Desde hace más de una década, Rubén Castro tiene una cuenta pendiente con el Betis. No en vano, un 'chicharro'suyo sirvió como punto de origen a la mejor racha del Deportivo de La Coruña en el Benito Villamarín, que ha puntuado en sus últimas seis visitas al coliseo verdiblanco, con un balance de cuatro triunfos y dos empates. Una dinámica que supera a la que firmó la escuadra gallega entre las temporadas 97/98 y 03/04 (tres victorias y un par de igualadas) y a la que el delantero canario intentará ponerle fin dentro de tres días.
Hasta el momento, el de La Isleta ha fracasado en los dos intentos que ha llevado a cabo para cambiar las cosas. Tanto en la campaña 12/13 (1-1) como en la 15/16 (1-2), estuvo siempre sobre el terreno de juego, aunque se terminó yendo de vacío. El viernes, intentará hacer realidad eso de que a la tercera va la vencida.
Para ello, no estaría mal que repitiese, aunque cambiando de bando, lo que hizo en la tarde de aquel 12 de febrero de 2006. Entonces, Rubén Castro, que el curso anterior estuvo cedido en el Albacete, intentaba hacerse con un sitio en la delantera deportivista, donde tenía que pelear con arietes de la talla de Tristán o Munitis. Esta circunstancia hizo que se convirtiese en un suplente habitual, obligándole a tener que aprovechar el máximo los pocos minutos que le concedía Joaquín Caparrós.
Y eso fue precisamente lo que hizo en el Benito Villamarín. Sustituyó a Munitis en el 77’ y apenas un cuarto de hora después, ya en el tiempo de prolongación, decidió la contienda. Duscher comenzó la jugada, le dio la pelota a Romero y éste sirvió desde la izquierda un medido centro al área que el canario, tras fusilar sin contemplaciones a Doblas, convirtió en el 0-1.
Aquel resultado situó al Betis, al que le estaba pesando en exceso su aventura europea (ya había sido eliminado en la Champions, pero le quedaba por delante la UEFA), a sólo dos puntos del descenso, mientras que los gallegos se colocaban al acecho de la zona noble de la tabla.
Sea como fuere, ese partido marcó el inicio de una racha sin igual para el Deportivo, que no volvió a visitar el Benito Villamarín con Rubén Castro en sus filas, pero que sí se acostumbró a puntuar en La Palmera. Empató a uno en la campaña 06/07 y ganó en los cursos 07/08 (0-1) y 08/09 (0-3). Y ya con el ‘24’ vestido de verdiblanco, como se dijo anteriormente, llegó una nueva igualada (1-1 en la 12/13) y otro triunfo más (1-2 en la 15/16).
Con todo ello, hay que remontarse a la 04/05 para ver la última victoria bética como local sobre la escuadra de Riazor. Fue por 2-0 gracias dos tantos de Assunçao que colocaron al conjunto heliopolitano tercero, empatado a puntos con el eterno rival y peleando por entrar en Champions. En aquel equipo estaba, igual que en el de la 05/06, Joaquín (sustituido por Denilson en el 79’), quien ahora sueña con volver a celebrar algo igual once años después. Si eso ocurriese, sería sinónimo también de que Rubén lograría su segundo triunfo en un Betis-Depor, saldando así su deuda.
Cuenta pendiente - Estadio deportivo
Así que creo que deberíamos empezar a ponernos las pilas y no pensar que ese partido está ganado ni mucho menos.
Hasta el momento, el de La Isleta ha fracasado en los dos intentos que ha llevado a cabo para cambiar las cosas. Tanto en la campaña 12/13 (1-1) como en la 15/16 (1-2), estuvo siempre sobre el terreno de juego, aunque se terminó yendo de vacío. El viernes, intentará hacer realidad eso de que a la tercera va la vencida.
Para ello, no estaría mal que repitiese, aunque cambiando de bando, lo que hizo en la tarde de aquel 12 de febrero de 2006. Entonces, Rubén Castro, que el curso anterior estuvo cedido en el Albacete, intentaba hacerse con un sitio en la delantera deportivista, donde tenía que pelear con arietes de la talla de Tristán o Munitis. Esta circunstancia hizo que se convirtiese en un suplente habitual, obligándole a tener que aprovechar el máximo los pocos minutos que le concedía Joaquín Caparrós.
Y eso fue precisamente lo que hizo en el Benito Villamarín. Sustituyó a Munitis en el 77’ y apenas un cuarto de hora después, ya en el tiempo de prolongación, decidió la contienda. Duscher comenzó la jugada, le dio la pelota a Romero y éste sirvió desde la izquierda un medido centro al área que el canario, tras fusilar sin contemplaciones a Doblas, convirtió en el 0-1.
Aquel resultado situó al Betis, al que le estaba pesando en exceso su aventura europea (ya había sido eliminado en la Champions, pero le quedaba por delante la UEFA), a sólo dos puntos del descenso, mientras que los gallegos se colocaban al acecho de la zona noble de la tabla.
Sea como fuere, ese partido marcó el inicio de una racha sin igual para el Deportivo, que no volvió a visitar el Benito Villamarín con Rubén Castro en sus filas, pero que sí se acostumbró a puntuar en La Palmera. Empató a uno en la campaña 06/07 y ganó en los cursos 07/08 (0-1) y 08/09 (0-3). Y ya con el ‘24’ vestido de verdiblanco, como se dijo anteriormente, llegó una nueva igualada (1-1 en la 12/13) y otro triunfo más (1-2 en la 15/16).
Con todo ello, hay que remontarse a la 04/05 para ver la última victoria bética como local sobre la escuadra de Riazor. Fue por 2-0 gracias dos tantos de Assunçao que colocaron al conjunto heliopolitano tercero, empatado a puntos con el eterno rival y peleando por entrar en Champions. En aquel equipo estaba, igual que en el de la 05/06, Joaquín (sustituido por Denilson en el 79’), quien ahora sueña con volver a celebrar algo igual once años después. Si eso ocurriese, sería sinónimo también de que Rubén lograría su segundo triunfo en un Betis-Depor, saldando así su deuda.
Cuenta pendiente - Estadio deportivo
Así que creo que deberíamos empezar a ponernos las pilas y no pensar que ese partido está ganado ni mucho menos.
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