CARTA AL CIELO
Querido Carmelo:
Hoy que has partido hacia El Jardín te has convertido en un ángel que cuidará de todos tus seres queridos. Te fuiste, sin embargo tu recuerdo siempre quedará entre nosotros. Siempre te admiré y ahora te admiro mucho más porque fuiste un guerrero que luchó hasta el final contra ese mal que te llevó de este mundo. Ahora te encuentras en el cielo porque allá hacía falta un ángel como tú. Querido amigo, que descanses en paz. Hoy todos nos encontramos conmocionados por tu partida, pero también nos sentimos agradecidos con Dios por haberte conocido y por todos los momentos inolvidables que disfrutamos a tu lado.
Imagino que al llegar al cielo has sido recibido por un gran número de ángeles béticos porque tú eres uno de ellos. Es inevitable derramar lágrimas tras tu partida, pero sé que estás arriba y desde allí siempre nos acompañarás. Me pierdo en libro de mi memoria, donde hemos escrito tantas páginas. Fuiste una de las mejores plumas que llenaron de gloria nuestra revista del Glorioso. Amigo, hermano en la amistad, porque esta forma un sentimiento tan profundo que perdura más allá de la vida. A pesar de que hoy no te encuentras entre nosotros, sé que en espíritu nos acompañas y aunque no podamos verte te sentimos. Ahora verás a tu amado Betis desde ese cuarto anillo de nuestro estadio. Hasta siempre querido Carmelo Jiménez Herrera.
Querido Carmelo:
Hoy que has partido hacia El Jardín te has convertido en un ángel que cuidará de todos tus seres queridos. Te fuiste, sin embargo tu recuerdo siempre quedará entre nosotros. Siempre te admiré y ahora te admiro mucho más porque fuiste un guerrero que luchó hasta el final contra ese mal que te llevó de este mundo. Ahora te encuentras en el cielo porque allá hacía falta un ángel como tú. Querido amigo, que descanses en paz. Hoy todos nos encontramos conmocionados por tu partida, pero también nos sentimos agradecidos con Dios por haberte conocido y por todos los momentos inolvidables que disfrutamos a tu lado.
Imagino que al llegar al cielo has sido recibido por un gran número de ángeles béticos porque tú eres uno de ellos. Es inevitable derramar lágrimas tras tu partida, pero sé que estás arriba y desde allí siempre nos acompañarás. Me pierdo en libro de mi memoria, donde hemos escrito tantas páginas. Fuiste una de las mejores plumas que llenaron de gloria nuestra revista del Glorioso. Amigo, hermano en la amistad, porque esta forma un sentimiento tan profundo que perdura más allá de la vida. A pesar de que hoy no te encuentras entre nosotros, sé que en espíritu nos acompañas y aunque no podamos verte te sentimos. Ahora verás a tu amado Betis desde ese cuarto anillo de nuestro estadio. Hasta siempre querido Carmelo Jiménez Herrera.
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