El Betis cierra filas en torno a Poyet
Tanto el consejo como la dirección deportiva mantienen su confianza en el técnico pero esperan pronto una reacción
Por Mateo González, 1 de noviembre de 2016 5:17 h.
Gustavo Poyet se sentará en el banquillo del Real Betis este domingo en El Madrigal. En el club verdiblanco no hay dudas de ello. A pesar de que el Benito Villamarín, casi de manera unánime, pidiera su marcha el pasado domingo, al uruguayo, con contrato hasta 2019, le queda crédito en Heliópolis. Y, seguramente, más allá del duelo ante el Villarreal, puesto que la idea inicial del cuadro de mandos del Betis es mantener al técnico hasta el duelo frente al Las Palmas y evaluar entonces los resultados obtenidos. Evidentemente, si media un resultado objetivamente desastroso en Villarreal, la estancia de Poyet puede acortarse aprovechando el parón liguero del siguiente fin de semana.
El principal valedor de la continuidad de Poyet es quien apostó por él desde un principio: Miguel Torrecilla. El director deportivo no es amigo de someter a sus proyectos a cambios drásticos y prefire hacer evaluaciones a medio y largo plazo, habitualmente por tercios ligueros. Acaba de superarse la décima jornada, por lo que en la visión de Torrecilla aún hay tiempo para confiar en Poyet.
Y el salmantino no es el único en el club que piensa eso. Evidentemente hay opiniones diferentes pero la general, y de mayor peso, apunta a la permanencia del técnico que ha comenzado el proyecto y con el que el Betis venció recientemente en Pamplona. Lo que no se esconde tampoco desde el club es la preocupación por el juego del equipo, ya que se entiende que no sólo está muy lejos del nivel que se espera de su plantilla, sino que no está acorde a los objetivos expresados antes del arranque de LaLiga. El poco aprovechamiento de los jugadores que tiene a su disposición Poyet, la falta de un sello competitivo y la caída de muchos futbolistas que estaban llamados a ser relevantes son puntos que inquietan en la entidad.
Los contactos entre las partes han sido intensos en las últimas horas. Sin embargo no es algo diferente a otras semanas, incluso cuando ganó el equipo. Poyet se muestra tranquilo pero con ganas de revertir la situación, algo que contrasta con su actitud en el banquillo ante el Español, cuando no salió a la zona técnica en toda la segunda mitad. El uruguayo se ha encontrado con un Betis diferente al que se esperaba y considera que el peso de la herencia recibida está condicionando la percepción de su trabajo pero eso incide en que no tenía información precisa de la entidad a la que iba a llegar, con unas incidencias importantes en las últimas campañas con respecto a su banquillo. De hecho, el Betis no mantiene al técnico que inicia la temporada desde la 2012-13. En las siguiente ocuparon tres preparadores el asiento de mayor responsabilidad deportiva (Pepe Mel, Juan Carlos Garrido y Gabriel Humberto Calderón). En la 2014-15, Julio Velázquez empezó la competición, le sustituyó Juan Merino y acabó la temporada Mel. Al madrileño le tomó el relevo el mismo Merino ya en el ecuador de la 2015-16. Ahora, en la décima jornada, ya se discute el puesto de Poyet.
En el Betis tienen claro ahora que las soluciones que pueden encontrar para el equipo incluyen al técnico uruguayo. En la plantilla han surgido voces, como la de Antonio Adán, uno de los capitanes, defendiendo la continuidad de Poyet. Sin embargo, los irregulares resultados y la falta de preparación del equipo en muchos aspectos han provocado roces ya en la gestión de la plantilla, como es habitual en este tipo de situaciones. Poyet es un técnico nuevo en LaLiga y más de la mitad de su plantilla ha sido renovada con respecto a los integrantes de la pasada temporada. El Villamarín ha explotado en contra del técnico principalmente por el mal juego del grupo verdiblanco, algo que viene agravado por la línea decepcionante del equipo en las temporadas más recientes. Poyet es la punta de lanza de un proyecto que promete cambiar la dinámica de un equipo que aspira a vivir aseado en la zona media de la clasificación y que ahora suma once puntos, a dos del décimo puesto. La frontera que ha de franquear para cumplir el objetivo marcado desde el arranque de la pretemporada. De hecho, el Betis no estará en descenso en el parón, salvo una combinación inversosímil de resultados. Villarreal y, presumiblemente, Las Palmas marcarán el futuro de Poyet en el Betis. Un duelo ante un rival de Liga Europa y el juicio en casa al uruguayo ante un oponente también de la zona media de la tabla como el canario.
Torrecilla bajó en el descanso
Cuando De Burgos Bengoetxea decretó el final de la primera parte en el Betis-Español, la grada del Benito Villamarín pitó a su equipo. Entonces ya tenía decidido Miguel Torrecilla, director deportivo verdiblanco, que iba a bajar al túnel de vestuarios para ver a sus jugadores. Poyet dio su charla señalando cambios tácticos y solicitando mayor intensidad a los suyos, mientras que el director deportivo estaba ya en la zona previa a la entrada de los jugadores al campo para ver sus caras, dar algunas indicaciones y mostrar tanto su apoyo como su deseo de exigencia para que la segunda mitad fuera diferente. No era una imagen habitual la de Torrecilla en esa zona del estadio, ya que en esos momentos suele quedarse en el antepalco departiendo con los asistentes al encuentro. Esto demuestra la preocupación e implicación de Torrecilla en un asunto que se está complicando más de lo que esperaban en el Betis.
Soy yo.. o esta repleto de contradicciones la noticia? Oo
Tanto el consejo como la dirección deportiva mantienen su confianza en el técnico pero esperan pronto una reacción
Por Mateo González, 1 de noviembre de 2016 5:17 h.
Gustavo Poyet se sentará en el banquillo del Real Betis este domingo en El Madrigal. En el club verdiblanco no hay dudas de ello. A pesar de que el Benito Villamarín, casi de manera unánime, pidiera su marcha el pasado domingo, al uruguayo, con contrato hasta 2019, le queda crédito en Heliópolis. Y, seguramente, más allá del duelo ante el Villarreal, puesto que la idea inicial del cuadro de mandos del Betis es mantener al técnico hasta el duelo frente al Las Palmas y evaluar entonces los resultados obtenidos. Evidentemente, si media un resultado objetivamente desastroso en Villarreal, la estancia de Poyet puede acortarse aprovechando el parón liguero del siguiente fin de semana.
El principal valedor de la continuidad de Poyet es quien apostó por él desde un principio: Miguel Torrecilla. El director deportivo no es amigo de someter a sus proyectos a cambios drásticos y prefire hacer evaluaciones a medio y largo plazo, habitualmente por tercios ligueros. Acaba de superarse la décima jornada, por lo que en la visión de Torrecilla aún hay tiempo para confiar en Poyet.
Y el salmantino no es el único en el club que piensa eso. Evidentemente hay opiniones diferentes pero la general, y de mayor peso, apunta a la permanencia del técnico que ha comenzado el proyecto y con el que el Betis venció recientemente en Pamplona. Lo que no se esconde tampoco desde el club es la preocupación por el juego del equipo, ya que se entiende que no sólo está muy lejos del nivel que se espera de su plantilla, sino que no está acorde a los objetivos expresados antes del arranque de LaLiga. El poco aprovechamiento de los jugadores que tiene a su disposición Poyet, la falta de un sello competitivo y la caída de muchos futbolistas que estaban llamados a ser relevantes son puntos que inquietan en la entidad.
Los contactos entre las partes han sido intensos en las últimas horas. Sin embargo no es algo diferente a otras semanas, incluso cuando ganó el equipo. Poyet se muestra tranquilo pero con ganas de revertir la situación, algo que contrasta con su actitud en el banquillo ante el Español, cuando no salió a la zona técnica en toda la segunda mitad. El uruguayo se ha encontrado con un Betis diferente al que se esperaba y considera que el peso de la herencia recibida está condicionando la percepción de su trabajo pero eso incide en que no tenía información precisa de la entidad a la que iba a llegar, con unas incidencias importantes en las últimas campañas con respecto a su banquillo. De hecho, el Betis no mantiene al técnico que inicia la temporada desde la 2012-13. En las siguiente ocuparon tres preparadores el asiento de mayor responsabilidad deportiva (Pepe Mel, Juan Carlos Garrido y Gabriel Humberto Calderón). En la 2014-15, Julio Velázquez empezó la competición, le sustituyó Juan Merino y acabó la temporada Mel. Al madrileño le tomó el relevo el mismo Merino ya en el ecuador de la 2015-16. Ahora, en la décima jornada, ya se discute el puesto de Poyet.
En el Betis tienen claro ahora que las soluciones que pueden encontrar para el equipo incluyen al técnico uruguayo. En la plantilla han surgido voces, como la de Antonio Adán, uno de los capitanes, defendiendo la continuidad de Poyet. Sin embargo, los irregulares resultados y la falta de preparación del equipo en muchos aspectos han provocado roces ya en la gestión de la plantilla, como es habitual en este tipo de situaciones. Poyet es un técnico nuevo en LaLiga y más de la mitad de su plantilla ha sido renovada con respecto a los integrantes de la pasada temporada. El Villamarín ha explotado en contra del técnico principalmente por el mal juego del grupo verdiblanco, algo que viene agravado por la línea decepcionante del equipo en las temporadas más recientes. Poyet es la punta de lanza de un proyecto que promete cambiar la dinámica de un equipo que aspira a vivir aseado en la zona media de la clasificación y que ahora suma once puntos, a dos del décimo puesto. La frontera que ha de franquear para cumplir el objetivo marcado desde el arranque de la pretemporada. De hecho, el Betis no estará en descenso en el parón, salvo una combinación inversosímil de resultados. Villarreal y, presumiblemente, Las Palmas marcarán el futuro de Poyet en el Betis. Un duelo ante un rival de Liga Europa y el juicio en casa al uruguayo ante un oponente también de la zona media de la tabla como el canario.
Torrecilla bajó en el descanso
Cuando De Burgos Bengoetxea decretó el final de la primera parte en el Betis-Español, la grada del Benito Villamarín pitó a su equipo. Entonces ya tenía decidido Miguel Torrecilla, director deportivo verdiblanco, que iba a bajar al túnel de vestuarios para ver a sus jugadores. Poyet dio su charla señalando cambios tácticos y solicitando mayor intensidad a los suyos, mientras que el director deportivo estaba ya en la zona previa a la entrada de los jugadores al campo para ver sus caras, dar algunas indicaciones y mostrar tanto su apoyo como su deseo de exigencia para que la segunda mitad fuera diferente. No era una imagen habitual la de Torrecilla en esa zona del estadio, ya que en esos momentos suele quedarse en el antepalco departiendo con los asistentes al encuentro. Esto demuestra la preocupación e implicación de Torrecilla en un asunto que se está complicando más de lo que esperaban en el Betis.
Soy yo.. o esta repleto de contradicciones la noticia? Oo
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