Vengo un martes a escribir esto para amenizar la mañana y que os despachéis a gusto. Y vengo un martes porque la maravilla de fútbol que hace este equipo ha requerido tiempo para digerirlo. Y es que no es que el Betis no pueda ganar al Barça, que de hecho es probable. Es que ni siquiera lo intentó. Y eso me enfada.

Y me enfada porque una cosa es perder, lo que te puede convertir en perdedor y otra cosa es ser un perdedor. Y sin ir más lejos, un equipo que no intenta ganar para mi es un perdedor. El Betis actual (entiéndase que no el Betis como entidad), más aún desde hace unas jornadas, es un equipo insulso, sin gracia, sin alegría. Parece que sale a los partidos a ver pasar los minutos y que todo termine. Si es con un 0-0 o si suena la flauta, mejor que mejor.

El equipo no intenta estirarse, no quiere tener el balón. Ni lo quiso en el derbi ni lo quiso ante los culés. Que son partidos difíciles pero si no los quieres jugar, es obvio que no los vas a ganar. El problema que veo no es de actitud de jugadores, más allá de que los hay que no están acertados. Es que el equipo no va más allá de pegarse carreras para tapar espacios y mantenerse colocadito. Así fue como aguantó al Barcelona, incluso tras la absurda expulsión de Westermann que él solito se buscó. En ningún momento se fue a buscar algo más que una portería a cero, y en esas, Pezzella quiere hacer la de Pelé en "Evasión o victoria", Adán sale a por uvas, yo te he avisado, yo no te he escuchado y entre unos y otros la casa sin barrer.

En esas Petros corriendo de un lado a otro para perder todo el sentido a su trabajo cuando tenía el balón, Joaquín y Rubén buscando a algún pelotazo suelto, porque me niego a llamar pases a lo que vimos el otro día en el Villamarín, Ceballos más preocupado de dejarle un "autógrafo" a Piqué que de jugar al fútbol, Musonda defenestrado por el entrenador sabiendo que salir a jugar es hundirse en la mediocridad de un equipo que espera que recorra cincuenta metros conduciendo el balón para alcanzar los tres cuartos de campo y Pezzella regalando balones al rival desde el minuto uno de partido. Aún no es matemática la salvación, creo que lo será, y creo que es un milagro que un equipo que no ha jugado a nada en todo el año (con los dedos de una mano y me sobran los partidos "buenos" del Betis este año) esté a tres puntos del octavo puesto en primera división.

Adán: Sus últimos partidos no están al nivel que ha venido demostrando toda la liga.

Bruno: Bien de lateral, cosa que me sorprende. Bien me refiero a las labores defensivas. Bien como central también. El único que jugó sin complejos, que quiso sacar el balón más de una vez. El único que rindió bien durante el partido en mi opinión.

Pezzella: Fatal. Su partido fue malísimo, con errores continuos en la salida de balón. Y eso que el Betis cerró bien espacios y no sufrió tanto. En el gol, si Adán le avisó, falla claramente.

Westermann: No le voy a valorar porque no quiso salir a jugar. Le faltó el Bailar Pegados de fondo con Luis Suárez.

Montoya: A pierna cambiada (otra vez). No estuvo del todo mal, incluso probó a irse arriba alguna vez. Correcto sin grandes alardes pero viendo a otros compañeros, casi me atrevería a decir que de lo mejor.

N'Diaye: Poca participación, con balón y sin él. Se limitó a estar donde tenía que estar y no desentonar cerrando espacios. Trabajo oscuro.

Petros: Muchos kilómetros sin balón, es indiscutible. Con balón por contra, se le hacía de noche. Es poco vertical, siempre jugamos hacia atrás y así es complicado encontrar espacios arriba. Mal partido.

Ceballos: Si Westermann no quiso salir a jugar, Ceballos más de lo mismo. Perdido en banda, como siempre últimamente. Intentó coger el mismo camino que el alemán pero Mateu Lahoz, a pesar de su afán de protagonismo, no quiso sacarlo del campo antes de tiempo. Mal esta vez.

Joaquín: Lo intentó en esa posición centrada que ha venido ocupando últimamente y no estuvo muy acertado. El Betis no quiso mucho el balón y ahí, corriendo sin balón, es cuando más sufre.

Cejudo: Le puso ganas por la banda y como lateral. Nada que decir a su actitud. Su aptitud no será la mejor pero al menos no se borra de los partidos.

Rubén Castro: Solo arriba, buscando alguna ocasión que a duras penas le alcanzó. Partido para olvidar.

Musonda: Salió, dejó un par de destellos en regates y se gustó demasiado. Atropellado por querer hacer demasiadas cosas en poco tiempo y por atacar haciendo la guerra por su cuenta que es lo que últimamente viene haciendo el equipo.

Portillo: Salió para dar algo de sentido al juego del equipo pero le costó. Un jugador al que gusta tener el balón en un partido en el que no lo iba a tener.

Van Wolfswinkel: Salió por Rubén para hacer lo mismo que él, acudir a balones imposibles y pelear pelotazos. Poco más.

Merino: El hecho de poner a Bruno de lateral deja clara la poca confianza en otros jugadores de la plantilla. Musonda de suplente en un partido cuya única arma era el contragolpe deja claro que no se pensaba en hacer daño al rival. Otra vez Joaquín por dentro, otra vez Ceballos en banda. Durante el partido no fue capaz de cambiar el planteamiento, aunque fuera difícil al estar con 10, ofrecer una alternativa. Cada uno sacará sus propias conclusiones. La opinión de un servidor es que este equipo necesita un buen entrenador y espero que estén en ello para el año que viene.