Una vez más demostró su compromiso y que se trata del jugador con más rendimiento en la plantilla actualmente. Casi todo lo que hizo lo hizo bien, desde su juego entre líneas a la asistencia que le dio a Rubén o Sanabria o los saques de esquina que dieron lugar a los dos goles.
Rubén Castro: Se le vio con algo de ansiedad por marcar y a veces no decidió bien a causa de ello. Debe cambiar el chip porque volverá a marcar pronto.
Musonda: Salió para hacer el trabajo de Joaquín pero apenas tocó el balón. El Betis con el marcador a favor se limitó a seguir ejecutando el plan en defensa y no buscó demasiado la portería contraria en los aproximadamente quince minutos que estuvo sobre el césped.
Sanabria: Salió por Rubén para fajarse los últimos veinte minutos pero solo pudo cruzar un disparo demasiado. Un gol le haría recuperar esa confianza que ahora parece faltarle.
Brasanac: Salió por un Ceballos muy cansado e intentó continuar con ese trabajo y el despliegue físico. No tuvo tiempo para contribuir demasiado en el partido.
Víctor Sánchez del Amo: Debut soñado para él. Llegar, trabajar unos días y ver un camio tan palpable en el equipo es sin duda mérito suyo. Me da la sensación de tenerlo todo trabajado, desde la táctica a la estrategia, el trato psicológico con los propios jugadores e incluso a la afición con la ya famosa referencia a la manada de lobos. Convenció con trabajo, ahora hay que mantenerlo y demostrar que hay un buen entrenador sentado ahí. A mí me lo pareció. Pronto podremos valorarlo más.
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