Si las vecinas hubieran jugado la primera jornada contra el Barcelona en su campo habrían perdido 3-0, como así pasó hace unos días. Puede que le hubiera caído algún gol más, porque en aquel partido el Barcelona ya llevaba un 5-0 en el global de la eliminatoria y no necesitaba más goles, aparte que no contaban para el pichichi, así que con 3-0 les valía.
El caso es que ahora tendríamos al equipo de las vecinas como colista, con -3 de golaverage, y a prensa y aficionados diciendo que este equipo no tiene gol, y que no tiraban a puerta las criaturas. De hecho, basta leer la prensa de hace unos días o diversos foros para ver que eso fue lo que pasó: está escrito.

Y si en la primera jornada el Betis hubiera jugado contra el Español en casa, lo mismo ganaba por 1-0. Nada espectacular, un partido normal y luchado, pero bastante probable. Tendríamos ahora mismo al Betis colíder junto a Barcelona.

Así que el equipo de las vecinas llegaría al segundo partido como colista, con dudas tras su primer partido goleado, sin haber marcado un solo gol, con la afición diciendo que no le marcan ni al arcoiris, y con los jugadores engarrotados sintiendo la presión de los aficionados, que saben que en ese segundo partido no les van a perdonar ni un error. Y cuidado como empiecen perdiendo, que la cosa puede ponerse preocupante.
Y el Betis haría su primera salida con la tranquilidad de saberse colíder, con 3 puntos y habiendo ganado en casa, y sin presión alguna.

Y lo que cambia en esta historia ha sido el orden de los partidos iniciales. Hay que ver la importancia que tiene el orden de los partidos, aunque parezca mentira.


Ojo, que pongo al equipo de las vecinas de casualidad, porque son ellos a los que les acaba de meter 3-0 el Barcelona, y ahora están colíderes con ellos. Si la Supercopa la hubiera jugado el Osasuna, pues ese equipo pondría de ejemplo. No tiene más misterio