No sé exactamente a qué se refiere la suspensión de las medidas cautelares porque no he seguido el juicio de cerca y en la noticia que ha puesto el compañero forero sólo dice que eso va a precipitar la celeridad de la sentencia pero no entra en más detalles, si usted me pasa otra noticia en la que se explique un poco mejor, no tengo inconveniente alguno en comentarlo pero sabiendo un mínimo... Y le digo esto sinceramente, no tengo amistad alguna con Lopera o Castaño, al único que hablé una vez fue a Balbino de Bernardo y ese día se portó bien con los béticos que no pudimos adquirir las entradas en taquilla, no le conozco de nada más aunque creo haber leído que ha vendido sus acciones.
Finidi, aquí se produce un hecho muy común y es vivir entre la realidad y el deseo. La realidad es la que van marcando, muy lentamente, las decisiones judiciales, que van demostrando como son los personajes que están siendo juzgados en los diferentes procesos judiciales; y el deseo, que tú y unos pocos trasnochados loperistas, que ajenos a la realidad, todavía se creen las patochas y el mundo irreal que Lopera y Castaño (Oliver desde que Conde está en la cárcel ha caído mucho) con las tonterías del barco, el timón y los remos de un barco imaginario para que viváis en la ilusión de una vuelta imposible.
Camilo vestío de mantilla tiene su morbo...Los rockeros si que lo pasamos mal en ésta época,**** debería haberme gustao el pop latino que te da derecho a vestir de rosa palo.
En Madrid todavía tiene usted gente anclada en el rock. Y en todas las ciudades grandes de verdad.
Muy buena noticia pero...que pasará con el paquete accionarial si se lo acaban quitando a Lopera? Ahí está realmente el futuro del Betis.
Estoy contigo, el cumplimiento de la palabra dada por todas las partes denunciantes y de los actuales dirigentes del Betis de repartir las acciones entre el mayor número de béticos posible es clave para el futuro del Betis.
Deseo que lo hagan y que el beticismos responda, aunque de eso estoy seguro. Pero, desgraciadamente para que esto se haga real quedan años de recursos e instancias, si no media un acuerdo extrajudicial
A lo que huele es catetada y brabuconada de un ser despreciable a todas luces, que hizo su modo de vida en sangrar al RBB, asi que ******* Y CASTAÑAZO, a parla!!!
Se confirma la no admisión de la recusación del juez Carretero, otra artimaña para relentizar la justicia, cuando utilizan tanto estas armas es porque saben que lo que está por venir no es bueno, el tema de hacer la prueba de sí la firma de Galera fue falsíficada se entiende que se hace porque el documento en cuestión ha de ser muy importante para el juicio sí no esa prueba no se haría, una vez que parece probado que efectivamente se falsificó pues todo va en la misma dirección.
Esperemos que no haya sorpresa en la sentencia y que salga pronto, estoy harto de escuchar que están al salir pero nunca llegan.
De obligada lectura refetente a este tema el artículo de ALFP, titulado "El Barco".
Varado. Con las velas plegadas. Marcándose fechas para zarpar pero caen las hojas del calendario y nunca llegan. El barco. Arrumbado, carcomido, desierto. Ya ni los polizones aparecen. Los grumetes, callados. Tanto que viene el lobo y al final siempre la misma historia. Los dueños del barco creían que tenían un transatlántico y van camino de el timón de la Enriqueta. Mientras han disfrutado asustando a los béticos, metiéndoles un miedo cíclico, como una borrasca que aparece de vez en cuando. ¿Descargará esta vez? Pero luego nunca cae ninguna gota. No se ganarán la vida como adivinos. Quizás porque el futuro ya no es de ellos, porque el Betis quiere ir en avión y no remando en galeras.
La reciente desestimación de la recusación del juez Carretero es una prueba más de a quién le ha convenido la dilación en el tiempo de todos los procedimientos. Palos en las ruedas. Con todo el derecho de su defensa, pero también con todo el mal para un club que necesita estabilidad como el comer. Los dirigentes actuales, accionistas, están legitimados para acabar con esta situación. Quizás cuando llegue una sentencia, quizás antes. El juicio penal ya está señalado, los pasos se van dando, todo se va cumpliendo. Nadie quiere banquillo e incertidumbre judicial. Y menos para un club que se desangra cada vez que tiene que estar pendiente de los tiempos de la Justicia en este país. Lo mejor para el Betis es un acuerdo, aunque sea con la nariz tapada, pero que el club gane el partido de la tranquilidad. Eso sí, cuando corresponda. Las prisas deben tenerlas los que ven al inexorable peso de la Justicia sobre sus conciencias y cabezas. Lopera y los suyos (si es que le quedan muchos) son una isla en la inmensidad del beticismo. Una isla que tapona el porvenir, que provoca interinidad permanente en una entidad que necesita crecimiento.
De Oliver, ni hablamos. Su lenguaje es el que es: dinero y malas formas. Todos están señalados por la Justicia. Las sentencias llegarán y éstas variarán o no el panorama, reforzarán las posiciones o debilitarán las trincheras.
Mientras, el barco sigue ahí. Varado. Chirría con cada ola, por pequeña que sea. El mástil ya no se sostiene, las velas están raídas. Y la bandera es cada vez más negra. Los lobos de mar ya dicen que en lugar de zarpar se presagia hundimiento. Veremos.
La Sección Quinta de la Audiencia de Sevilla desestimó ayer la recusación de Francisco Javier Carretero, el juez de lo Mercantil que debe decidir si Manuel Ruiz de Lopera es el legítimo propietario de 36.869 acciones del Betis y que suspendió cautelarmente ese 31,38% del capital social del club. Es, por tanto, el que impidió que Farusa recuperase el control del Betis y la Audiencia confirma esa decisión «en todos sus términos». La demanda fue presentada por José León y la réplica de los tres magistrados que firman el auto es tan contundente que afirma que la recusación fue «planteada con absoluta falta de fundamento y clara mala fe», por lo que imponen al expresidente 2.000 euros de multa. La resolución es firme.
León acusó a Carretero de «falta de imparcialidad». «Es una redundancia. La recusación sólo puede basarse en falta de imparcialidad», dice la Audiencia. «Si fuera signo de parcialidad cada vez que un juez dicta una resolución que estima la petición de una parte y es contraria a los intereses de la otra, todos los jueces podrían ser continuamente recusados», deducen los magistrados. «Los hechos no revelan parcialidad del magistrado, sino más bien lo contrario», advierten a León.
El exdirigente se quejaba de la rapidez con que Carretero dictó la suspensión de ese 31%. «La celeridad viene impuesta por la Ley (el plazo son cinco días desde la notificación) y el sentido común, dada la envergadura y trascendencia de las medidas cautelares y la circunstancia de encontrarse el litigio en su fase final», afirma la Audiencia. «El magistrado [...], de hecho, rechaza la administración judicial y opta por medidas menos gravosas para el recusante. En definitiva, no existe el más mínimo rastro de parcialidad ni conexión ninguna, ni siquiera remota, con la causa de recusación alegada», agregan los magistrados, que advierten a León de que la «vía de resolución» era el recurso «y no la recusación». Es más, infieren que su intención era «alterar el curso normal de los autos y [...] retrasar la eventual decisión que pueda ser contraria [...], lo que supone un uso abusivo y con mala fe de la recusación», acusan.
En diciembre, León amplió su demanda después de que la propia Audiencia le diese la razón al admitir que el juez Carretero no podía rechazar su propia recusación, pero... «La parte recusante nuevamente no explica ni siquiera mínimamente cuál es el interés, directo o indirecto, que tiene el juez en favorecer a la otra parte. [...] No es que no se pruebe, es que ni siquiera se alega un interés concreto presunto o real», sentencia la Audiencia.
PENDIENTE DE UN INCIDENTE DE NULIDAD
La sentencia de este caso, cuyo juicio se celebró en marzo de 2015, sigue pendiente en todo caso de un incidente de nulidad que Lopera presentó contra Carretero. El Juzgado de lo Mercantil lo admitió a trámite. Lo curioso es que sobre ese incidente debe decidir el juez Eduardo Gómez, es decir, el que lleva el caso del concurso de acreedores del Betis, en el que tanto Lopera como León corren el riesgo de ser inhabilitados para ocupar cargo en una sociedad mercantil. Ese juicio se celebró pocos días antes que el de las acciones y tampoco ha deparado aún una sentencia que será trascendental para el futuro del club de Heliópolis.
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