Se anuncia el final de agosto en las playas españolas, las zonas costeras apuran sus últimas semanas de vorágine, al tiempo que la competición liguera abre el telón. De nuevo, el Betis tiene la oportunidad de competir encuadrado entre los 20 mejores equipos del territorio nacional, con un plantel completamente remozado como costumbre veraniega, ahora bajo el sello de Miguel Torrecilla, a lo que se une la modificación del equipo técnico, que abandera el entrenador Gustavo Poyet, con quien llega el respetado Marcos Álvarez, para ocuparse de la preparación física, noticia que ha tenido un efecto más que positivo en el beticismo.
Una vez transcurrida la extensa y ardua pretemporada, la cual ha arrojado unos resultados bastante aseados, por la cantidad de victorias, a la par que dubitativos en lo que ha sensaciones de juego respecta; el azar del sorteo del calendario deparó un baile con la más fea a las primeras de cambio. Sin embargo, si existe posibilidad –por remota que resulte- de sumar en el Camp Nou, ésta reside en rendir visita a la Ciudad Condal cuando la maquinaria del monstruo aún no esté totalmente engrasada, y a falta de alguna que otra pieza clave.
La puesta de largo de Poyet a las órdenes del primer equipo verdiblanco se enmarcará en el contexto de uno de los escenarios más imponentes del fútbol mundial, hecho que no puede ser más motivador para un novato en el fútbol español. El uruguayo, habiendo exprimido a sus jugadores durante varias semanas de aclimatación por ambas partes, ha emitido su primer veredicto, con alguna que otra sorpresa, dejando fuera de sus planes para competir en el Camp Nou al refuerzo ucraniano Zozulya y Álex Martínez, lesionado.
El nuevo Betis se dispone a dar sus primeros pasos, topándose con el peor enemigo posible, el mejor equipo del mundo según hablan las estadísticas, aunque no cabe duda de que es un momento único para comparecer ante la muchedumbre futbolística. De la mano de los Mandi, Jonas Martin o Sanabria, renovados referentes de la plantilla -a falta de contados retoques-, junto al arsenal de temporadas pasadas, del que se desprende el mejor jugador de la historia bética, quien responde al nombre de Rubén Castro, el conjunto verdiblanco saltará al césped del estadio azulgrana con la necesidad de competir ante el recientemente proclamada “supercampeón” nacional, si no lo era ya tras conquistar Liga y Copa la pasada temporada.
En el bando barcelonés, Luis Enrique, quien habla de que “tiene la mejor plantilla desde que entrena al Barça”, reservó a sus mejores hombres –véase Jordi Alba, Piqué, Rakitic o Luis Suárez- el pasado miércoles ante el Sevilla en la vuelta de la Supercopa de España, a expensas de un comienzo de campeonato exigente. No estarán en el duelo de esta tarde Ter Stegen, Mathieu, Iniesta y Mascherano, lesionados, a los que se les une André Gomes, que acarrea sanción desde la temporada pasada, toda vez que Neymar y Rafinha tampoco estarán disponibles, ya que se encuentran en Río buscando el oro olímpico para Brasil.
El libro de LaLiga Santander, en su episodio 2016-17, escribe sus primeras líneas ya consumidos los tiempos de espera y experimentación. Turno de jugar las mejores cartas, aquellas que aseguren un servicio de mayores garantías. La hinchada espera intranquila, su Betis vuelve a caminar. El arbitraje corre a cargo del experimentado Undiano Mallenco, en un partido que comenzará a las 18:15 horas, emitido por la plataforma televisiva BeIn LaLiga.
Alineaciones probables:
Barça: Bravo; Sergi Roberto, Piqué, Umtiti, Jordi Alba; Busquets, Rakitic, Denis Suárez; Arda Turan, Messi y Luis Suárez.
Betis: Adán; Cejudo, Mandi, Pezzella, Durmisi; Petros, Jonas Martin, Felipe Gutiérrez, Ceballos; Joaquín y Rubén Castro.