El otro banquillo... Gary Neville
Gary Neville, lateral inglés con más de 600 partidos en el Manchester United -se dice pronto- dejó el balompié en el 2011 y es ahora cuando le llega la verdadera oportunidad en un banquillo. Anteriormente ha ayudado en la selección británica, pero el Valencia CF como bien se sabe, es otra cosa.
Su inexperiencia manifiesta, por tanto, hace que le miremos con unos ojos algo achinados y con recelos. ¿Cómo será este tipo? ¿Conseguirá cosas? Desde luego que para ser su primera empresa, tiene mucha tela que cortar. Más si cabe con lo que supone llegar para sustituir a otro entrenador, uno que para más inri, el curso pasado hizo las cosas muy bien. Pero Neville es atrevido, sí que lo es. No puede ser tan despistado como parece y el idioma es, adía de hoy y para él, lo de menos. Su equipo quiere ser todo lo distinto que pueda al anterior preparador, pero sin embargo en el dibujo táctico tienen muchísimas similitudes portugués e inglés. Lo bueno del status actual de Neville es que quizás esté más al margen de lo que parezca con todo lo que Mestalla expone a la mínima de cambio.
Lo que sí parece claro es que la incógnita Gary Neville es enorme. La Liga BBVA exige de tal manera que el Master que conlleva estar aquí lo catapultará o lo dejará muy tocado. Por encima del plano económico y en un símil taurino, Neville ha preferido debutar de luces sin haber pasado por ser novillero. Eso, que puede ser muy bueno o muy malo, lo explicará el tiempo.
Una institución como la valencianista ha preferido dar la responsabilidad a un hombre por hacerse a buscar en el mercado algo de más garantías. El pensamiento parece cristalino en el mundo del fútbol: Siguen haciéndose cosas en Valencia muy raras. La locura que parece existir en su planta noble se traslada a grada y césped. Repetimos lo que es la verdad, el tiempo dará respuestas en un equipo que llega en horas bajas en Liga, pero en semifinales de Copa del Rey y disputando aún competición europea (Europa League).
Banquillos anteriores:
El otro banquillo.... por Miguel Roda