Unai Emery es pasado en Nervión. El vasco se fue sin cerrar el debate en torno a su persona, algo increíble a tenor de lo cosechado para el club sevillista en la opinión de quien escribe. Con la salida del ex del Valencia a París, al Pizjuán llegó Jorge Sampaoli. Un técnico el argentino que ha gustado de siempre mucho cuando se le veía en la distancia, pero que una vez aquí hace florecer las dudas día a día.
Le echó bemoles el hombre el día que dijo que su “estilo” es innegociable para todos y que la parroquia nervionense se fuera acostumbrando a esto. A esto digo de meter supuestamente muchos goles y que el rival también te los haga. Luego, en algún que otro partido, ese “estilo” no ha estado ni por asomo. Este sudamericano, de buenos vocablos, en esta su primera andadura a solas en Europa y sin selecciones ya empieza a saber de qué va el cuento. En Turín, pensaría, si sigo con lo mío al descanso vamos a estar destrozados. Mejor sin delantero. Ojo que un empate en Italia lo hubiera firmado hasta el más chulo del lugar, pero entonces… ¿Cuál es el estilo tan novedoso que ha traído este hombre a Nervión? Esta noche lo tendrá, no tengo dudas. Al menos desde primera hora, otra cosa es que el encuentro no vaya por los derroteros que Sampaoli quiera y termine por tener sobre el césped a 6 defensas, por ejemplo.
La idea de no ser idéntico en muchas cosas a otros conjuntos y técnicos me parece correcta. La manera en que ha perdido finales y puntos de un tiempo acá, no tanto. Es sencillo llegar con la túnica sagrada de que hay algo que se ha inventado por su parte en el fútbol y que no conocemos, y ver pasar los choques sin ton ni son a ver si se ganan o no. Pero entonces que nos aclaren por el resto de barrios si el aterrizaje de Sampaoli en el Sevilla es cosa de dar continuidad o garantías de éxito, o de un “a ver qué pasa” en determinados meses y partidos, y cuya defensa militar va a ser siempre la misma por parte de quienes tienen el paraguas anti críticas: Denle tiempo.
Le echó bemoles el hombre el día que dijo que su “estilo” es innegociable para todos y que la parroquia nervionense se fuera acostumbrando a esto. A esto digo de meter supuestamente muchos goles y que el rival también te los haga. Luego, en algún que otro partido, ese “estilo” no ha estado ni por asomo. Este sudamericano, de buenos vocablos, en esta su primera andadura a solas en Europa y sin selecciones ya empieza a saber de qué va el cuento. En Turín, pensaría, si sigo con lo mío al descanso vamos a estar destrozados. Mejor sin delantero. Ojo que un empate en Italia lo hubiera firmado hasta el más chulo del lugar, pero entonces… ¿Cuál es el estilo tan novedoso que ha traído este hombre a Nervión? Esta noche lo tendrá, no tengo dudas. Al menos desde primera hora, otra cosa es que el encuentro no vaya por los derroteros que Sampaoli quiera y termine por tener sobre el césped a 6 defensas, por ejemplo.
La idea de no ser idéntico en muchas cosas a otros conjuntos y técnicos me parece correcta. La manera en que ha perdido finales y puntos de un tiempo acá, no tanto. Es sencillo llegar con la túnica sagrada de que hay algo que se ha inventado por su parte en el fútbol y que no conocemos, y ver pasar los choques sin ton ni son a ver si se ganan o no. Pero entonces que nos aclaren por el resto de barrios si el aterrizaje de Sampaoli en el Sevilla es cosa de dar continuidad o garantías de éxito, o de un “a ver qué pasa” en determinados meses y partidos, y cuya defensa militar va a ser siempre la misma por parte de quienes tienen el paraguas anti críticas: Denle tiempo.
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