El mal ejemplo de Vargas
Su reiterado sobrepeso y cierta anarquía a la hora de someterse a las recomendaciones médicas, culpables de sus ausencias.
La actitud de Juan Manuel Vargas no está siendo ejemplar en su temporada en el Betis. Procedente de la Fiorentina e internacional con Perú, el lateral zurdo, de 32 años, está provocando quejas sobre su falta de disciplina en los entrenamientos y en las recuperaciones. El agravamiento de su última lesión, que le mantiene sin jugar desde el partido ante el Málaga, hace más de un mes, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Un reiterado y reconocido sobrepeso, cierta anarquía a la hora de someterse a las recomendaciones médicas y desobediencia a la hora de cumplir las pautas para la recuperación han sido las cuestiones que han llevado a estas malas sensaciones con Vargas, que sí llegó a tener una buena línea en una fase de la temporada pero que ahora ha vuelto a perder y que no ha estado disponible para los partidos en los que el Betis se ha jugado más directamente la salvación.
Vargas ha actuado en 19 partidos ligueros de esta campaña en dos fases:los primeros cinco duelos y desde el decimoquinto al trigésimo (con pocas ausencias por sanciones o molestias). El futbolista ha sufrido una lesión en la rodilla en el arranque de la Liga, de la que regresó con un evidente sobrepeso, y ahora tiene un pequeño resangrado en la cicatriz muscular del recto anterior de su cuádriceps izquierdo, que también le impedirá jugar el sábado ante el Barcelona. Antes de esta lesión vivió su mejor momento en el Betis y fue de los más destacados en esos encuentros, anotando incluso dos goles. Pero el caso es que Vargas pocas veces ha puesto de su parte para acceder a la mejor condición física posible, sobre todo en los momentos en los que ha estado tocado, ya que no ha atendido a los métodos de recuperación indicados por los servicios médicos o los tratamientos señalados por sus integrantes, así como se ha ausentado de varias pruebas diagnósticas que se le habían concretado con cita previa. Todo ello ha impedido que Vargas estuviera más jornadas disponible para el cuerpo técnico.
Ya en abril se señalaba desde Perú su indisciplina en una concentración con la selección tras la derrota ante Urugay, ya que se publicaba la indignación de Ricardo Gareca, seleccionador peruano, con Vargas «por llegar en un estado lamentable y con signos de haber estado despierto de madrugada», según una información de El Líbero. Eso parece poner en duda su concurso para la Copa América de este verano. Vargas tiene contrato con el Betis hasta junio de 2017 pero al haber llegado de la mano de Macià y protagonizar estos episodios de indisciplina podría ser uno de los jugadores que abandone el club dada la transformación de la plantilla que se producirá.
Mateo González.
El mal ejemplo de Vargas - Al final de la Palmera
Su reiterado sobrepeso y cierta anarquía a la hora de someterse a las recomendaciones médicas, culpables de sus ausencias.
La actitud de Juan Manuel Vargas no está siendo ejemplar en su temporada en el Betis. Procedente de la Fiorentina e internacional con Perú, el lateral zurdo, de 32 años, está provocando quejas sobre su falta de disciplina en los entrenamientos y en las recuperaciones. El agravamiento de su última lesión, que le mantiene sin jugar desde el partido ante el Málaga, hace más de un mes, ha sido la gota que ha colmado el vaso. Un reiterado y reconocido sobrepeso, cierta anarquía a la hora de someterse a las recomendaciones médicas y desobediencia a la hora de cumplir las pautas para la recuperación han sido las cuestiones que han llevado a estas malas sensaciones con Vargas, que sí llegó a tener una buena línea en una fase de la temporada pero que ahora ha vuelto a perder y que no ha estado disponible para los partidos en los que el Betis se ha jugado más directamente la salvación.
Vargas ha actuado en 19 partidos ligueros de esta campaña en dos fases:los primeros cinco duelos y desde el decimoquinto al trigésimo (con pocas ausencias por sanciones o molestias). El futbolista ha sufrido una lesión en la rodilla en el arranque de la Liga, de la que regresó con un evidente sobrepeso, y ahora tiene un pequeño resangrado en la cicatriz muscular del recto anterior de su cuádriceps izquierdo, que también le impedirá jugar el sábado ante el Barcelona. Antes de esta lesión vivió su mejor momento en el Betis y fue de los más destacados en esos encuentros, anotando incluso dos goles. Pero el caso es que Vargas pocas veces ha puesto de su parte para acceder a la mejor condición física posible, sobre todo en los momentos en los que ha estado tocado, ya que no ha atendido a los métodos de recuperación indicados por los servicios médicos o los tratamientos señalados por sus integrantes, así como se ha ausentado de varias pruebas diagnósticas que se le habían concretado con cita previa. Todo ello ha impedido que Vargas estuviera más jornadas disponible para el cuerpo técnico.
Ya en abril se señalaba desde Perú su indisciplina en una concentración con la selección tras la derrota ante Urugay, ya que se publicaba la indignación de Ricardo Gareca, seleccionador peruano, con Vargas «por llegar en un estado lamentable y con signos de haber estado despierto de madrugada», según una información de El Líbero. Eso parece poner en duda su concurso para la Copa América de este verano. Vargas tiene contrato con el Betis hasta junio de 2017 pero al haber llegado de la mano de Macià y protagonizar estos episodios de indisciplina podría ser uno de los jugadores que abandone el club dada la transformación de la plantilla que se producirá.
Mateo González.
El mal ejemplo de Vargas - Al final de la Palmera
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