Me hierve la sangre cuando en cada medio de comunicación los "periodistas" piden la cabeza de Maciá, del Consejo o de quien haga falta tan libremente.
Más que periodistas, estos opinadores se dedican a meter el dedo en la llaga de un betis herido que ha tomado una decisión que no respetan, por intereses, colores o amiguismo. Pero lo peor es que la gran masa bética asiente en su dolor oyendo a estos juntaletras, y creen a pies juntillas las maldades que más vende en los medios.
Se está creando desde la prensa el caldo de cultivo propicio para una nueva debacle bética, y la afición en vez de unirse para sacar el Betis adelante en este momento crítico (no solo de la temporada, sino también de su historia) es alentada a quemar nuestro propio templo, nuestro equipo.
Somos pocos los que vemos más allá de la crónica de cada partido, y la maldad de su redacción.
Somos pocos los que creemos que estamos en el camino correcto, del que nos quieren apartar.
Pero debemos hacer saber a nuestros amigos béticos, que inocentemente acuden a la llamada de la sangre, que lo que nos une, no es el capirote blanco para ir a quemar a nuestros hermanos, sino nuestro deseo de hacer un Betis grande.
Tengo la ilusión de que al fin se alcance un Betis libre, estable, con un campo acabado, con la mejor afición del mundo animando y cantando unida el mejor himno del mundo, pero para ello debemos ganar esta partida, hacer participe al gol sur de nuestra sabiduría, y demostrarle a los medios que nos deben respeto. Que informar no es opinar, que no son nadie para decidir nuestro futuro.
Pero me temo que no habrá consenso para llevar el Betis en volandas a su salvación, que la moneda está echada al aire, y que ni una plantilla capacitada, ni un buen entrenador pueden cambiar el caprichoso destino.
Suerte a todos, y que salga cara, nos lo merecemos.
Más que periodistas, estos opinadores se dedican a meter el dedo en la llaga de un betis herido que ha tomado una decisión que no respetan, por intereses, colores o amiguismo. Pero lo peor es que la gran masa bética asiente en su dolor oyendo a estos juntaletras, y creen a pies juntillas las maldades que más vende en los medios.
Se está creando desde la prensa el caldo de cultivo propicio para una nueva debacle bética, y la afición en vez de unirse para sacar el Betis adelante en este momento crítico (no solo de la temporada, sino también de su historia) es alentada a quemar nuestro propio templo, nuestro equipo.
Somos pocos los que vemos más allá de la crónica de cada partido, y la maldad de su redacción.
Somos pocos los que creemos que estamos en el camino correcto, del que nos quieren apartar.
Pero debemos hacer saber a nuestros amigos béticos, que inocentemente acuden a la llamada de la sangre, que lo que nos une, no es el capirote blanco para ir a quemar a nuestros hermanos, sino nuestro deseo de hacer un Betis grande.
Tengo la ilusión de que al fin se alcance un Betis libre, estable, con un campo acabado, con la mejor afición del mundo animando y cantando unida el mejor himno del mundo, pero para ello debemos ganar esta partida, hacer participe al gol sur de nuestra sabiduría, y demostrarle a los medios que nos deben respeto. Que informar no es opinar, que no son nadie para decidir nuestro futuro.
Pero me temo que no habrá consenso para llevar el Betis en volandas a su salvación, que la moneda está echada al aire, y que ni una plantilla capacitada, ni un buen entrenador pueden cambiar el caprichoso destino.
Suerte a todos, y que salga cara, nos lo merecemos.
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