El director deportivo del Real Betis, Eduardo Maciá, se ha reunido recientemente con Eder Vilarchao (Barakaldo, 9-2-1990), que había decidido retirarse a causa de una incurable y crónica lesión de tobillo, para sopesar su incorporación a la secretaría técnica heliopolitana. Maciá, que se ha distinguido desde su fichaje por su capacidad para controlar la cantera, conoció la historia del vasco y decidió buscar una solución a un futuro que se congeló un 23 de enero de 2013 en La Cartuja. Antes de formalizar su nuevo rol, el mediapunta deberá aclarar unos asuntos médicos relativos a su inminente y definitiva baja como jugador.
El nombre de Vilarchao, cuyo último contrato expiraba el próximo 30 de junio de 2016, adquirió especial protagonismo cuando debutó en un Betis-Levante en Primera División a las órdenes de Pepe Mel. El talento del de Barakaldo se apoderó de los elogios del técnico madrileño, que aquel 13 de enero de 2013 consideró su bautizo un sorpresivo fichaje invernal. El quirófano no reparó una dolencia crónica cuya cicatriz más dolorosa siempre fue el aspecto mental. Un día, y después de hablar con su familia y amigos, decidió abandonar el césped para iniciar su formación en los despachos.
Vilarchao acude cada lunes al curso de director deportivo que imparte la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y su deseo es vivir en Sevilla, una ciudad en la que ha continuado residiendo pese a que las lesiones influyeron de forma decisiva en su actividad diaria. El Real Betis, en un gesto para proteger a la que fue una de las joyas de su cantera, se ha movilizado para blindar el futuro inmediato de un chico que un día recibió la ovación más sincera del Benito Villamarín.
Un gesto en señal de protección
El nombre de Vilarchao, cuyo último contrato expiraba el próximo 30 de junio de 2016, adquirió especial protagonismo cuando debutó en un Betis-Levante en Primera División a las órdenes de Pepe Mel. El talento del de Barakaldo se apoderó de los elogios del técnico madrileño, que aquel 13 de enero de 2013 consideró su bautizo un sorpresivo fichaje invernal. El quirófano no reparó una dolencia crónica cuya cicatriz más dolorosa siempre fue el aspecto mental. Un día, y después de hablar con su familia y amigos, decidió abandonar el césped para iniciar su formación en los despachos.
Vilarchao acude cada lunes al curso de director deportivo que imparte la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y su deseo es vivir en Sevilla, una ciudad en la que ha continuado residiendo pese a que las lesiones influyeron de forma decisiva en su actividad diaria. El Real Betis, en un gesto para proteger a la que fue una de las joyas de su cantera, se ha movilizado para blindar el futuro inmediato de un chico que un día recibió la ovación más sincera del Benito Villamarín.
Un gesto en señal de protección
Eso sí, espero de él compromiso y nivel suficiente para ocupar el puesto que (parece) va a ocupar.
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