Otra semana con movimiento en el Betis dentro y fuera del campo
Merino piensa en darle una vuelta al once titular y el consejo crea iniciativas para generar ambiente en la grada
Por Juan Arbide, 5 de abril de 2016 2:25 h.
Se cumplieron los augurios más negativos. O los más realistas, según se mire. El caso es que el Real Betis relajado, optimista y confiado que celebró hace un mes su triunfo ante el Granada, segundo consecutivo después de derrotar días antes al Español, se ha vuelto un equipo preocupado y dubitativo tras el cero de nueve registrado contra el Athletic, Málaga y Atlético de Madrid. Toca ponerse las pilas. Llega el Levante colista y se reclama a voces una mejoría verdiblanca. Se buscan dos victorias para llegar a los 40 puntos y escapar de cualquier problema en las últimas semanas de competición.
Otra vez, igual que ocurrió en las visitas de otros rivales directos como el Granada, Rayo Vallecano o Sporting de Gijón, el consejo del Betis presidido por Ángel Haro vuelve a tirar del recurso que casi nunca falla, el de su afición. Se puso en marcha la campaña «Dona sangre, dona en Verde», por la cual la entidad bética cedió 600 entradas al centro del transfusión sanguínea para ser entregadas a los aficionados que acudan a donar sangre hasta mañana miércoles. Por otro lado, los socios podrán comprar dos entradas al precio de 10 euros cada una. Además, en una promoción que tiene como protagonista a Adidas, la marca que viste al conjunto verdiblanco, se han puesto a disposición de los aficionados 400 camisetas de la primera y segunda equipación de la presente temporada del Betis al precio de 40 euros cada una, que irán acompañadas de una entrada gratuita. Todo orientado a intentar contar en las gradas del Benito Villamarín con una cifra cercana a los 40.000 espectadores. Las anteriores campañas resultaron exitosas. Hubo mucho público, sobre todo en los enfrentamientos ante el Sporting y el Granada. El problema es que, a excepción de la victoria conseguida contra el conjunto andaluz, el Betis no estuvo a la altura. El eterno problema de no dar la cara cuando la afición acude en masa a Heliópolis.
Se trabaja en los despachos y también en el terreno de juego. El entrenador verdiblanco, Juan Merino, sabe lo mucho que hay en juego el próximo sábado. Sobre todo después de lo visto en el Vicente Calderón. Es el momento más delicado del linense en sus casi tres meses al frente del banquillo del Betis. Nunca había encadenado tres derrotas consecutivas. Cero puntos de nueve posibles. Con un juego muy pobre, encajando nueve goles y anotando sólo uno. En definitiva, Merino se enfrenta a un escenario desconocido hasta el momento.
A nadie se le escapa que su camino en el primer equipo del Betis ha estado plagado de problemas. Es lo que le suele ocurrir a los hombres llamados «de la casa». Aquellos que reciben una llamada del presidente mientras se redacta el finiquito del entrenador saliente. Merino supo reconducir la situación en Segunda y también en la Primera división, pero ahora sus planes se han torcido. Esta semana es más que importante para él. Señaló a muchos de sus futbolistas en la misma sala de prensa del Vicente Calderón y ahora tendrá que manejar el asunto anímico con firmeza pero también con cierta mano izquierda. Se antojaría raro ver a Merino repetir once titular después de lo visto en el campo y de sus declaraciones tras el partido. Se aventuran cambios en todas las líneas. En defensa muchos esperan el regreso de Bruno y también el de Vargas, aunque el peruano sigue recuperándose de su lesión muscular y ayer no pudo entrenarse con el resto del grupo.
Tampoco lo pudo hacer por una contusión en la rodilla derecha Dani Ceballos, titular el pasado sábado en un centro del campo que no funcionó. Petros y Joaquín se quedaron fuera ante el Atlético de Madrid. Al extremo se le espera, sobre todo ahora que el Betis lo necesita de verdad. El problema, como viene ocurriendo desde hace tiempo, no es otro más que el físico. Para el ataque, en vista de que el «efecto Damiao» sigue sin aparecer, todas las miradas se centran de nuevo en Jorge Molina como posible acompañante del siempre titular Rubén Castro. Son las incógnitas a despejar por Merino en su semana más complicada desde que llegó al primer equipo bético.
Merino piensa en darle una vuelta al once titular y el consejo crea iniciativas para generar ambiente en la grada
Por Juan Arbide, 5 de abril de 2016 2:25 h.
Se cumplieron los augurios más negativos. O los más realistas, según se mire. El caso es que el Real Betis relajado, optimista y confiado que celebró hace un mes su triunfo ante el Granada, segundo consecutivo después de derrotar días antes al Español, se ha vuelto un equipo preocupado y dubitativo tras el cero de nueve registrado contra el Athletic, Málaga y Atlético de Madrid. Toca ponerse las pilas. Llega el Levante colista y se reclama a voces una mejoría verdiblanca. Se buscan dos victorias para llegar a los 40 puntos y escapar de cualquier problema en las últimas semanas de competición.
Otra vez, igual que ocurrió en las visitas de otros rivales directos como el Granada, Rayo Vallecano o Sporting de Gijón, el consejo del Betis presidido por Ángel Haro vuelve a tirar del recurso que casi nunca falla, el de su afición. Se puso en marcha la campaña «Dona sangre, dona en Verde», por la cual la entidad bética cedió 600 entradas al centro del transfusión sanguínea para ser entregadas a los aficionados que acudan a donar sangre hasta mañana miércoles. Por otro lado, los socios podrán comprar dos entradas al precio de 10 euros cada una. Además, en una promoción que tiene como protagonista a Adidas, la marca que viste al conjunto verdiblanco, se han puesto a disposición de los aficionados 400 camisetas de la primera y segunda equipación de la presente temporada del Betis al precio de 40 euros cada una, que irán acompañadas de una entrada gratuita. Todo orientado a intentar contar en las gradas del Benito Villamarín con una cifra cercana a los 40.000 espectadores. Las anteriores campañas resultaron exitosas. Hubo mucho público, sobre todo en los enfrentamientos ante el Sporting y el Granada. El problema es que, a excepción de la victoria conseguida contra el conjunto andaluz, el Betis no estuvo a la altura. El eterno problema de no dar la cara cuando la afición acude en masa a Heliópolis.
Se trabaja en los despachos y también en el terreno de juego. El entrenador verdiblanco, Juan Merino, sabe lo mucho que hay en juego el próximo sábado. Sobre todo después de lo visto en el Vicente Calderón. Es el momento más delicado del linense en sus casi tres meses al frente del banquillo del Betis. Nunca había encadenado tres derrotas consecutivas. Cero puntos de nueve posibles. Con un juego muy pobre, encajando nueve goles y anotando sólo uno. En definitiva, Merino se enfrenta a un escenario desconocido hasta el momento.
A nadie se le escapa que su camino en el primer equipo del Betis ha estado plagado de problemas. Es lo que le suele ocurrir a los hombres llamados «de la casa». Aquellos que reciben una llamada del presidente mientras se redacta el finiquito del entrenador saliente. Merino supo reconducir la situación en Segunda y también en la Primera división, pero ahora sus planes se han torcido. Esta semana es más que importante para él. Señaló a muchos de sus futbolistas en la misma sala de prensa del Vicente Calderón y ahora tendrá que manejar el asunto anímico con firmeza pero también con cierta mano izquierda. Se antojaría raro ver a Merino repetir once titular después de lo visto en el campo y de sus declaraciones tras el partido. Se aventuran cambios en todas las líneas. En defensa muchos esperan el regreso de Bruno y también el de Vargas, aunque el peruano sigue recuperándose de su lesión muscular y ayer no pudo entrenarse con el resto del grupo.
Tampoco lo pudo hacer por una contusión en la rodilla derecha Dani Ceballos, titular el pasado sábado en un centro del campo que no funcionó. Petros y Joaquín se quedaron fuera ante el Atlético de Madrid. Al extremo se le espera, sobre todo ahora que el Betis lo necesita de verdad. El problema, como viene ocurriendo desde hace tiempo, no es otro más que el físico. Para el ataque, en vista de que el «efecto Damiao» sigue sin aparecer, todas las miradas se centran de nuevo en Jorge Molina como posible acompañante del siempre titular Rubén Castro. Son las incógnitas a despejar por Merino en su semana más complicada desde que llegó al primer equipo bético.
Comentario