En un ambiente de celebración, el árbitro, que no se quería perder la fiesta del campeón, determinó el partido pitando un penalti que sirvió al Betis como excusa para dejarse ir en el partido. Las lesiones de los dos centrales, lo más preocupante para el Betis.
Un error. Un penalti que determina todo lo que ocurrirá después. Adán choca con Messi, los dos caen, choque fortuito en un lugar donde el portero debería tener más poder pero el árbitro, ante la mirada incrédula de todos los presentes, incluso de los jugadores del Barça, pita penalti. Un penalti que es fallado por Neymar en una acción que debió ser anulada por falta a favor del Betis al, el jugador del Barcelona, tocar el balón dos veces al lanzar. Pero la cosa no acaba ahí, en el rechace, Rakitic, al ir a rematar el balón, golpea el gemelo de Westermann que provocará el gol en propia y la lesión del jugador alemán. Un jugador alemán que, renqueante de ese golpe, rompe el fuera de juego en el segundo gol y permite a Messi recibir solo debido a que la lesión le impide moverse con normalidad. Dos goles, dos lesionados, partido resuelto y 70 minutos por jugarse por un penalti. Por un error.
A partir de ahí, el Betis muere mentalmente, más bien el partido le da una excusa de peso para dejarse ir, permitir al Barça jugar y divertirse y desear que el partido acabase pronto. Jugando con dos centrales que no suman 300 minutos en toda la temporada, donde uno no era ni central, el Betis comienza a sufrir atrás y parece que, por momentos, el penalti había traído otra consecuencia en forma de expulsión ya que a partir del segundo gol, el Betis no ganaría un balón dividido hasta que el Barça, tras el tercero, bajó el pistón. Y eso que los culés estuvieron lejos de su mejor nivel.
El Betis compitió, sí pero no nos engañemos, compitió lo que le permitió un Barça a medio gas. El Betis compitió a pesar de otro mal planteamiento de Mel, que colocó a Rubén Castro, sorprendentemente de mediapunta donde el canario nunca se sintió cómodo y provocó que no apareciera nunca en el partido. En uno de los escenarios más complicados, colocar a tu estrella en una posición que no es la suya es una locura y más teniendo a mediapuntas del calibre de Ceballos, escorado a una banda y Van der Vaart en el banquillo. La idea era dejar la tarea de la presión a Ricky y liberar a Rubén pero no funcionó. E hizo al Betis vulnerable en la salida del balón del Barça al tener que uno de los mediocentros ir a cubrir la salida de balón de Busquets.
Que el Betis compitió hasta que le dejaron y que es muy difícil sobreponerse a un error ajeno y a la lesión de tus dos centrales, todos los sabemos. Pero dar por perdido el partido en el minuto 23, eso es lo que no se puede aceptar. Y más teniendo el partido de la Real como ejemplo en el mismo día. Es muy fácil darse por vencido escudado en un error que no es tuyo. Y es de valientes, aceptarlo e intentar ir a por un partido que le quedaba un mundo por jugarse. Y hoy, el Betis, fue todo lo contrario a valiente.
(Aprovecho la ocasión para desear felices fiestas y feliz año a todos los que dedicáis tiempo en leerme cada semana, o en cada encuentro del Betis. Aprecio cada comentario que dejáis, al final las valoraciones son opiniones, las opiniones son personales y cada uno tiene las suyas. Lo que hace que los comentarios que dejáis complementen y completen al análisis. Y muchas veces son, seguramente, lo superen. Feliz año, béticos. Nos leemos en 2016. )
El uno a uno:
Un error. Un penalti que determina todo lo que ocurrirá después. Adán choca con Messi, los dos caen, choque fortuito en un lugar donde el portero debería tener más poder pero el árbitro, ante la mirada incrédula de todos los presentes, incluso de los jugadores del Barça, pita penalti. Un penalti que es fallado por Neymar en una acción que debió ser anulada por falta a favor del Betis al, el jugador del Barcelona, tocar el balón dos veces al lanzar. Pero la cosa no acaba ahí, en el rechace, Rakitic, al ir a rematar el balón, golpea el gemelo de Westermann que provocará el gol en propia y la lesión del jugador alemán. Un jugador alemán que, renqueante de ese golpe, rompe el fuera de juego en el segundo gol y permite a Messi recibir solo debido a que la lesión le impide moverse con normalidad. Dos goles, dos lesionados, partido resuelto y 70 minutos por jugarse por un penalti. Por un error.
A partir de ahí, el Betis muere mentalmente, más bien el partido le da una excusa de peso para dejarse ir, permitir al Barça jugar y divertirse y desear que el partido acabase pronto. Jugando con dos centrales que no suman 300 minutos en toda la temporada, donde uno no era ni central, el Betis comienza a sufrir atrás y parece que, por momentos, el penalti había traído otra consecuencia en forma de expulsión ya que a partir del segundo gol, el Betis no ganaría un balón dividido hasta que el Barça, tras el tercero, bajó el pistón. Y eso que los culés estuvieron lejos de su mejor nivel.
El Betis compitió, sí pero no nos engañemos, compitió lo que le permitió un Barça a medio gas. El Betis compitió a pesar de otro mal planteamiento de Mel, que colocó a Rubén Castro, sorprendentemente de mediapunta donde el canario nunca se sintió cómodo y provocó que no apareciera nunca en el partido. En uno de los escenarios más complicados, colocar a tu estrella en una posición que no es la suya es una locura y más teniendo a mediapuntas del calibre de Ceballos, escorado a una banda y Van der Vaart en el banquillo. La idea era dejar la tarea de la presión a Ricky y liberar a Rubén pero no funcionó. E hizo al Betis vulnerable en la salida del balón del Barça al tener que uno de los mediocentros ir a cubrir la salida de balón de Busquets.
Que el Betis compitió hasta que le dejaron y que es muy difícil sobreponerse a un error ajeno y a la lesión de tus dos centrales, todos los sabemos. Pero dar por perdido el partido en el minuto 23, eso es lo que no se puede aceptar. Y más teniendo el partido de la Real como ejemplo en el mismo día. Es muy fácil darse por vencido escudado en un error que no es tuyo. Y es de valientes, aceptarlo e intentar ir a por un partido que le quedaba un mundo por jugarse. Y hoy, el Betis, fue todo lo contrario a valiente.
(Aprovecho la ocasión para desear felices fiestas y feliz año a todos los que dedicáis tiempo en leerme cada semana, o en cada encuentro del Betis. Aprecio cada comentario que dejáis, al final las valoraciones son opiniones, las opiniones son personales y cada uno tiene las suyas. Lo que hace que los comentarios que dejáis complementen y completen al análisis. Y muchas veces son, seguramente, lo superen. Feliz año, béticos. Nos leemos en 2016. )
El uno a uno:
Adán: Continúa siendo el mejor del Betis y el más regular de la temporada. No falla a su cita de dejar paradas de nivel en cada encuentro. Hoy tuvo un amigo en los palos. Quizás falla en el tercer gol dejando el primer palo libre en su salida pero no se le puede achacar nada. Ficha de Adán |
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Molinero: Intentó sacar a Neymar del encuentro a base de agresividad y solo sirvió para que el brasileño entrará con más ganas. Ficha de Molinero |
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Bruno: El primer contratiempo del Betis fue su lesión. Sería una baja importante para el derbi visto el nivel de los defensas reservas. Hasta la lesión estaba dejando un buen sabor de boca. Ficha de Bruno |
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Westermann:La mala suerte marcó su partido. Se marcó en propia tras recibir una falta de Rakitic que provocó que en el segundo gol no pudiese defender al 100% y que acabará siendo sustituido al no poder continuar. Ficha de Westermann |
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Vargas: Lento. Y en el Camp Nou marca la diferencia. Fue el jugador del Betis que más se quedó descolgado en las acciones de ataque rompiendo los fueras de juego del rival. Y no fueron pocas veces. Para un jugador de su veteranía se espera más. Ficha de Vargas |
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N'Diaye: Uno de los pocos que siguió creyendo en el partido. Se fue arriba sin miedo aunque sus decisiones en los últimos metros siempre son equivocadas. Por lo menos lo intentó y se vació en un encuentro complicado. Ficha de N'Diaye |
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Petros: Otro, como Molinero, que se perdió en guerrillas y protestas inútiles. No dejó su mejor partido también consecuencia de que una de sus principales virtudes, el robo de balón, contrastaba con la mejor virtud del Barcelona, su seguridad con el balón. Ficha de Petros |
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Cejudo: De lo peor del Betis hoy. Abuso demasiado del balón, dio siempre más toques de la cuenta y se perdió en regates inútiles. Ficha de Cejudo |
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Dani Ceballos: Escorado en un banda volvió a ser el único jugador del Betis en crear juego ofensivo. Volvió a mostrarse demasiado revolucionado en su juego pero aun así fue el mejor de los jugadores de campo del Betis y la única vía para, al menos, marcar un gol. Ficha de Dani Ceballos |
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Van Wolfswinkel: No le llegaron muchos balones, y los pocos que le llegaron, no eran nada ventajosos. Lo intentó y se peleó con los centrales pero solo consiguió disparar una vez. Un tiro que bien pudo, el árbitro, con el baremo que llevaba, pitar penalti. Ficha de Van Wolfswinkel |
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Rubén Castro: Perdido en una posición que no era la suya. Ni le dejaron, ni quiso entrar en ningún momento en el partido. Lleva varios partidos lejos del nivel del comienzo de temporada, un nivel casi inalcanzable. Ficha de Rubén Castro |
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Pezzella: Los fantasmas del Bernabéu aparecieron tras la entrada al campo del argentino. Un jugador que no suma más de dos partidos enteros con el Betis siendo el central en Bernabéu y Camp Nou. Difícil papeleta. Sufrió pero no se mostró tan nervioso como en Madrid. Ficha de Pezzella |
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Digard: Formó una de las parejas defensivas más inesperadas de la temporada pero cumplió en una posición que no es la suya demostrando una garra que necesita el Betis. Dejó errores normales de un centrocampista reconvertido a central por las circunstancias. Ficha de Digard |
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Van der Vaart: Hoy sí, Mel le dio minutos al holandés en su posición natural. Hoy, en un partido perdido. Inexplicable. Demostró que en el pase no hay nadie en el Betis a su nivel y que su forma física parece irrecuperable. Ficha de Van der Vaart |