Dejo aquí el enlace a esta interesantísima opinión que creo todo bético (y en especial, Merino) debería revisar:
Atlético de Madrid 5 - Betis 1 (31ª jornada de Liga de Primera División)
ATLÉTICO DE MADRID (5): Oblak; Juanfran, Lucas, Monsalve, Filipe Luís; Saúl (Thomas, m. 68), Augusto (Kranevitter, m. 77), Gabi, Koke; Griezmann y Torres (Correa, m. 63).
BETIS (1): Adán; Molinero, Pezzella, Westermann, Montoya; N'Diaye, Ceballos; Musonda (Xavi Torres, m. 70), Fabián (Kadir, m. 48), Cejudo (Damião, m. 59); y Rubén Castro.
Goles: 1-0, m. 36: Torres. 2-0, m. 41: Griezmann. 3-0, m. 65: Juanfran. 3-1, m. 78: Rubén Castro. 4-1, m. 80: Griezmann. 5-1, m. 90: Thomas.
Árbitro: González González (Comité Castellano-leonés). Amonestó a Koke, Pezzella, Kadir y Xavi Torres.
Incidencias: 54.900 espectadores (lleno) y buenas condiciones para el fútbol en el estadio Vicente Calderón, con amplia presencia de béticos.
Fútbol de mentira, fútbol de verdad
Quien haya jugado en cualquier liga de fútbol de barrio –en cualquiera de sus variantes– conoce a cierta especie de futbolista que cuando su equipo recupera el balón corre hacia atrás para pedirlo cerquita de los pies de sus defensas, lo usa para encarar rivales al grito de "¡házsela!" ("¡ársela!" en Sevilla) de sus compañeros, generalmente sin avanzar un solo metro, y defiende corriendo hacia el balón como si no hubiera mañana. Con dos o tres así enfrente, el rival sabe que el partido está ganado: sólo hay que defenderlos escalonadamente (si sale de un regate llegarán dos compañeros a ayudar: tiempo da), pasarla a dos toques y esperar a que desesperen.
El Betis tiene muchos de esos futbolistas inmaduros, de fútbol tan entrenido como estéril para el nivel profesional. No se explica el aficionado bético cómo un equipo que la toca tan bien como lo hacen Ceballos, Fabián o Kadir no llega nunca a puerta, y un rival con estrellas como Gabi, Monsalve, Juanfran, Lucas o Saúl le mete cinco y le hace otras seis ocasiones claras. Ocurre que los béticos manosean el balón en zonas frías, no pisan nunca el área rival y dejan metros a sus espaldas cuando defienden –o roban o se borran–. Los del Atlético sin embargo corren para adelante cuando tienen el balón, recuperan la posición cada vez que alguien amaga con romperle una línea y llegan en tropel al área rival –véase el 3-0, del lateral Juanfran, entre mil ejemplos–.
Bien está que Merino y algunos jugadores culpen a la intensidad de la derrota, pero conviene recordar que la táctica de (disculpen) "******, ******" tiene muy poquito recorrido; que Simeone empezó ganando con ella, pero si sigue ganando años después es por un buen trabajo táctico: cuándo presionar y cuándo no, cómo bascular lateralmente en defensa, cómo moverse cuando la pelota la tiene el rival y cómo cuando la tienen los tuyos, cuándo aparecer por el área rival. Mucho tiene que aprender el Betis: en continuidad de un proyecto –los atléticos llevan años con los mismos en el organigrama; los béticos lo cambian de arriba abajo cada año–, en confección de una plantilla con un físico competitivo, y en ese trabajo táctico dirigido por gente capaz.
Minutos 1 al 35
La primera media hora larga del partido, con ser buena para el Betis dados los antecedentes de unos y otros, revela ese estado de cosas. El Atlético presionaba tímidamente y cuando le convenía desde el habitual 4-4-2 (con dos delanteros de verdad) y con el bloque a media altura, esto es, sin pestañear porque el Betis la tuviera en zonas frías. A medio gas, plagado de suplentes y con la cabeza en su próximo partido de Champions ante el Barcelona, el local permitía posesiones largas e inocuas de un Betis en teórico 4-2-3-1, en el que N'Diaye se metía entre centrales en la salida, Ceballos (mediocentro ofensivo) y Fabián venían muy atrás a tocarla y Rubén Castro, supuesto delantero, la pedía en posiciones de mediapunta. Una típica jugada bética consistía en lucidos toques en la zona trasera, con Ceballos por detrás de la primerísima línea defensiva atlética (Torres y Griezmann); tras ágiles combinaciones Rubén recibía a la altura de la segunda línea defensiva (el mediocampo atlético) y le devolvía hacia atrás una vez Augusto y Gabi le apretaban y superaban su posición; o sea, el delantero bético jugaba de espaldas a portería y con nueve rivales por detrás. Huelga decir que nadie pisaba el área rival.
El Atlético la tenía poco, y menos le importaba. Cuando atacaba en estático, sin gran resultado, Augusto se metía entre centrales y los laterales, como siempre, obligaban a los extremos béticos a correr mucho hacia atrás (¿no es mejor una defensa de cinco ante esto?). Pero los locales preferían hacer su juego de toda la vida: llegadas a balón parado, o recuperación en mediocampo y salida a toda velocidad y con mucha gente. Obsérvense los heatmaps de esos primeros 35 minutos: dónde la tocó el Betis y dónde el Atlético en ese periodo.
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[CENTER] Heatmaps respectivos de Betis y Atlético en los primeros 35 minutos de partido.[/CENTER]
[CENTER] El sentido del ataque de ccada equipo es de izquierda a derecha.[/CENTER]
Tras media hora sin apenas llegadas (pero todas de los locales) llegan dos goles atléticos, por supuesto uno a la contra y otro en un balón a la olla.
Minuto 35 al final
El Betis, inferior hasta entonces pese a poner toda la (famosa) intensidad de que es capaz, baja los brazos y queda convertido en un pelele en manos de los atléticos, llegando incluso a hacer el ridículo en ciertos tramos. Los locales, goleando y con su partido del año a la vista, no se relajan y buscan un gol tras otro.
Jugador por jugador
Adán: Que tras recibir cinco goles –incluido uno tras cantada comprensible pero inexcusable– resulte ser uno de los mejores del equipo es revelador.
Molinero: Aceptable con balón, impotente en defensa.
Pezzella: Aunque algo lento y pese a todo, hizo un partido aseado.
Westermann: Mal. Intervino poco y cerró mal cuando tuvo metros detrás.
Montoya: A pie cambiado, al menos la tuvo.
Musonda: Obligado a un recorrido exagerado (véase el 3-0) y siempre muy vigilado, poco hizo.
N'Diaye: Impreciso y superado por exceso de trabajo.
Ceballos: El partido y el rival retratan su inmadurez. Volvió a su zona de confort a la izquierda de Westermann para tocar el balón, y desde allí tocó y regateó con tanta brillantez como inutilidad.
Cejudo: Su eslálom del inicio de la segunda parte es significativo de la absoluta inferioridad táctica del Betis: una heroica jugada en la que regatea apuradamente a tres o cuatro rivales acaba con diez rivales por detrás del balón. Por demás, apenas apareció.
Fabián: Nada.
Castro: La tocó bien pero lejísimos de la puerta rival, cosa curiosa cuando eres el único delantero. Otro gol.
Kadir: Ni siquiera su fútbol pinturero habitual.
Damião: Poco hizo, pero al menos había uno más arriba. Contra el Levante, titular indiscutible.
Torres: Cumplió en minutos de la ******.
Merino: Está muy bien rasgarse las vestiduras por la falta de coraje del equipo en la última hora, pero también hay que hablar de fútbol, y eso se supone que es cosa, sobre todo, suya.
El detalle
Los mismos que hace tres partidos aspiraban a la Liga Europa ahora ven al equipo descendido, cuando simplemente han sucedido un partido desafortunado y dos derrotas completamente previsibles.
Análisis táctico del Betis: Atlético de Madrid 5 - Betis 1 (31ª jornada de Liga de Primera División)
(NOTA: la página no es mía)
Atlético de Madrid 5 - Betis 1 (31ª jornada de Liga de Primera División)
ATLÉTICO DE MADRID (5): Oblak; Juanfran, Lucas, Monsalve, Filipe Luís; Saúl (Thomas, m. 68), Augusto (Kranevitter, m. 77), Gabi, Koke; Griezmann y Torres (Correa, m. 63).
BETIS (1): Adán; Molinero, Pezzella, Westermann, Montoya; N'Diaye, Ceballos; Musonda (Xavi Torres, m. 70), Fabián (Kadir, m. 48), Cejudo (Damião, m. 59); y Rubén Castro.
Goles: 1-0, m. 36: Torres. 2-0, m. 41: Griezmann. 3-0, m. 65: Juanfran. 3-1, m. 78: Rubén Castro. 4-1, m. 80: Griezmann. 5-1, m. 90: Thomas.
Árbitro: González González (Comité Castellano-leonés). Amonestó a Koke, Pezzella, Kadir y Xavi Torres.
Incidencias: 54.900 espectadores (lleno) y buenas condiciones para el fútbol en el estadio Vicente Calderón, con amplia presencia de béticos.
Fútbol de mentira, fútbol de verdad
Quien haya jugado en cualquier liga de fútbol de barrio –en cualquiera de sus variantes– conoce a cierta especie de futbolista que cuando su equipo recupera el balón corre hacia atrás para pedirlo cerquita de los pies de sus defensas, lo usa para encarar rivales al grito de "¡házsela!" ("¡ársela!" en Sevilla) de sus compañeros, generalmente sin avanzar un solo metro, y defiende corriendo hacia el balón como si no hubiera mañana. Con dos o tres así enfrente, el rival sabe que el partido está ganado: sólo hay que defenderlos escalonadamente (si sale de un regate llegarán dos compañeros a ayudar: tiempo da), pasarla a dos toques y esperar a que desesperen.
El Betis tiene muchos de esos futbolistas inmaduros, de fútbol tan entrenido como estéril para el nivel profesional. No se explica el aficionado bético cómo un equipo que la toca tan bien como lo hacen Ceballos, Fabián o Kadir no llega nunca a puerta, y un rival con estrellas como Gabi, Monsalve, Juanfran, Lucas o Saúl le mete cinco y le hace otras seis ocasiones claras. Ocurre que los béticos manosean el balón en zonas frías, no pisan nunca el área rival y dejan metros a sus espaldas cuando defienden –o roban o se borran–. Los del Atlético sin embargo corren para adelante cuando tienen el balón, recuperan la posición cada vez que alguien amaga con romperle una línea y llegan en tropel al área rival –véase el 3-0, del lateral Juanfran, entre mil ejemplos–.
Bien está que Merino y algunos jugadores culpen a la intensidad de la derrota, pero conviene recordar que la táctica de (disculpen) "******, ******" tiene muy poquito recorrido; que Simeone empezó ganando con ella, pero si sigue ganando años después es por un buen trabajo táctico: cuándo presionar y cuándo no, cómo bascular lateralmente en defensa, cómo moverse cuando la pelota la tiene el rival y cómo cuando la tienen los tuyos, cuándo aparecer por el área rival. Mucho tiene que aprender el Betis: en continuidad de un proyecto –los atléticos llevan años con los mismos en el organigrama; los béticos lo cambian de arriba abajo cada año–, en confección de una plantilla con un físico competitivo, y en ese trabajo táctico dirigido por gente capaz.
Minutos 1 al 35
La primera media hora larga del partido, con ser buena para el Betis dados los antecedentes de unos y otros, revela ese estado de cosas. El Atlético presionaba tímidamente y cuando le convenía desde el habitual 4-4-2 (con dos delanteros de verdad) y con el bloque a media altura, esto es, sin pestañear porque el Betis la tuviera en zonas frías. A medio gas, plagado de suplentes y con la cabeza en su próximo partido de Champions ante el Barcelona, el local permitía posesiones largas e inocuas de un Betis en teórico 4-2-3-1, en el que N'Diaye se metía entre centrales en la salida, Ceballos (mediocentro ofensivo) y Fabián venían muy atrás a tocarla y Rubén Castro, supuesto delantero, la pedía en posiciones de mediapunta. Una típica jugada bética consistía en lucidos toques en la zona trasera, con Ceballos por detrás de la primerísima línea defensiva atlética (Torres y Griezmann); tras ágiles combinaciones Rubén recibía a la altura de la segunda línea defensiva (el mediocampo atlético) y le devolvía hacia atrás una vez Augusto y Gabi le apretaban y superaban su posición; o sea, el delantero bético jugaba de espaldas a portería y con nueve rivales por detrás. Huelga decir que nadie pisaba el área rival.
El Atlético la tenía poco, y menos le importaba. Cuando atacaba en estático, sin gran resultado, Augusto se metía entre centrales y los laterales, como siempre, obligaban a los extremos béticos a correr mucho hacia atrás (¿no es mejor una defensa de cinco ante esto?). Pero los locales preferían hacer su juego de toda la vida: llegadas a balón parado, o recuperación en mediocampo y salida a toda velocidad y con mucha gente. Obsérvense los heatmaps de esos primeros 35 minutos: dónde la tocó el Betis y dónde el Atlético en ese periodo.
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[CENTER] Heatmaps respectivos de Betis y Atlético en los primeros 35 minutos de partido.[/CENTER]
[CENTER] El sentido del ataque de ccada equipo es de izquierda a derecha.[/CENTER]
Tras media hora sin apenas llegadas (pero todas de los locales) llegan dos goles atléticos, por supuesto uno a la contra y otro en un balón a la olla.
Minuto 35 al final
El Betis, inferior hasta entonces pese a poner toda la (famosa) intensidad de que es capaz, baja los brazos y queda convertido en un pelele en manos de los atléticos, llegando incluso a hacer el ridículo en ciertos tramos. Los locales, goleando y con su partido del año a la vista, no se relajan y buscan un gol tras otro.
Jugador por jugador
Adán: Que tras recibir cinco goles –incluido uno tras cantada comprensible pero inexcusable– resulte ser uno de los mejores del equipo es revelador.
Molinero: Aceptable con balón, impotente en defensa.
Pezzella: Aunque algo lento y pese a todo, hizo un partido aseado.
Westermann: Mal. Intervino poco y cerró mal cuando tuvo metros detrás.
Montoya: A pie cambiado, al menos la tuvo.
Musonda: Obligado a un recorrido exagerado (véase el 3-0) y siempre muy vigilado, poco hizo.
N'Diaye: Impreciso y superado por exceso de trabajo.
Ceballos: El partido y el rival retratan su inmadurez. Volvió a su zona de confort a la izquierda de Westermann para tocar el balón, y desde allí tocó y regateó con tanta brillantez como inutilidad.
Cejudo: Su eslálom del inicio de la segunda parte es significativo de la absoluta inferioridad táctica del Betis: una heroica jugada en la que regatea apuradamente a tres o cuatro rivales acaba con diez rivales por detrás del balón. Por demás, apenas apareció.
Fabián: Nada.
Castro: La tocó bien pero lejísimos de la puerta rival, cosa curiosa cuando eres el único delantero. Otro gol.
Kadir: Ni siquiera su fútbol pinturero habitual.
Damião: Poco hizo, pero al menos había uno más arriba. Contra el Levante, titular indiscutible.
Torres: Cumplió en minutos de la ******.
Merino: Está muy bien rasgarse las vestiduras por la falta de coraje del equipo en la última hora, pero también hay que hablar de fútbol, y eso se supone que es cosa, sobre todo, suya.
El detalle
Los mismos que hace tres partidos aspiraban a la Liga Europa ahora ven al equipo descendido, cuando simplemente han sucedido un partido desafortunado y dos derrotas completamente previsibles.
Análisis táctico del Betis: Atlético de Madrid 5 - Betis 1 (31ª jornada de Liga de Primera División)
(NOTA: la página no es mía)
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