INEXORABLEMENTE condenado Eduardo Maciá, el Betis se instala nuevamente en ese Kilómetro Cero que tan habitual es en su vida. La opacidad en lo de Juande y ciertas negociaciones en las que el valenciano más parecía de parte del futbolista que del club desembocarán en un finiquito anticipado. El dúo Haro-Catalán quedó muy decepcionado con la gestión del director deportivo y ahí que estamos ante un nuevo punto de partida.
Así es difícil una progresión coherente y complicado es que el Betis se instale en la normalidad. Tampoco ayuda a esa búsqueda de la normalidad un consejo de administración desunido y en el que no sea, precisamente, la confianza lo que impere en él. La sombra de la deslealtad, con continuas y sesgadas filtraciones que en nada benefician al discurrir del club parecen el pan nuestro de cada día y así ocurre que se vaya de un proyecto a otro sin solución de continuidad.
Creo que la anhelada normalidad no será posible mientras el club esté judicializado. Lo malo es que el final de la judicialización no se ve, ni está ni se le espera. El chaparrón de recursos ha metido a los distintos procesos en un callejón que no muestra la salida. Recursos y nuevos procedimientos, como el de cierto testaferro que ha denunciado la asamblea que perdió Manuel Castaño. O sea que a este paso, quizá nuestros nietos conozcan un Betis viviendo en la normalidad.
Estamos en el habitual Betis contra Betis que tan bien le viene a los que no quieren al club de las trece barras con corona. Y la impresión que da el club de puertas afuera es que nada se hace bien, que raro es el día que algo es motivo de aplauso y como ya es público y notorio que arrearle al Betis sale gratis, pues leña al mono, que es de goma y no se rompe. Esperemos que alguna vez podamos solazarnos con ese Betis que quieren los béticos, pero la verdad es que parece complicado.
Fuente: ¿Alguna vez el Betis que quieren los béticos? ...
Así es difícil una progresión coherente y complicado es que el Betis se instale en la normalidad. Tampoco ayuda a esa búsqueda de la normalidad un consejo de administración desunido y en el que no sea, precisamente, la confianza lo que impere en él. La sombra de la deslealtad, con continuas y sesgadas filtraciones que en nada benefician al discurrir del club parecen el pan nuestro de cada día y así ocurre que se vaya de un proyecto a otro sin solución de continuidad.
Creo que la anhelada normalidad no será posible mientras el club esté judicializado. Lo malo es que el final de la judicialización no se ve, ni está ni se le espera. El chaparrón de recursos ha metido a los distintos procesos en un callejón que no muestra la salida. Recursos y nuevos procedimientos, como el de cierto testaferro que ha denunciado la asamblea que perdió Manuel Castaño. O sea que a este paso, quizá nuestros nietos conozcan un Betis viviendo en la normalidad.
Estamos en el habitual Betis contra Betis que tan bien le viene a los que no quieren al club de las trece barras con corona. Y la impresión que da el club de puertas afuera es que nada se hace bien, que raro es el día que algo es motivo de aplauso y como ya es público y notorio que arrearle al Betis sale gratis, pues leña al mono, que es de goma y no se rompe. Esperemos que alguna vez podamos solazarnos con ese Betis que quieren los béticos, pero la verdad es que parece complicado.
Fuente: ¿Alguna vez el Betis que quieren los béticos? ...
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