El otro banquillo... Eduardo Berizzo
Los 46 años de este entrenador argentino denotan mucha hambre. La idea futbolística de Berizzo impresiona tanto como su envergadura. Pocos dirían que le corresponden 180 centímetros al que fuera central de River Plate, Celta de Vigo o el mismísimo Cádiz CF. Pareciera que midiera más, porque impone.
Ocurre lo mismo con sus pretensiones al mando del Celta. Como jugador se adaptó a lo que el momento demandaba sin más. Eso, y una tremenda agresividad en el juego, hizo que no tuviera problemas en ser un fijo para sus entrenadores. Se desarrolló a central apetecible. Y eso mismo tiene por delante Berizzo con el fútbol. Apetece ver lo que propone y desea.
Sus jugadores en Vigo lo han entendido a la perfección con el paso del tiempo y ahora toca divertirse. Berizzo ha idealizado el juego de ataque con lo que tiene, y eso siempre es mayúsculo. Con buenos peloteros en ataque, demostrar que no hace falta tener a los mejores para jugar bien al fútbol y ganar es motivo de alegría siempre. El tiempo dirá qué gasolina tiene un equipo que cuando llega el minuto 90 seguiría jugando un rato más. Además cree en lo que hace, algo fundamental. Su seña de identidad suele ser la misma en Balaídos que lejos de Galicia. No le pierde la cara al juego en ningún sitio, pese a que eso le dé dolores de cabeza en alguna que otra ocasión, situación que el mismo entrenador sudamericano se encarga de aliviar. Será que ha visto variantes, muchas, en su ataque y eso le calma, porque es lo que ha pedido a los suyos. Ese aprovechamiento masivo de todas las zonas posibles del centro del campo hacia adelante.
De conseguir buenos registros en la entidad gallega, parece casi seguro que otras entidades de mayor pretensiones pudieran echarle el guante a un técnico que se encuentra por la labor de hacer carrera con su propuesta ganadora. Lo que innova apetece y ya se sabe en esto del fútbol lo que pasa con esto. Subirse al tren del éxito hace que el hambre de Berizzo que analizamos aquí no acabe. Sus títulos en Chile son, de momento, una carta de presentación corta. Europa es otra cosa. Tal y como cuando era central, eso él no lo olvida. Lo sabe perfectamente y quiere ser mejor míster que jugador. Anda en camino de ello.
Entregas anteriores
http://www.betisweb.com/medios-en-ve...guel-roda.html
Ocurre lo mismo con sus pretensiones al mando del Celta. Como jugador se adaptó a lo que el momento demandaba sin más. Eso, y una tremenda agresividad en el juego, hizo que no tuviera problemas en ser un fijo para sus entrenadores. Se desarrolló a central apetecible. Y eso mismo tiene por delante Berizzo con el fútbol. Apetece ver lo que propone y desea.
Sus jugadores en Vigo lo han entendido a la perfección con el paso del tiempo y ahora toca divertirse. Berizzo ha idealizado el juego de ataque con lo que tiene, y eso siempre es mayúsculo. Con buenos peloteros en ataque, demostrar que no hace falta tener a los mejores para jugar bien al fútbol y ganar es motivo de alegría siempre. El tiempo dirá qué gasolina tiene un equipo que cuando llega el minuto 90 seguiría jugando un rato más. Además cree en lo que hace, algo fundamental. Su seña de identidad suele ser la misma en Balaídos que lejos de Galicia. No le pierde la cara al juego en ningún sitio, pese a que eso le dé dolores de cabeza en alguna que otra ocasión, situación que el mismo entrenador sudamericano se encarga de aliviar. Será que ha visto variantes, muchas, en su ataque y eso le calma, porque es lo que ha pedido a los suyos. Ese aprovechamiento masivo de todas las zonas posibles del centro del campo hacia adelante.
De conseguir buenos registros en la entidad gallega, parece casi seguro que otras entidades de mayor pretensiones pudieran echarle el guante a un técnico que se encuentra por la labor de hacer carrera con su propuesta ganadora. Lo que innova apetece y ya se sabe en esto del fútbol lo que pasa con esto. Subirse al tren del éxito hace que el hambre de Berizzo que analizamos aquí no acabe. Sus títulos en Chile son, de momento, una carta de presentación corta. Europa es otra cosa. Tal y como cuando era central, eso él no lo olvida. Lo sabe perfectamente y quiere ser mejor míster que jugador. Anda en camino de ello.
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