No nos engañemos, pese a que el fútbol desplegado por el equipo ha sido poco mejor que pésimo, los motivos que han originado la caída de Poyet no son deportivos. Bajo mi punto de vista la origen de la debacle de Poyet se puede resumir en tres puntos:
- Poyet se planta ante la prensa después del partido del Sevilla - Betis exigiéndoles que hablen del tema del gol anulado. A partir de aquí la prensa no paró de atizar al entrenador y por ende al Betis.
- Poyet recrimina los pitos que la afición dedican al equipo argumentando que en nada ayudan al equipo. Esto originó un gran enfado por gran parte de los aficionados al Betis quienes no creían con derecho al entrenador a dirigirse de esa manera al aficionado del Betis.
- Poyet sienta a Rubén Castro. Esto fue utilizado por la prensa para atacar al entrenador y también sirvió para enfadar más al aficionado del Betis.
Con esto no quiero decir que el fútbol de Poyet haya sido una maravilla o que no habría que haberlo sustituido. Trato de reflexionar en voz alta para que hagamos un poco de autocrítica para evitar que en el futuro nos ocurran cosas parecidas.
Por supuesto que creo que la afición tiene que ser respetada, pero el aficionado debe ser más humilde y aceptar críticas. Yo le doy toda la razón a Poyet en este aspecto: lo único que pedía es que no se creara mal ambiente en casa y que los jugadores no se saliesen del partido.
El tema 'Ruben Castro' es otro tema delicado. Yo no voy a entrar en si debería o no haberlo dejado en el banquillo. Independientemente de eso y por muy jugador leyenda que sea el futbolista, no podemos pretender que juegue todos los partidos hasta que se retire por decreto. Y ya no es solo por este jugador sino por la elaboración de los onces, creo que debemos respetar más las decisiones del entrenador. Aquí cada uno nos creemos entrenador y cada uno tenemos un 11 ideal distinto cada jornada. Es imposible poner de acuerdo a 100.000 personas.
En cuanto a la prensa, ya sabemos qué tipos de profesionales les producen simpatía, aquellos que filtran y les doran la píldora. Ya echaron a Macià, han echado a Poyet y ahora van a por Torrecilla.
Yo lo único que pido, si es que tengo derecho a pedir algo, es tranquilidad y paciencia y que volvamos a ser los que fuimos. Espero que Víctor levante esto y que los béticos podamos recobrar la alegría.
¡Mucho Betis!
- Poyet se planta ante la prensa después del partido del Sevilla - Betis exigiéndoles que hablen del tema del gol anulado. A partir de aquí la prensa no paró de atizar al entrenador y por ende al Betis.
- Poyet recrimina los pitos que la afición dedican al equipo argumentando que en nada ayudan al equipo. Esto originó un gran enfado por gran parte de los aficionados al Betis quienes no creían con derecho al entrenador a dirigirse de esa manera al aficionado del Betis.
- Poyet sienta a Rubén Castro. Esto fue utilizado por la prensa para atacar al entrenador y también sirvió para enfadar más al aficionado del Betis.
Con esto no quiero decir que el fútbol de Poyet haya sido una maravilla o que no habría que haberlo sustituido. Trato de reflexionar en voz alta para que hagamos un poco de autocrítica para evitar que en el futuro nos ocurran cosas parecidas.
Por supuesto que creo que la afición tiene que ser respetada, pero el aficionado debe ser más humilde y aceptar críticas. Yo le doy toda la razón a Poyet en este aspecto: lo único que pedía es que no se creara mal ambiente en casa y que los jugadores no se saliesen del partido.
El tema 'Ruben Castro' es otro tema delicado. Yo no voy a entrar en si debería o no haberlo dejado en el banquillo. Independientemente de eso y por muy jugador leyenda que sea el futbolista, no podemos pretender que juegue todos los partidos hasta que se retire por decreto. Y ya no es solo por este jugador sino por la elaboración de los onces, creo que debemos respetar más las decisiones del entrenador. Aquí cada uno nos creemos entrenador y cada uno tenemos un 11 ideal distinto cada jornada. Es imposible poner de acuerdo a 100.000 personas.
En cuanto a la prensa, ya sabemos qué tipos de profesionales les producen simpatía, aquellos que filtran y les doran la píldora. Ya echaron a Macià, han echado a Poyet y ahora van a por Torrecilla.
Yo lo único que pido, si es que tengo derecho a pedir algo, es tranquilidad y paciencia y que volvamos a ser los que fuimos. Espero que Víctor levante esto y que los béticos podamos recobrar la alegría.
¡Mucho Betis!
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