Maciá dialogó con Roberto, director deportivo barcelonista, sobre la posible cesión del delantero azulgrana. El extremo Varela, del Oporto, también es pretendido por el Betis
Aunque la actualidad deportiva del Betis pasa inexcusablemente por cuál sea la suerte de su banquillo, la dirección deportiva encabezada por Eduardo Maciá no deja de tender redes para ver si en este mercado de invierno que lleva dos semanas abierto es capaz al menos de subsanar en cierta medida los numerosos errores cometidos el pasado verano.
Pepe Mel, quien admitió al poco de ser destituido que su gran error fue no haber denunciado en tiempo de los calores la mala planificación deportiva, sí solicitó puertas adentro refuerzos en varias zonas del campo, aunque el transcurrir de la competición ha determinado que son prioritarios en el ataque: un delantero centro y un extremo -el técnico madrileño lo pidió, incluso en la persona del sportinguista Jony, hasta la saciedad-, aunque la salida de Jordi Figueras y la irrupción momentánea de Kadir puedan variar sensiblemente los planes, léase aparcar el refuerzo para la banda e ir al fichaje de un central, ya que el Betis se quedaría con sólo tres en la primera plantilla más las opciones de situar a N'Diaye o Digard en esa posición.
Sea como fuere, máxime ante el mal momento de forma que atraviesa Rubén Castro, quien acumula ya más de un mes y medio sin marcar un gol, y en vista de que ni Jorge Molina ni Van Wolfswinkel acaban de agarrar la camiseta, la dirección deportiva, a expensas también de la opinión de quien vaya a ser el nuevo entrenador, ha tanteado el mercado para firmar a un delantero.
Mel dejó claro en su día que él quería a futbolistas de la Liga y, en ese sentido, Eduardo Maciá mantuvo una reunión con el director deportivo del Barcelona, Roberto Fernández -ambos han trabajado, aunque no juntos, en el Valencia-, cuando el Betis visitó el Camp Nou el pasado 30 de diciembre y trataron la posibilidad de que algún futbolista azulgrana pudiera llegar en calidad de cedido al Betis hasta el final de temporada en principio.
Fueron varios los nombres sobre la mesa, pero de los que ofreció Roberto a Maciá le encantó el delantero Sandro, quizá porque éste se adaptaba a los parámetros del entonces entrenador bético, si bien la idea del Betis en verano era la de no traer cedidos, pese a que la rompiera con Van Wolfswinkel cuando el mercado se le echó encima y Adrián se fue al Villarreal.
El caso es que el delantero canario, de 20 años, apenas ha jugado 15 partidos esta temporada entre todas las competiciones, casi todos como suplente y acumulando pocos minutos. Además, no ha marcado un solo gol y ha visto recientemente cómo Munir está por delante en las preferencias de Luis Enrique. La llegada de Arda Turan, un mediapunta, e incluso Aleix Vidal, una opción de ataque para la banda derecha, no han hecho sino decrecer sus opciones de jugar minutos, de ahí que el Betis sea una opción perfecta para que Sandro relance su carrera.
Respecto al extremo, a Mel le gustaba, y lo declaró públicamente Jony, pero las posibilidades del asturiano son prácticamente nulas desde la destitución del madrileño. Si ya Maciá hizo todo lo posible por no ficharlo el pasado verano...
Quien sí es visto con buenos ojos y seguido por Paulo Menezes, uno de los ojeadores del equipo de Maciá a sueldo del Betis, es Silvestre Varela, extremo que se desenvuelve habitualmente por la banda izquierda pero que también puede jugar junto a la cal derecha. Próximo a cumplir 31 años -hace ocho jugó en el Recreativo-, ha regresado al Oporto tras militar sin suerte en el West Bromwich Albion y el Parma, y apenas juega. El problema es que cobraría más de un millón de euros de aquí a junio.
A la espera de qué ocurra con el entrenador y con estas posibles incorporaciones, lo que sí se ha acelerado en parte es la operación salida. Rennella, uno de los futbolistas que tenía mercado, se fue al Valladolid cedido con una opción obligatoria de compra, mientras que Matilla rescindió su contrato, que cobró en gran medida, y estudia propuestas de Almería, Zaragoza y Reading, éste de la segunda categoría inglesa. El último en salir ha sido Jordi Figueras, del que se conoció, mientras el Betis jugaba en El Madrigal, que se comprometía finalmente con el Eskisehirspor, colista de la liga turca que ha acabado la primera vuelta a seis puntos de la salvación.
Aunque la actualidad deportiva del Betis pasa inexcusablemente por cuál sea la suerte de su banquillo, la dirección deportiva encabezada por Eduardo Maciá no deja de tender redes para ver si en este mercado de invierno que lleva dos semanas abierto es capaz al menos de subsanar en cierta medida los numerosos errores cometidos el pasado verano.
Pepe Mel, quien admitió al poco de ser destituido que su gran error fue no haber denunciado en tiempo de los calores la mala planificación deportiva, sí solicitó puertas adentro refuerzos en varias zonas del campo, aunque el transcurrir de la competición ha determinado que son prioritarios en el ataque: un delantero centro y un extremo -el técnico madrileño lo pidió, incluso en la persona del sportinguista Jony, hasta la saciedad-, aunque la salida de Jordi Figueras y la irrupción momentánea de Kadir puedan variar sensiblemente los planes, léase aparcar el refuerzo para la banda e ir al fichaje de un central, ya que el Betis se quedaría con sólo tres en la primera plantilla más las opciones de situar a N'Diaye o Digard en esa posición.
Sea como fuere, máxime ante el mal momento de forma que atraviesa Rubén Castro, quien acumula ya más de un mes y medio sin marcar un gol, y en vista de que ni Jorge Molina ni Van Wolfswinkel acaban de agarrar la camiseta, la dirección deportiva, a expensas también de la opinión de quien vaya a ser el nuevo entrenador, ha tanteado el mercado para firmar a un delantero.
Mel dejó claro en su día que él quería a futbolistas de la Liga y, en ese sentido, Eduardo Maciá mantuvo una reunión con el director deportivo del Barcelona, Roberto Fernández -ambos han trabajado, aunque no juntos, en el Valencia-, cuando el Betis visitó el Camp Nou el pasado 30 de diciembre y trataron la posibilidad de que algún futbolista azulgrana pudiera llegar en calidad de cedido al Betis hasta el final de temporada en principio.
Fueron varios los nombres sobre la mesa, pero de los que ofreció Roberto a Maciá le encantó el delantero Sandro, quizá porque éste se adaptaba a los parámetros del entonces entrenador bético, si bien la idea del Betis en verano era la de no traer cedidos, pese a que la rompiera con Van Wolfswinkel cuando el mercado se le echó encima y Adrián se fue al Villarreal.
El caso es que el delantero canario, de 20 años, apenas ha jugado 15 partidos esta temporada entre todas las competiciones, casi todos como suplente y acumulando pocos minutos. Además, no ha marcado un solo gol y ha visto recientemente cómo Munir está por delante en las preferencias de Luis Enrique. La llegada de Arda Turan, un mediapunta, e incluso Aleix Vidal, una opción de ataque para la banda derecha, no han hecho sino decrecer sus opciones de jugar minutos, de ahí que el Betis sea una opción perfecta para que Sandro relance su carrera.
Respecto al extremo, a Mel le gustaba, y lo declaró públicamente Jony, pero las posibilidades del asturiano son prácticamente nulas desde la destitución del madrileño. Si ya Maciá hizo todo lo posible por no ficharlo el pasado verano...
Quien sí es visto con buenos ojos y seguido por Paulo Menezes, uno de los ojeadores del equipo de Maciá a sueldo del Betis, es Silvestre Varela, extremo que se desenvuelve habitualmente por la banda izquierda pero que también puede jugar junto a la cal derecha. Próximo a cumplir 31 años -hace ocho jugó en el Recreativo-, ha regresado al Oporto tras militar sin suerte en el West Bromwich Albion y el Parma, y apenas juega. El problema es que cobraría más de un millón de euros de aquí a junio.
A la espera de qué ocurra con el entrenador y con estas posibles incorporaciones, lo que sí se ha acelerado en parte es la operación salida. Rennella, uno de los futbolistas que tenía mercado, se fue al Valladolid cedido con una opción obligatoria de compra, mientras que Matilla rescindió su contrato, que cobró en gran medida, y estudia propuestas de Almería, Zaragoza y Reading, éste de la segunda categoría inglesa. El último en salir ha sido Jordi Figueras, del que se conoció, mientras el Betis jugaba en El Madrigal, que se comprometía finalmente con el Eskisehirspor, colista de la liga turca que ha acabado la primera vuelta a seis puntos de la salvación.
Comentario