Cuando el que ahora ocupa el puesto de presidente del Real Betis Balompié declaró que su modelo a seguir era el Atlético de Madrid no pude ocultar la risa que me surgió esta afirmación. Muchos pensaron en lo acertado de su comentario viendo los años de éxito futbolístico de este club pero pocos cayeron en la cuenta de que nuestro equipo ya tenía un gran parecido al conjunto madrileño.
Nosotros ya teníamos a nuestro Jesús Gil, disfrazado de salvador, que ahora se esconde en El Fontanal esperando su vuelta. También llevamos muchos años sin conseguir los títulos que deberían. Incluso hemos bajado a segunda división.
Parecía ser que, con esta base y esta similitud al Atlético, su toma en consideración como ejemplo a seguir y como modelo a imitar era lo más acertado.
Por eso ahora nos venden a un entrenador sudamericano y con “garra” que recuerda a Simeone, un preparador físico tomando el modelo del Profe Ortega y un “fichador” como Caminero. Parece que sólo queda contratar a un Doctor Villalón, sacar de la cantera unos cuantos Saúles y Kokes, y fichar a varios Griezman.
Sin embargo, el que ahora ocupa el puesto de presidente se olvida de algo muy importante y más que determinante en el éxito de cualquier institución: la cultura. Lo que no se ve. Aquello que es compartido por todos y que impregna a sus integrantes y hace que se integren los que vienen nuevos. Lo que define a un grupo y le da identidad.
Con tanto énfasis en la contratación de puestos visibles y obviando lo que no se ve parece que su política va más enfocada a la consecución de apoyos en las futuras juntas que en el verdadero progreso de esta institución.
Nosotros ya teníamos a nuestro Jesús Gil, disfrazado de salvador, que ahora se esconde en El Fontanal esperando su vuelta. También llevamos muchos años sin conseguir los títulos que deberían. Incluso hemos bajado a segunda división.
Parecía ser que, con esta base y esta similitud al Atlético, su toma en consideración como ejemplo a seguir y como modelo a imitar era lo más acertado.
Por eso ahora nos venden a un entrenador sudamericano y con “garra” que recuerda a Simeone, un preparador físico tomando el modelo del Profe Ortega y un “fichador” como Caminero. Parece que sólo queda contratar a un Doctor Villalón, sacar de la cantera unos cuantos Saúles y Kokes, y fichar a varios Griezman.
Sin embargo, el que ahora ocupa el puesto de presidente se olvida de algo muy importante y más que determinante en el éxito de cualquier institución: la cultura. Lo que no se ve. Aquello que es compartido por todos y que impregna a sus integrantes y hace que se integren los que vienen nuevos. Lo que define a un grupo y le da identidad.
Con tanto énfasis en la contratación de puestos visibles y obviando lo que no se ve parece que su política va más enfocada a la consecución de apoyos en las futuras juntas que en el verdadero progreso de esta institución.
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