Re: Biriprensa....Se puede vetar en el Villamarín?
SEPUEDE SER MAS BIRI PROVOCADOR ??? LO QUE DICE EL BIRI JESUS SEVILLANO. QUE POCA VERGUENZA TIENE.
Sin afición rival: Ausencia de color en los derbis en el campo contrario
En el partido del sábado no habrá grupo de sevillistas por las obras que el Betis está acometiendo en el Gol Sur del Benito Villamarín
Por Jesús Sevillano, 24 de febrero de 2017 2:30 h.
Al margen del propio fútbol, los goles, las paradas de los porteros y las polémicas protagonizadas por los árbitros, lo que más salsa le da a los derbis sevillanos es la pasión que las aficiones del Real Betis Balompié y del Sevilla F. C. le ponen a estos partidos. Es común ver en los últimos enfrentamientos -que se han producido tanto en LaLiga como en la Copa del Rey e incluso en la Liga Europa- que tanto en el Ramón Sánchez-Pizjuán como en el Benito Villamarín todo el campo sea rojo o verde salvo una esquina acotada para aficiones visitantes que luce los colores del equipo rival. Pero en esta ocasión, en el choque que béticos y sevilistas dirimirán mañana en Heliópolis, no habrá seguidores visitantes. El motivo no es otro que el club verdiblanco está acometiendo unas obras de remodelación de la grada de Gol Sur de su estadio y por eso no está poniendo a disposición de los equipos rivales los paquetes de entradas correspondientes en función del aforo del campo y del número de socios que tiene en la presente temporada. Así las cosas, aunque sí han salido entradas a la venta en los días previos al encuentro, a la que han tenido acceso tanto aficionados béticos como sevillistas, no habrá un nutrido grupo de seguidores visitantes como tal en territorio bético.
Pero el del sábado será el último episodio de una serie, corta eso sí, de encuentros de máxima rivalidad hispalense en los que no ha habido seguidores visitantes en campo rival, a lo que habría que sumar que un derbi, muy recordado, que se jugó a puerta cerrada, sin público. Por comenzar cronológicamente, que se recuerde y haya constancia, en el derbi del 2 de marzo del año 2003 que el Sevilla ganó en el Villamarín con un tanto del gallego Marcos Vales no hubo seguidores sevillistas. El por entonces presidente bético, Manuel Ruiz de Lopera, se negó a devolver el habitual intercambio de entradas entre ambas entidades después de los graves incidentes acaecidos en el encuentro de la primera vuelta en el Sánchez-Pizjuán. En aquel encuentro, un miembro de la seguridad privada que contrataba habitualmente el club de Nervión fue brutalmente agredido con una muleta por un seguidor del Gol Norte sevillista. Además, otro seguidor local se lanzó al terreno de juego y se abalanzó sobre el portero bético, el balear Toni Prats, al que intentó agredir con un mechero. Por todo ello y por el continuo lanzamiento de objetos sobre el terreno de juego, al Sevilla le costó el cierre de su estadio por cuatro partidos. También, como el Comité de Competición consideró los incidentes como «muy graves», se impuso una multa de 3.500 euros a club sevillista.
Pero quizás lo peor que ha ocurrido en un derbi sevillano fue el 28 de febrero del año 2007. Aquel Día de Andalucía se iba a terminar celebrando con el encuentro de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey entre el Betis y el Sevilla en el Villamarín. En la ida, el 0-0 final dejó todo abierto para el choque de vuelta, pese a las ya diferencias deportivas existentes entre un equipo y otro. Pero al segundo partido se llegó después de una semana marcada por las polémicas declaraciones que se cruzaron entre los directivos de uno y otro equipo porque, tras una serie de desperfectos en la zona acotada para seguidores visitantes en Heliópolis, el Betis no envió entradas al Sevilla por «motivos de seguridad», según adujeron en la entidad bética ya que esa parte de la grada quedaba inutilizada para acoger a aficionados. Del Nido, entonces presidente nervionense, llegó a decir que si su afición no iba, él tampoco pero finalmente encabezó la expedición de su equipo. Eso sí, el mandatario sevillista fue sentado por el protocolo bético en una esquina del palco, en un asiento sobre el que el club verdiblanco había colocado un busto de Lopera. Eran los años en los que las relaciones entre ambos clubes estaban más tensas, lo que provocaba estos episodios vergonzosos para ambas aficiones y para la imagen de la ciudad de Sevilla. En lo deportivo, aquella noche transcurrió bajo la normalidad deportiva de aquellos tiempos, con el Sevilla mejor que el Betis, aunque sin ocasiones excesivamente claras ante las porterías que defendían Contreras y Palop. Fruto del dominio visitante, Kanouté adelantó al equipo dirigido por Juande Ramos antes del minuto quince del segundo tiempo y todo lo que pasó después pasó a la historia negra de los derbis sevillanos. En la celebración del tanto en el banquillo visitante, una botella impactó sobre el técnico manchego, momento en el que el colegiado Undiano Mallenco suspendió inmediatamente el encuentro. Quedaban treinta y tres minutos por jugarse, pero el árbitro decidió que aquel lamentable suceso acabara con el derbi. Eso sí, el Comité de Competición no dio por finalizado el choque, dado que aún quedaba mucho tiempo de fútbol por delante y optó por una decisión salomónica: lo que quedaba por disputarse se debía jugar en un terreno de juego neutral y sin público, a puerta cerrada, sólo con la presencia de los jugadores, los cuerpos técnicos los directivos y la prensa.
Y así fue. El estadio elegido fue el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe. Sí, a 540 kilómetros de Sevilla. El encuentro ya llegaba viciado por lo ocurrido en Heliópolis y el entonces presidente bético, José León, dijo antes de viajar que el encuentro «era un trámite», lo que terminó pasando. Fue considerado como el derbi más largo de la historia, porque empezó el 28 de febrero y terminó el 20 de marzo. El resultado no varió en esa media hora final y el Sevilla fue el equipo que se clasificó para las semifinales de un torneo que precisamente los nervionenses ganaron, tras vencer al sorprendente Getafe de Ángel Torres y Bernd Schuster en la final celebrada el 23 de junio en el Santiago Bernabéu.
En este repaso a derbis sin seguidores visitantes en el campo rival o sin aficiones no se recuerda, en tiempos actuales, que haya habido ausencia de béticos en el campo del Sevilla, aunque en lo deportivo se hayan llevado decepciones como un 5-1 en noviembre del año 2012, el 4-0 justo un año después y el 6-0 de la eliminatoria de la Copa del Rey disputada el pasado curso.
Jesús Sevillano
Y SE QUEDA TAN PANCHO EL ************. Se le olvida el cuchillo, se le olvidan muchas cosas, y encima se regodea que nos metieron goleadas... en fin
SEPUEDE SER MAS BIRI PROVOCADOR ??? LO QUE DICE EL BIRI JESUS SEVILLANO. QUE POCA VERGUENZA TIENE.
Sin afición rival: Ausencia de color en los derbis en el campo contrario
En el partido del sábado no habrá grupo de sevillistas por las obras que el Betis está acometiendo en el Gol Sur del Benito Villamarín
Por Jesús Sevillano, 24 de febrero de 2017 2:30 h.
Al margen del propio fútbol, los goles, las paradas de los porteros y las polémicas protagonizadas por los árbitros, lo que más salsa le da a los derbis sevillanos es la pasión que las aficiones del Real Betis Balompié y del Sevilla F. C. le ponen a estos partidos. Es común ver en los últimos enfrentamientos -que se han producido tanto en LaLiga como en la Copa del Rey e incluso en la Liga Europa- que tanto en el Ramón Sánchez-Pizjuán como en el Benito Villamarín todo el campo sea rojo o verde salvo una esquina acotada para aficiones visitantes que luce los colores del equipo rival. Pero en esta ocasión, en el choque que béticos y sevilistas dirimirán mañana en Heliópolis, no habrá seguidores visitantes. El motivo no es otro que el club verdiblanco está acometiendo unas obras de remodelación de la grada de Gol Sur de su estadio y por eso no está poniendo a disposición de los equipos rivales los paquetes de entradas correspondientes en función del aforo del campo y del número de socios que tiene en la presente temporada. Así las cosas, aunque sí han salido entradas a la venta en los días previos al encuentro, a la que han tenido acceso tanto aficionados béticos como sevillistas, no habrá un nutrido grupo de seguidores visitantes como tal en territorio bético.
Pero el del sábado será el último episodio de una serie, corta eso sí, de encuentros de máxima rivalidad hispalense en los que no ha habido seguidores visitantes en campo rival, a lo que habría que sumar que un derbi, muy recordado, que se jugó a puerta cerrada, sin público. Por comenzar cronológicamente, que se recuerde y haya constancia, en el derbi del 2 de marzo del año 2003 que el Sevilla ganó en el Villamarín con un tanto del gallego Marcos Vales no hubo seguidores sevillistas. El por entonces presidente bético, Manuel Ruiz de Lopera, se negó a devolver el habitual intercambio de entradas entre ambas entidades después de los graves incidentes acaecidos en el encuentro de la primera vuelta en el Sánchez-Pizjuán. En aquel encuentro, un miembro de la seguridad privada que contrataba habitualmente el club de Nervión fue brutalmente agredido con una muleta por un seguidor del Gol Norte sevillista. Además, otro seguidor local se lanzó al terreno de juego y se abalanzó sobre el portero bético, el balear Toni Prats, al que intentó agredir con un mechero. Por todo ello y por el continuo lanzamiento de objetos sobre el terreno de juego, al Sevilla le costó el cierre de su estadio por cuatro partidos. También, como el Comité de Competición consideró los incidentes como «muy graves», se impuso una multa de 3.500 euros a club sevillista.
Pero quizás lo peor que ha ocurrido en un derbi sevillano fue el 28 de febrero del año 2007. Aquel Día de Andalucía se iba a terminar celebrando con el encuentro de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey entre el Betis y el Sevilla en el Villamarín. En la ida, el 0-0 final dejó todo abierto para el choque de vuelta, pese a las ya diferencias deportivas existentes entre un equipo y otro. Pero al segundo partido se llegó después de una semana marcada por las polémicas declaraciones que se cruzaron entre los directivos de uno y otro equipo porque, tras una serie de desperfectos en la zona acotada para seguidores visitantes en Heliópolis, el Betis no envió entradas al Sevilla por «motivos de seguridad», según adujeron en la entidad bética ya que esa parte de la grada quedaba inutilizada para acoger a aficionados. Del Nido, entonces presidente nervionense, llegó a decir que si su afición no iba, él tampoco pero finalmente encabezó la expedición de su equipo. Eso sí, el mandatario sevillista fue sentado por el protocolo bético en una esquina del palco, en un asiento sobre el que el club verdiblanco había colocado un busto de Lopera. Eran los años en los que las relaciones entre ambos clubes estaban más tensas, lo que provocaba estos episodios vergonzosos para ambas aficiones y para la imagen de la ciudad de Sevilla. En lo deportivo, aquella noche transcurrió bajo la normalidad deportiva de aquellos tiempos, con el Sevilla mejor que el Betis, aunque sin ocasiones excesivamente claras ante las porterías que defendían Contreras y Palop. Fruto del dominio visitante, Kanouté adelantó al equipo dirigido por Juande Ramos antes del minuto quince del segundo tiempo y todo lo que pasó después pasó a la historia negra de los derbis sevillanos. En la celebración del tanto en el banquillo visitante, una botella impactó sobre el técnico manchego, momento en el que el colegiado Undiano Mallenco suspendió inmediatamente el encuentro. Quedaban treinta y tres minutos por jugarse, pero el árbitro decidió que aquel lamentable suceso acabara con el derbi. Eso sí, el Comité de Competición no dio por finalizado el choque, dado que aún quedaba mucho tiempo de fútbol por delante y optó por una decisión salomónica: lo que quedaba por disputarse se debía jugar en un terreno de juego neutral y sin público, a puerta cerrada, sólo con la presencia de los jugadores, los cuerpos técnicos los directivos y la prensa.
Y así fue. El estadio elegido fue el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe. Sí, a 540 kilómetros de Sevilla. El encuentro ya llegaba viciado por lo ocurrido en Heliópolis y el entonces presidente bético, José León, dijo antes de viajar que el encuentro «era un trámite», lo que terminó pasando. Fue considerado como el derbi más largo de la historia, porque empezó el 28 de febrero y terminó el 20 de marzo. El resultado no varió en esa media hora final y el Sevilla fue el equipo que se clasificó para las semifinales de un torneo que precisamente los nervionenses ganaron, tras vencer al sorprendente Getafe de Ángel Torres y Bernd Schuster en la final celebrada el 23 de junio en el Santiago Bernabéu.
En este repaso a derbis sin seguidores visitantes en el campo rival o sin aficiones no se recuerda, en tiempos actuales, que haya habido ausencia de béticos en el campo del Sevilla, aunque en lo deportivo se hayan llevado decepciones como un 5-1 en noviembre del año 2012, el 4-0 justo un año después y el 6-0 de la eliminatoria de la Copa del Rey disputada el pasado curso.
Jesús Sevillano
Y SE QUEDA TAN PANCHO EL ************. Se le olvida el cuchillo, se le olvidan muchas cosas, y encima se regodea que nos metieron goleadas... en fin
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