Betis: las rescisiones condicionan el gasto final por el central
Las negociaciones con Digard, Kadir, Portillo y Vargas marcarán el nivel económico al que puede acceder la dirección deportiva
Por Mateo González, 22 de agosto de 2016 5:06 h.
La dura derrota ante el Barcelona no desdibuja los planes que el Betis tenía para estos últimos días previos al cierre del mercado de fichajes. En la planificación proyectada por Miguel Torrecilla y Gustavo Poyet, y fiscalizada por los rectores del club, lo que resta es un central polivalente que maneje la pierna izquierda. La idea de que pueda jugar en varias posiciones es fundamental en las contrataciones del director deportivo y es un valor para algunos fichajes que ya están en el equipo. Sin embargo el nivel de los candidatos, que ya están estudiados convenientemente, según fuentes del club, subirá o bajará en función de las rescisiones que el Betis tiene que pactar con los cuatro futbolistas con los que no cuenta entre los que siguen en nómina: Vargas, Digard, Portillo y Kadir.
Lo que quiere decir esto es que el Betis, a pesar de que cuenta con cierta disponibilidad económica para acometer la contratación que los técnicos consideran necesaria para apuntalar la defensa, ésta se ampliaría en función del ahorro en las salidas de estos cuatro futbolistas, dada la rigidez del control económico de la Liga de Fútbol Profesional y que el Betis, este verano, ha apurado hasta el final estos márgenes para reforzar al equipo puesto que, según estimaciones no oficiales, el club heliopolitano se habría gastado cerca de 21 millones de euros para recomponer su plantel. Así, en el Betis no quieren lanzarse a por los primeros centrales disponibles en la horquilla menor sino que aspirarán a un jugador que suba el nivel de lo que ya tienen en la plantilla en esa posición (Mandi, Pezzella, Bruno y José Carlos) y, al mismo tiempo, aprovechar las oportunidades que puede ofrecer el mercado en estos días previos al cierre del 31 de agosto, aunque sin los riesgos innecesarios de la pasada campaña, cuando el club inscribió a Joaquín y Van Wolfswinkel muy al límite.
La contratación de David López ha supuesto una presión algo menor para las arcas béticas que la del resto de candidatos para el mediocentro. Principalmente porque el acuerdo con el Nápoles, que aún debe sellarse en las próximas horas toda vez que el futbolista ha pasado el fin de semana en Sevilla y ha superado los reconocimientos médicos, supone que el Betis abone los 3,5 millones de euros por el centrocampista a plazos, por lo que el gasto no se imputa por completo en la presente campaña, algo que sí era más evidente con el altísimo salario que tiene Benjamin Stambouli. En todo caso, haber encarrilado el acuerdo para la salida de Xavi Torres también facilitó las cosas, en la parcela económica, para la cabida de David López en la plantilla bética.
Lo cierto es que el Betis, como todos los equipos, ha de vivir en ese delicado equilibrio para invertir todo el dinero posible pero sin pasarse entre los jugadores de la primera plantilla. De esta manera el acuerdo en el club es tratar de concretar las rescisiones con Vargas, Digard, Portillo y Kadir, o al menos dos de ellos primero, para tener una perspectiva real de la disponibilidad para contratar al central elegido, que también podría llegar cedido a Heliópolis.
Y las salidas de estos jugadores no están siendo fáciles. El Leganés pretende a Kadir pero sólo con la carta de libertad y el Betis está cerca de pactar la salida del franco-argelino, mientras que con Portillo los diálogos se acercan más a una rescisión que a una cesión debido a que las propuestas de equipos de Primera y Segunda que han llegado a la mesa del futbolista no han sido aceptadas. En cuanto a Digard, el Betis sigue esperando que el futbolista aclare su futuro en el mercado francés para resolver su contrato, también a través de una indemnización. Con Vargas los problemas son mayores, ya que pide una cantidad excesiva, según el club, para romper la vinculación.
Betis: las rescisiones condicionan el gasto final por el central - Al final de la Palmera
Las negociaciones con Digard, Kadir, Portillo y Vargas marcarán el nivel económico al que puede acceder la dirección deportiva
Por Mateo González, 22 de agosto de 2016 5:06 h.
La dura derrota ante el Barcelona no desdibuja los planes que el Betis tenía para estos últimos días previos al cierre del mercado de fichajes. En la planificación proyectada por Miguel Torrecilla y Gustavo Poyet, y fiscalizada por los rectores del club, lo que resta es un central polivalente que maneje la pierna izquierda. La idea de que pueda jugar en varias posiciones es fundamental en las contrataciones del director deportivo y es un valor para algunos fichajes que ya están en el equipo. Sin embargo el nivel de los candidatos, que ya están estudiados convenientemente, según fuentes del club, subirá o bajará en función de las rescisiones que el Betis tiene que pactar con los cuatro futbolistas con los que no cuenta entre los que siguen en nómina: Vargas, Digard, Portillo y Kadir.
Lo que quiere decir esto es que el Betis, a pesar de que cuenta con cierta disponibilidad económica para acometer la contratación que los técnicos consideran necesaria para apuntalar la defensa, ésta se ampliaría en función del ahorro en las salidas de estos cuatro futbolistas, dada la rigidez del control económico de la Liga de Fútbol Profesional y que el Betis, este verano, ha apurado hasta el final estos márgenes para reforzar al equipo puesto que, según estimaciones no oficiales, el club heliopolitano se habría gastado cerca de 21 millones de euros para recomponer su plantel. Así, en el Betis no quieren lanzarse a por los primeros centrales disponibles en la horquilla menor sino que aspirarán a un jugador que suba el nivel de lo que ya tienen en la plantilla en esa posición (Mandi, Pezzella, Bruno y José Carlos) y, al mismo tiempo, aprovechar las oportunidades que puede ofrecer el mercado en estos días previos al cierre del 31 de agosto, aunque sin los riesgos innecesarios de la pasada campaña, cuando el club inscribió a Joaquín y Van Wolfswinkel muy al límite.
La contratación de David López ha supuesto una presión algo menor para las arcas béticas que la del resto de candidatos para el mediocentro. Principalmente porque el acuerdo con el Nápoles, que aún debe sellarse en las próximas horas toda vez que el futbolista ha pasado el fin de semana en Sevilla y ha superado los reconocimientos médicos, supone que el Betis abone los 3,5 millones de euros por el centrocampista a plazos, por lo que el gasto no se imputa por completo en la presente campaña, algo que sí era más evidente con el altísimo salario que tiene Benjamin Stambouli. En todo caso, haber encarrilado el acuerdo para la salida de Xavi Torres también facilitó las cosas, en la parcela económica, para la cabida de David López en la plantilla bética.
Lo cierto es que el Betis, como todos los equipos, ha de vivir en ese delicado equilibrio para invertir todo el dinero posible pero sin pasarse entre los jugadores de la primera plantilla. De esta manera el acuerdo en el club es tratar de concretar las rescisiones con Vargas, Digard, Portillo y Kadir, o al menos dos de ellos primero, para tener una perspectiva real de la disponibilidad para contratar al central elegido, que también podría llegar cedido a Heliópolis.
Y las salidas de estos jugadores no están siendo fáciles. El Leganés pretende a Kadir pero sólo con la carta de libertad y el Betis está cerca de pactar la salida del franco-argelino, mientras que con Portillo los diálogos se acercan más a una rescisión que a una cesión debido a que las propuestas de equipos de Primera y Segunda que han llegado a la mesa del futbolista no han sido aceptadas. En cuanto a Digard, el Betis sigue esperando que el futbolista aclare su futuro en el mercado francés para resolver su contrato, también a través de una indemnización. Con Vargas los problemas son mayores, ya que pide una cantidad excesiva, según el club, para romper la vinculación.
Betis: las rescisiones condicionan el gasto final por el central - Al final de la Palmera
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