Voy a dar por hecho que ya estamos salvados. Sí, sé que es prematuro aún, pero muy mal dadas tienen que venir las cosas en estas seis últimas jornadas como para caer en el descenso. Con una sola victoria en seis partidos seguiríamos prácticamente seguro en primera, y aun perdiendo los seis partidos, cosa poco probable, hay bastantes posibilidades de mantenerse.
Partiendo de esa base, creo que ya podemos ir haciendo un balance personal de yerros y aciertos de la temporada. Es preciso tomar distancia. Aunque no lo parezca, a poco que miremos el bosque en su conjunto en vez de los árboles individuales, ha habido grandes logros, como también hay grises nubarrones de cara al futuro que es preciso despejar.
Os expongo aquí los aspectos que para mí han sido tanto lo mejor como lo peor de la temporada, por orden personal de importancia, para que vosotros también reflexionéis y expongáis vuestro punto de vista al respecto, a ver qué sacamos en claro entre todos:
Lo mejor:
-La unión de todos los pequeños accionistas para darle una sonora bofetada en la cara a Lopera y sus secuaces. El beticismo en pleno habló en una jornada histórica y dijo claramente “no” al cortijo. Otra cosa distinta es que los representantes del beticismo estén demostrando estar a la altura de las circunstancias…, que más bien no.
-La permanencia, claro. El objetivo básico necesario para mantener la esperanza de crecimiento del club. Justo por debajo en importancia del punto anterior. Mejor en segunda con instituciones nuevas y democráticas, con representantes directos de los béticos, que en primera con un cacique.
-Haber vencido al virus Mel y habernos inmunizado contra recaídas. Para alcanzar esa inmunidad ha sido preciso aguantar mucho y sufrir mucho, más de la cuenta, pero era necesario para dejar definitivamente enterrada la figura de un personaje pernicioso para el Real Betis. De haberlo cesado tras los primeros malos resultados, la posibilidad de eventual retorno seguiría abierta.
-Una mejora apreciable en la plantilla. Es cierto que no ha habido un salto de calidad impresionante, pero negar que la plantilla actual es mejor que la del año pasado es cegarse a la evidencia. Jugadores como Musonda, Montoya, Vargas, Westermann, Petros, Pezzella… han elevado sin duda el nivel previo de la plantilla, y también ha habido varios fichajes que no han respondido a las expectativas creadas. Habiendo fichado con tres euros mal contaos, se ha crecido en ese aspecto, y por tanto yo calificaría la labor de Macià con un bien (6-6,5), y pienso que con más capacidad económica, el año que viene podría mejorar sus prestaciones como Director Deportivo.
Lo peor:
-La inestabilidad institucional y los indicios de fracaso del proyecto recién iniciado. Abandono del presidente, luchas intestinas, falta de coordinación y desavenencias con la dirección deportiva, numerosas y graves incoherencias (como querer cesar a un director deportivo que cumple objetivos), decisiones erróneas e incluso caciquiles (retirada de abono), tomas y dacas con la prensa, crispación de la afición con anuncios y decisiones a destiempo, sensación de debilidad y funambulismo, etc. Difícilmente se puede crecer partiendo de tanta inestabilidad, y lo que nos pueda deparar el futuro se antoja bastante incierto.
-La lacra de los banquillos. Media temporada con un entrenador pésimo que además había bajado claramente los brazos, y otra media con un entrenador voluntarioso pero inexperto y pobre en recursos. Parcela que evidentemente hay que mejorar de cara a la temporada que viene.
-En relación con lo anterior, el sufrimiento deportivo durante toda la temporada. Apenas ha habido partidos en todo el año en los que el Real Betis haya exhibido buen juego y haya ganado con auténtica solvencia (si me apuráis, sólo recuerdo el del Español). Ha habido partidos correctos o aceptables, sí, ¿pero cuántos realmente buenos? A esto hay que sumar los apuros clasificatorios, por lo que hemos coqueteado con el descenso (a menudo más por sensaciones que por puntos) durante todo el año.
-El poder de una prensa dañina, que ha estado constantemente torpedeando al Real Betis a lo largo de toda la temporada. Apenas levantábamos la cabeza con una victoria, allá que se lanzaban los buitres a intentar desestabilizar por otro lado. La sensación de impunidad y de debilidad o pasividad institucional para hacer frente a estos desalmados y/o paniaguados con oscuros intereses.
...
Bueno, pues éste a grandes trazos es mi balance. Me gustaría conocer el vuestro. Del común de las opiniones podremos sacar muchas cosas en claro.
Partiendo de esa base, creo que ya podemos ir haciendo un balance personal de yerros y aciertos de la temporada. Es preciso tomar distancia. Aunque no lo parezca, a poco que miremos el bosque en su conjunto en vez de los árboles individuales, ha habido grandes logros, como también hay grises nubarrones de cara al futuro que es preciso despejar.
Os expongo aquí los aspectos que para mí han sido tanto lo mejor como lo peor de la temporada, por orden personal de importancia, para que vosotros también reflexionéis y expongáis vuestro punto de vista al respecto, a ver qué sacamos en claro entre todos:
Lo mejor:
-La unión de todos los pequeños accionistas para darle una sonora bofetada en la cara a Lopera y sus secuaces. El beticismo en pleno habló en una jornada histórica y dijo claramente “no” al cortijo. Otra cosa distinta es que los representantes del beticismo estén demostrando estar a la altura de las circunstancias…, que más bien no.
-La permanencia, claro. El objetivo básico necesario para mantener la esperanza de crecimiento del club. Justo por debajo en importancia del punto anterior. Mejor en segunda con instituciones nuevas y democráticas, con representantes directos de los béticos, que en primera con un cacique.
-Haber vencido al virus Mel y habernos inmunizado contra recaídas. Para alcanzar esa inmunidad ha sido preciso aguantar mucho y sufrir mucho, más de la cuenta, pero era necesario para dejar definitivamente enterrada la figura de un personaje pernicioso para el Real Betis. De haberlo cesado tras los primeros malos resultados, la posibilidad de eventual retorno seguiría abierta.
-Una mejora apreciable en la plantilla. Es cierto que no ha habido un salto de calidad impresionante, pero negar que la plantilla actual es mejor que la del año pasado es cegarse a la evidencia. Jugadores como Musonda, Montoya, Vargas, Westermann, Petros, Pezzella… han elevado sin duda el nivel previo de la plantilla, y también ha habido varios fichajes que no han respondido a las expectativas creadas. Habiendo fichado con tres euros mal contaos, se ha crecido en ese aspecto, y por tanto yo calificaría la labor de Macià con un bien (6-6,5), y pienso que con más capacidad económica, el año que viene podría mejorar sus prestaciones como Director Deportivo.
Lo peor:
-La inestabilidad institucional y los indicios de fracaso del proyecto recién iniciado. Abandono del presidente, luchas intestinas, falta de coordinación y desavenencias con la dirección deportiva, numerosas y graves incoherencias (como querer cesar a un director deportivo que cumple objetivos), decisiones erróneas e incluso caciquiles (retirada de abono), tomas y dacas con la prensa, crispación de la afición con anuncios y decisiones a destiempo, sensación de debilidad y funambulismo, etc. Difícilmente se puede crecer partiendo de tanta inestabilidad, y lo que nos pueda deparar el futuro se antoja bastante incierto.
-La lacra de los banquillos. Media temporada con un entrenador pésimo que además había bajado claramente los brazos, y otra media con un entrenador voluntarioso pero inexperto y pobre en recursos. Parcela que evidentemente hay que mejorar de cara a la temporada que viene.
-En relación con lo anterior, el sufrimiento deportivo durante toda la temporada. Apenas ha habido partidos en todo el año en los que el Real Betis haya exhibido buen juego y haya ganado con auténtica solvencia (si me apuráis, sólo recuerdo el del Español). Ha habido partidos correctos o aceptables, sí, ¿pero cuántos realmente buenos? A esto hay que sumar los apuros clasificatorios, por lo que hemos coqueteado con el descenso (a menudo más por sensaciones que por puntos) durante todo el año.
-El poder de una prensa dañina, que ha estado constantemente torpedeando al Real Betis a lo largo de toda la temporada. Apenas levantábamos la cabeza con una victoria, allá que se lanzaban los buitres a intentar desestabilizar por otro lado. La sensación de impunidad y de debilidad o pasividad institucional para hacer frente a estos desalmados y/o paniaguados con oscuros intereses.
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Bueno, pues éste a grandes trazos es mi balance. Me gustaría conocer el vuestro. Del común de las opiniones podremos sacar muchas cosas en claro.
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