Betis: el club de las mil excusas
Exigencia ante las excusas o la historia siempre será la misma.
Por Ramón Román, 1 de marzo de 2016 12:47 h.
Cada uno pone su límite de exigencia en donde quiere y hay que respetarlo, pero tengo claro que o el Betis da un giro radical en el suyo, o más pronto que tarde volverá a la Segunda división. Aquí no se trata de cargar contra el anterior entrenador, contra el actual, contra el director deportivo o contra los directivos, se trata de intentar que el Betis crezca y para ello se deben acabar las excusas. Y es que en Heliópolis nunca pasa nada. El Betis no juega a nada desde el principio de la temporada y las sensaciones son malas, pero no pasa nada porque el objetivo es salvarse y no está en los puestos de descenso. El Betis va ganando 2-0 al descanso y le empatan en cuatro minutos, pero no pasa nada porque todo lo demás había sido estupendo. El Betis no gana casi nunca, pero no pasa nada porque los árbitros son muy malos. El Betis apenas cuenta con la aportación de sus fichajes, pero no pasa nada porque al director deportivo hay que darle tiempo. El Betis vuelve a tener más de un presidente, pero no pasa nada porque el club históricamente es así. El Betis sigue contando con personajes alrededor que lo hundieron en la miseria, pero no pasa nada porque son ‘béticos’. Y así un sinfín de excusas que ya cansan.
Porque la realidad es que el Betis es un club que, por masa social y presupuesto, debería tener la permanencia en Primera como obligación, no como objetivo. Y, por supuesto, ni mucho menos debería celebrarla. Debería querer luchar por estar cerca de los puestos europeos en vez de exponer siempre la misma cantinela de que “viene de Segunda y se tiene que asentar”. Tendría que conformar una plantilla que no sólo no diera pena en muchas fases de la temporada, sino que estuviera entre las seis o siete mejores de la Liga. Porque para eso el Betis tiene un presupuesto importante y para eso su director deportivo cobra lo que cobra. Debería dejar de meter a gente sin preparación y buscar sólo a profesionales que elevaran el nivel actual, el cual deja mucho que desear. Y, por supuesto, debería acabar de una vez con los líos judiciales que lo lastran y, además, les sirve de excusa a los que están, a los que estuvieron y a los que formaron todo este lío. Basta ya del “pobrecito Betis”. Exigencia ante las excusas o la historia siempre será la misma.
Betis: el club de las mil excusas - Al final de la Palmera
Exigencia ante las excusas o la historia siempre será la misma.
Por Ramón Román, 1 de marzo de 2016 12:47 h.
Cada uno pone su límite de exigencia en donde quiere y hay que respetarlo, pero tengo claro que o el Betis da un giro radical en el suyo, o más pronto que tarde volverá a la Segunda división. Aquí no se trata de cargar contra el anterior entrenador, contra el actual, contra el director deportivo o contra los directivos, se trata de intentar que el Betis crezca y para ello se deben acabar las excusas. Y es que en Heliópolis nunca pasa nada. El Betis no juega a nada desde el principio de la temporada y las sensaciones son malas, pero no pasa nada porque el objetivo es salvarse y no está en los puestos de descenso. El Betis va ganando 2-0 al descanso y le empatan en cuatro minutos, pero no pasa nada porque todo lo demás había sido estupendo. El Betis no gana casi nunca, pero no pasa nada porque los árbitros son muy malos. El Betis apenas cuenta con la aportación de sus fichajes, pero no pasa nada porque al director deportivo hay que darle tiempo. El Betis vuelve a tener más de un presidente, pero no pasa nada porque el club históricamente es así. El Betis sigue contando con personajes alrededor que lo hundieron en la miseria, pero no pasa nada porque son ‘béticos’. Y así un sinfín de excusas que ya cansan.
Porque la realidad es que el Betis es un club que, por masa social y presupuesto, debería tener la permanencia en Primera como obligación, no como objetivo. Y, por supuesto, ni mucho menos debería celebrarla. Debería querer luchar por estar cerca de los puestos europeos en vez de exponer siempre la misma cantinela de que “viene de Segunda y se tiene que asentar”. Tendría que conformar una plantilla que no sólo no diera pena en muchas fases de la temporada, sino que estuviera entre las seis o siete mejores de la Liga. Porque para eso el Betis tiene un presupuesto importante y para eso su director deportivo cobra lo que cobra. Debería dejar de meter a gente sin preparación y buscar sólo a profesionales que elevaran el nivel actual, el cual deja mucho que desear. Y, por supuesto, debería acabar de una vez con los líos judiciales que lo lastran y, además, les sirve de excusa a los que están, a los que estuvieron y a los que formaron todo este lío. Basta ya del “pobrecito Betis”. Exigencia ante las excusas o la historia siempre será la misma.
Betis: el club de las mil excusas - Al final de la Palmera
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