Macià, una evaluación que no mejora

Las últimas gestiones no favorecen la continuidad del director deportivo

Desde hace varias semanas la cúpula directiva del Real Betis somete la labor de su director deportivo, Eduardo Macià, a una intensa evaluación. Esta tarea, realizada principalmente por los dos consejeros delegados, el presidente Ángel Haro y el vicepresidente José Miguel López Catalán, trata sobre el trabajo realizado por Macià desde que fue contratado en la primavera de 2015 hasta los últimos movimientos que ha ido protagonizando el aún director deportivo heliopolitano en previsión de reforzar al equipo para la campaña 2016-17. Los resultados de esta evaluación, según fuentes del club, no están siendo positivos y en estos momentos la continuidad de Macià al frente de la parcela deportiva del Betis no está ni mucho menos garantizada. A pesar de que el Betis está ubicado en la zona media de la tabla y tiene al alcance el objetivo de la permanencia en las ocho jornadas que restan para la conclusión del campeonato, esta meta se daba como obligatoria en un club del presupuesto y categoría del Betis, por lo que se evalúa en el director deportivo trasciende el mero análisis externo sino la coordinación en el funcionamiento interno y la consolidación de unos procedimientos que, tras las últimas gestiones, han comprobado desde la entidad que no tienen buena solución.


Macià cuenta con un fuerte respaldo social debido no sólo a su tarea, sino a la figura que se ha proyectado como profesional y una de las puntas de lanza del proyecto de Ahora Betis Ahora así como al simbolismo que se le ha atribuido en contraposición con quienes han defendido otras corrientes para dirigir el club. Tanto Haro como López Catalán participaron en la contratación del valenciano cuando el club buscaba un nuevo rumbo en la primavera del año pasado y apostó por Macià al sacarlo de la Fiorentina, ya que tenía en contrato en vigor con el club italiano, y ponerle por delante un contrato de cuatro temporadas en Heliópolis. Las diferencias entre Macià y la actual cúpula verdiblanca no son recientes, sino que se fomentan en la etapa de Juan Carlos Ollero como presidente, cuando se perpetúa una forma de trabajar en la que el director deportivo apenas rinde cuentas al resto del consejo. A partir de ahí se producen una serie de detalles, unos menores y otros no tanto, que conducen a una situación como la que se lleva produciendo desde principios de febrero. Con el cambio de modelo de gestión del club, tanto Haro como Catalán pretenden darle una vuelta a la manera de trabajar en Heliópolis y uno de los puestos claves es el del director deportivo.


Conocidas ya ciertas divergencias en la manera de enfocar el trabajo en la parcela deportiva, el club otorgó a Macià un voto de confianza para el arranque de la planificación para la próxima temporada con la idea de que pudieran corregirse visiones particulares y se enfocara todo con un sentido común. Sin embargo, esto no se ha producido. Un buen ejemplo es la manera de llevar el acuerdo con Luis Hernández, defensa del Sporting que queda libre en junio. Macià alcanzó un pacto por cuatro temporadas con Hernández basado en unas condiciones consideradas altas por el club y sin el consenso previo del resto de la dirección deportiva ni de los técnicos. Esto no ha gustado en el consejo de administración, que esperaba una mayor coordinación en esta tarea una vez que se había avisado de los puntos a analizar en esta evaluación y los que debían ser subsanados. Amén de que la situación de Van der Vaart lejos de resolverse parece cada vez más complicada puesto que se le siguen cerrando puertas en todos los mercados, cuando su salida era una tarea que se le había encargado expresamente al director deportivo en esta fechas. Son sólo un par de ejemplos de cómo la situación no ha mejorado en este tiempo y por lo que la figura de Macià no sólo está en entredicho sino que cada vez cuenta con menos apoyos dentro de la entidad. Mientras, el director deportivo defiende no sólo su competencia profesional basada en su trayectoria en otros clubes, sino su predicamento social y la paciencia que entiende que debe tener todo proyecto gestado para cuatro temporadas.


No está claro si el consejo tomará una determinación definitiva en unos días o en unas semanas. El club ha querido adelantar esta situación debido a que la primavera es fundamental para la planificación del curso siguiente. Por ello se contrató, precisamente, a Macià en marzo del año pasado y así ya se busca un sustituto para el valenciano, aunque muchos de los nombres que han aparecido ya han sido descartados. Haro, Catalán y el resto del consejo pretenden hilar fino para hacerse con un director deportivo con experiencia y que sí tenga una misma concepción del trabajo coordinado para las contrataciones, renovaciones y rescisiones. Sí hay preferencias pero ninguno está cerrado todavía, según fuentes del club.



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